Miki Esparbé: “Es una barbaridad que los jovenes simpaticen o romanticen el franquismo”

Miki Esparbé está en todos lados. Acaba de bajarse de los escenarios del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), donde protagonizaba Los nuestros. A finales de noviembre encarnó al rey Juan Carlos I en Anatomía de un instante y este 12 de diciembre estrena Frontera, la nueva película de Judith Colell.

El catalán asegura que “es casualidad”, que ahora le llega un periodo “muy tranquilo”, pero lo cierto es que no se ha detenido.

Miki Esparbé ÒSCAR GIL COY Barcelona

La promoción de la serie y del filme ha sido seguida y, entre medias, grababa Matar a un oso, junto a una de sus partenaires preferidas, Maria Rodríguez Soto. Ella fue su pareja en la obra de teatro L’illa deserta y también en la película que ahora se estrena. Una cinta que huye de los tópicos.

“Sí, es una película ambientada en los primeros años de la posguerra, pero no para hablar de vencedores y vencidos. Precisamente explica un episodio que yo, como mucha otra gente, desconocía”, señala el actor en conversación con Crónica Global.

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“Eso la hace muy atractiva”, sostiene. Y reconoce que “se habla y se dice mucho de las películas de guerra y de posguerra, pero esta película retrata precisamente esa posguerra inmediata que no se ha explicado prácticamente nunca”.

El film se sitúa en 1942 y muestra cómo “Franco bloquea las fronteras para negar el paso a los refugiados judíos que escapan del Holocausto”. Y lo hace desde la perspectiva de españoles reales: “gente que decide contravenir estas indicaciones para salvar a cuanta más gente pueda”.

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La pérdida de una generación

El personaje de Esparbé, Manu Grau, es uno de esos españoles que, vencidos por la guerra, tratan de ayudar. Aunque le cuesta, “él siente ese deber”, explica. A pesar de ser republicano y haber dado la batalla, desertó y prometió a su pareja proteger a los suyos. “Es una de esas personas cuyos valores son más fuertes que él”, asegura.

“Este tipo de personas siente en esta causa una especie de redención”, añade. Su esposa en la ficción, Mercè, se lo recuerda con claridad: “Estos personajes no hacen nada que no hiciéramos nosotros hace cuatro días”.

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¿Nos hemos olvidado de que también nosotros cruzábamos fronteras hace apenas cuatro días en busca de una vida mejor?

Es algo que llevo reflexionando con la promoción de Anatomía de un instante, la serie sobre el 23F. Yo formo parte de una generación que no estudió la Transición en el instituto, donde pasamos de puntillas por la Guerra Civil. Y ahora el CIS revela, con titulares aberrantes, que la gente joven simpatiza con la idea del franquismo y la romantiza. ¡Es una barbaridad! Por eso está bien que haya películas y series que inviten a investigar más sobre el tema, porque es un periodo de mucha crueldad, miedo, dolor y miseria. Eso que la extrema derecha está vendiendo es desinformación y bulos, la mayoría de las veces.

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La misma Luisa Gavasa decía hace poco que muchos jóvenes “no saben lo que dicen”.

Sí. Además, estamos en un momento de cambio muy peligroso, porque las generaciones de nuestros abuelos, que eran quienes podían explicarnos todo eso, nos están dejando. Estamos frente a una posible realidad que da mucho miedo.

Entrevista a Miki Esparbé ÒSCAR GIL COY Barcelona

El rechazo al inmigrante que huye de una guerra también resuena en la película, ¿no cree?

Evidentemente. Por desgracia, la película tiene un efecto espejo enorme. La crisis de los refugiados es un conflicto muy actual. Antes podía haber una mayoría silenciosa en algunos conflictos; ahora es imposible. Todos vemos las tragedias del mundo en el móvil, en 4K. Hay un riesgo gigantesco de deshumanización. La única forma de enfrentarlo es actuar, como hacen los personajes. La película es un grito de "el pueblo salva al pueblo".

No suena tan lejano. Hoy en día todavía hay pasadores en Irún que acompañan a personas migrantes para que puedan reunirse con sus familias en Francia. El periodo de paz que hemos vivido en Europa es una anomalía. Y es una paz aparente. La crisis migratoria está por todas partes: el África subsahariana, Siria… Hay muchísimos conflictos abiertos y gente que intenta escapar del hambre, la pobreza y la miseria.

No olvidemos que vivimos en un país con una valla tremenda. Desde la caída del muro de Berlín en 1989 se han construido más de 2.000 kilómetros de fronteras físicas en Europa. ¡Solo en Europa!

Miki Esparbé ÒSCAR GIL COY Barcelona

Para terminar con la película. En 'Frontera' se muestra a los diferentes bandos españoles de la posguerra, pero sin maniqueísmos. No todo son buenos y malos.

Eso me lo explicaron en mi casa: la gente que acabó la guerra estaba muy quemada y, dependiendo de dónde tuvieras que vivir, solo quería que se acabara ya. No podían más: más sangre, más guerra… era insoportable. La película muestra muy bien a esos personajes derrotados, que saben que quizá han traicionado parte de sus principios, pero porque no podían luchar más. Es humano. Y es importante explicarlo así.