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La verdad es que sé poco, pocas cosas de carácter “personal” sobre Patricia Escalona, aunque casualmente trabajé con ella en asuntos literarios y quedé impresionado por su eficacia y su velocidad en la resolución de los problemas que a veces surgían.

Creo que es barcelonesa, que debe de tener 40 años o más, que ha vivido en Londres y también en Nueva York, donde trabajó en la editorial The New Press. Que ha trabajado en cargos de alta responsabilidad en varias editoriales barcelonesas. Que desde hace unos años trabaja por su cuenta en el mundo editorial y, en general, en cualquier cosa relativa a la industria editorial, a la generación de contenidos, a la edición. Ella misma es autora, junto con Anna Galvañ, de Juegos reunidos feministas (ed. Temas de Hoy).

Sus conocimientos y relaciones en las grandes capitales europeas e iberoamericanas y su criterio sólido y seguro la llevaron a estar en la dirección de Capítulo 1, el gran festival de literatura de Madrid, durante la época de la alcaldesa Manuela Carmena.

Me la encontré ayer en el aeropuerto de El Prat. Yo iba a Madrid, y ella no sé dónde, y de ahí a Granada, donde ha organizado, en La Alhambra -que algunos consideran el complejo arquitectónico más hermoso del mundo- un nuevo festival literario que va a celebrarse los días 3, 4 y 5 de octubre. Viendo el programa, parece que sería la honra de cualquier gran capital.

En esta primera edición, concebida como una invitación al diálogo entre voces andaluzas e internacionales, y entre autores consagrados y emergentes, participan Salman Rushdie (no hace falta presentarlo), Mariana Enríquez (la gran autora argentina del nuevo terror), Cristina Morales (la explosiva autora de la controvertida novela Lectura fácil), Munir Hachemi (autor madrileño, profesor en Pekín), Camila Sosa (la novelista y dramaturga transgénero argentina, autora de las desgarradas y celebradas Las malas y Tesis sobre una domesticación), y muchos otros a los que… no conozco.

Pero los conoceré, y se los presentaré al lector, si dios quiere, pues desde Madrid me resulta muy fácil ir a Granada y este festival, titulado Cultur-Hal, no me lo pierdo.

Así pues, como decía, me encuentro en el aeropuerto a Patricia y aprovecho para someterla a la pregunta propia de esta serie: ¿Qué obra de arte contemporáneo te interpela más, te llevarías a casa o te gustaría volver a ver con alguna asiduidad?

Storms, de Quayola

Patricia Escalona se quedó pensando un  momento y luego dijo:

“Últimamente he entrado en contacto con el arte digital y hay algunas obras que han conseguido llegarme como no imaginaba que podía hacerlo una obra contemporánea. Una de las que más ha sido Storms, de Quayola, una serie de vídeos y cuadros que recompone un paisaje de olas bravas de Cornualles a través de la tecnología. Tengo una conexión sentimental con esa región inglesa, porque una vez formó parte de mi vida y porque Virginia Woolf la recreó en Las olas y Al faro (a pesar de que esta última esté situada en Skye, en Escocia). Además, Storms referencia a Turner, un pintor que me sigue conmoviendo cada vez que contemplo su obra”.

Mujer observando una muestra de Storms, de Quayola

A las mentes literarias, y en general a la gente con un poco de imaginación, una obra suele llevarles a otras, y el mundo de las cosas se carga de relaciones y de referencias, todo remite a todo. A mí, ahora, estos vídeos ciertamente impresionantes (por desgracia sólo podemos reproducir un par de instantes) que Patricia celebra me recuerdan a los paisajes marinos de Richter que hace unos meses celebró aquí Enrique Vila-Matas y al video Hydra Decapita del Otholit Group que yo mismo comenté en octubre del 24. En cuanto al italiano artista Quayola, quizá el lector barcelonés lo recuerde por su espectacular intervención en la fachada de la Casa Batlló, en el Paseo de Gracia.