Leticia Dolera, sobre la educación sexual: “Pasamos del tabú al OnlyFans”

“La pubertad da miedo. Dices pubertad y algo se te remueve, porque todos hemos pasado por allí”. Así justifica Leticia Dolera el título de su nueva serie, Pubertad, que se estrena este 24 de septiembre en HBO Max. “La pubertad hace referencia a ese cambio físico y hormonal”, añade. Y en esa edad, en ese momento, están los protagonistas de esta ficción.

Pubertad aborda un caso de una violación de varios menores a una niña, a una compañera de colla castellera, para ser exactos. Es más una violación a una amiga. Al menos, eso es lo que denuncia uno de los personajes y que sacudirá las vidas de varias familias, también la de Júlia, una escritora feminista cuyo hijo es acusado de participar en la agresión.

Con esta premisa parece que ‘Pubertad’ se atreve a poner en cuestión ciertas actitudes o, al menos, ver las aristas de las cosas, ¿no?

No se pone en cuestión el movimiento feminista, porque creo que es un movimiento necesario, pero sí de aproximarme a todos estos conflictos con una mirada compleja que tiene en cuenta que las personas no somos solo nuestras ideas. También somos una educación, unas emociones y que portamos una base psicológica concreta. Por tanto, trata de decir que esto no es tan fácil. No se trata de blanco y negro ni de buenos y malos.

Está bien recordarlo, tal y como se toman las cosas algunos, ¿no?

Sí, sí. De hecho, no es una serie que dice “hombres malos, mujeres buenas”. Al contrario, viene a decirte “hombres complejos, mujeres complejas. Sexualidad, terreno complejo”.

La actriz Leticia Dolera JOAN COLÁS

Y, para contarlo, decide hacerlo en el ambiente de los 'castellers'. ¿Por alguna razón en especial?

Quería marcar la serie en el contexto de la cultura popular, para mostrar también esta convivencia, y a veces tensión, entre tradición y progreso. Y pensé en la imagen de un casteller.

Los castellers reflejan, a nivel metafórico, gran parte de lo que explica la serie: cómo un conflicto íntimo afecta a toda una colectividad. Y, a su vez, también habla de la fragilidad de la colectividad, de cómo tienes que trabajar para mantenerla.

¿Cómo es?

Para empezar es colectividad y presencialidad. La base, la piña, serían los valores éticos, de consenso de la sociedad; cómo, para subir hemos de tener confianza en nosotros y cómo los niños se han de apoyar de los adultos para llegar más alto. Es precioso a nivel simbólico.

Los niños protagonistas de la serie 'Pubertad' QUIM VIVES HBO MAX

¿Y diría que cuando algo pasa entre los jóvenes es porque algo falla en la base, en los valores transmitidos?

Claro, si la piña no está bien construida, el castillo se cae. Lo importante es construir los valores comunes.

Y, como los castillos, ¿estos valores son fáciles que caigan?

Bueno, claro, te lo has de currar. Por eso los castellers trabajan cuatro horas a la semana (sonríe).

¿Pero eso se debe a una educación defectuosa?

Bueno, la educación sexual obligatoria, fruto del consenso, no existe en las escuelas. Entiendo que es un tema muy sensible. Todos dicen que no es político, pero luego todo el mundo dice que lo es. Pero no podemos seguir dejar la educación sexual de los adolescentes en manos de Internet.

Es importante que tengan adultos de referencia, que no sean sus padres o madres, para poder hablar de temas que da vergüenza hablar con ellos. Como también es importante que haya una educación sexual en las escuelas, con un mínimo de consenso se debería pactar.

Leticia Dolera VÍCTOR LAFUENTE HBO MAX

¿Pero dónde está el límite?

Bueno, aquí planteamos una escena donde, el personaje de Betsy Turner habla de sexualidad. Para prevenir los abusos sexuales en la infancia es importante poder nombrar y poder decir las cosas por su nombre. Esto es la educación sexual y no lo que se dice desde determinados posicionamientos políticos, que piensan que la educación sexual es decirle a un niño de cinco años cómo masturbarse. No tiene nada que ver con eso.

Pero hay miedo a educar a los niños en educación sexual. ¿De dónde viene?

Eso es muy interesante. El movimiento de liberación sexual de los años 70, en realidad no fue tal. Sólo lo fue para una parte, porque también se fundó la revista Playboy. Por tanto, fue un poco una liberación sexual patriarcal. Allí se trató, pero es curioso cómo levanta tantas ampollas.

Y es curioso también cómo, teniendo un problema social con la violencia sexual y con una pornografía cada vez más violenta y más misógina, no conseguimos que se trate el tema de la sexualidad con una mirada adulta, humanista y tranquila, donde podamos hablar de vulnerabilidad y de autoconocimiento.

Los protagonistas de la serie 'Pubertad' en el Festival de San Sebastián HBO MAX

Por tanto, sigue siendo un tabú.

Claro, es que nos vamos al tabú o a OnlyFans. Y entre el tabú y el OnlyFans, que es una puerta de entrada de la prostitución, hay todo un abanico del que tendríamos que hablar. ¡Si la sexualidad te atraviesa el cuerpo desde pequeña! Y, como adultos, es un tema que no siempre tenemos resuelto del todo. ¡Incluso el tema del consentimiento!

En la serie se muestra. Los adultos parecen no dar crédito a lo que pasa con los chicos. ¿Nos olvidamos de qué nos pasó a nosotros?

Nos olvidamos quizás de nuestra pubertad, de cuándo empezamos a sentir deseo sexual y cuándo empiezas a ver que despiertas deseo sexual. Y luego entran los tabús, el miedo… por eso se debería abordar esta complejidad.

La actriz Leticia Dolera JOAN COLÁS

¿Eso hace que nos cueste creer que un menor puede abusar de otro? ¿Qué hace que nos cueste tanto?

Creo que no nos cuesta creer a la víctima, sino cómo el agresor ha sido capaz de haber cometido una agresión. Porque no lo queremos creer.

Además, históricamente, venimos de siglos en los que las mujeres no nos hemos atrevido a decirlo. Muchas veces ni lo hemos identificado como tal y otras veces directamente no se nos ha creído.

Pero en la cuestión de los menores, en ocasiones, se piensa que solo es un juego de niños.

¡Y puede ser! Puede haber situaciones que generen un malestar sin que haya una agresión sexual.

Yo creo que si todos miramos nuestra vida sexual, seguramente todos encontraremos algún momento en el que una relación sexual nos ha dejado extraños, con una sensación de vacío o ha sido incómoda. Y debemos poder hablar también de este tipo de escenas y de situaciones vividas que no entran en el terreno del delito, pero sí en el terreno del malestar, incluso a veces del trauma.

Leticia Dolera en 'Pubertad' QUIM VIVES HBO MAX

Antes hablaba de OnlyFans como acceso a la educación sexual. Internet, sin duda, favorece el acceso de los menores a ciertos contenidos, pero ¿defiende a su personaje que revisa el móvil de su hijo? ¿Hasta qué punto se puede requisar o coger el móvil de un menor?

La pregunta y la reflexión es otra: este móvil, ¿qué puertas te abre? ¿Te llevarías a un niño a un cuarto oscuro, a tomar un gin tonic o a meterse una raya? Y, en cambio, el teléfono móvil genera esta adicción y es una puerta de acceso a toda esta violencia de la pornografía. Por tanto, esto pasa por legislar. Y hablan de libertad. La palabra libertad es la más corrompida hoy en día.

¿Pero también está el poder de las redes para hacer pública la denuncia?

Es esa arma de doble filo.

Además, en la serie, la persona que denuncia por redes es cuestionada por juzgar antes que la justicia.

Y sin pensar en las consecuencias. Lo interesante de esta denuncia en redes sociales que hace el personaje es que, en realidad, se está saltando el consentimiento de la víctima, que todavía no ha dicho si quiere denunciar. Me parecía interesante este intercambio de cómo el consentimiento se puede saltar de muchas maneras.

La actriz Leticia Dolera JOAN COLÁS

Lleguemos al final de la serie, sin spoilers. Muestra algo poco visibilizado como es la justicia restaurativa. ¿Por qué se habla tan poco de este sistema?

Porque, una vez más, se lleva todo a la trinchera y no al consenso, ni a los grises. Ahora se ha creado un falso debate dentro del feminismo entre punitivismo y antipunitivismo. Como si no hubiera un abanico enorme de grises y matices por en medio.

Creo que tenemos herramientas para no construir un sistema judicial 100% punitivista, que además pueden ser muy transformadoras y que ponen en el centro lo que la víctima necesita.

Y que propone una convivencia más segura.

Y comprender. Porque cuando eres víctima de una agresión, el castigo del agresor o la agresora te puede hacer sentir bien, pero quizás te hace sentir mejor que la persona agresora reconozca lo que ha hecho y reconozca tu dolor.

Para mí es una falsa dicotomía el debate de polos, porque un sistema punitivista al 100% no es reparador ni transformador y un sistema antipunitivista al 100% no es realista.