Las artistas durante la presentación

Las artistas durante la presentación Fundació Joan Miró

Creación

Entre dos patios: un lugar donde experimentar en libertad

La Fundación Joan Miró reconstruye tres exposiciones realizadas en el Espai 10 por las artistas Fina Miralles, Susana Solano y Eva Lootz

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En marzo de 2014, la Fundación Joan Miró celebraba los 35 años del Espai 10 con una muestra y una publicación que, bajo el título Haber hecho un lugar donde los artistas tengan derecho a equivocarse. Historias del Espai 10 y el Espai 13, repasaba cronológicamente la producción artística generada en esta sala del museo de Montjuic. Hasta la fecha, por allí habían pasado más de 500 artistas, 30 comisarios y se habían programado más de 250 exposiciones. El proyecto en retrospectiva, comisariado por Manuel Segade, analizaba la historia del que fuera, junto a la emblemática Sala Vinçon, uno de los primeros espacios catalanes consagrados al arte emergente.

El Espai 10 se encontraba originalmente donde ahora se sitúa la tienda de regalos de la Fundación, justo entre el Patio del Olivo y el del Algarrobo. En 1989 pasó a llamarse Espai 13 y cambió su ubicación al sótano tras la remodelación acometida por Jaume Freixa del edificio racionalista proyectado por el arquitecto Josep Lluís Sert.

Una sala experimental

Aquel espacio fue durante los primeros quince años de la equipación el lugar donde jóvenes artistas mostraron sus proyectos. Una sala experimental para creadores y comisarios de la escena artística nacional e internacional. 

Desde su creación, en 1978, acogió el trabajo de autores, como Antoni Abad, Joan Brossa, Esther Ferrer, Jordi Colomer, Antoni Egea, Pep Durán, Perejaume, Antoni Tàpies, Jaume Plensa, Elvira Navares, Susy Gómez, Àngels Ribé, Fina Miralles, Susana Solano o Eva Lootz, entre muchos otros. Son precisamente las exposiciones individuales de estas tres últimas artistas las que han recuperado para conmemorar, esta vez, los casi cincuenta años que suman ambos espacios. 

La comisaria Martina Millà junto a Susana Solano

La comisaria Martina Millà junto a Susana Solano Fundación Joan Miró

Entre dos patios, comisariada por Martina Millà, jefa de exposiciones de la Fundación Joan Miró, es fruto de aquellos proyectos personales. Una muestra que, a pesar de las diferencias conceptuales que aportaron cada una de ellas, reúne “un corpus casi coral que nos ayuda a comprender estrategias bastantes similares de resistencia personal a los lenguajes artísticos, la cultura y la sociedad imperante en los años de la llamada segunda ola feminista”, explican los organizadores.

Un lugar donde descubrirse en libertad

En distintos años y con diferentes propuestas, las catalanas Fina Miralles y Susana Solano y la austriaca Eva Lootz encontraron en esta intersección de patios un lugar donde sentirse respetadas y acogidas, un espacio que les permitió huir del academicismo, de experimentar, crear y descubrirse en total libertad. 

Fina Miralles (Sabadell, 1950) ya había participado en alguna colectiva organizada por Àmbit de recerca. Pero fue en enero de 1979 cuando inauguró su primera exposición individual en Espai 10. Paisaje, así se titulaba, reunía una selección de obras que jugaban con el espacio, la pintura, la materia y el azar. Era, en cierto modo, una nueva reflexión de su propio trabajo. “Miralles incluyó una serie de obras que, pese a aludir irónicamente a un género pictórico tradicional, eliminaban la representación y mostraban el artificio de la pintura a través de sus elementos constitutivos invisibilizados, tales como los bastidores de madera y el lienzo”, apuntan desde el museo. 

Por su parte Eva Lootz (Viena, 1940) presentó su proyecto personal, Arenas, en 1986. Lejos de crear formas, la austriaca buscaba observar el comportamiento de los materiales sin transformarlos. Así, en los cubos de madera de madera de su instalación experimentó con los posibles comportamientos de la arena. En uno, esta se desbordaba, en el otro cubría el exterior y entraba en el encofrado desde fuera. “Era el suyo un gesto de rechazo a la personalidad que la sociedad y la época en que creció habían ido configurando para ella. La artista no se expresaba directamente porque no quería expresarse desde un yo con el que no se sentía identificada”.  

A Susana Lozano (Barcelona, 1946) la oportunidad llegó en 1986. En Esculturas y dibujos, Lozano presentó una serie de objetos creados a partir de materiales que tenía a su alcance. Maderas que hablaban con la textura de sus vetas, con sus tonos y con su temperatura táctil; o telas transformadas en lienzos a los que apenas añadía algunos hilos y puntadas. “Esa atención a la naturaleza intrínseca de los materiales surgía de una voluntad de evitar cualquier elemento narrativo en las obras”.

Si los árboles hablaran

Entre dos patios, hasta el próximo 18 de mayo en la Fundación Joan Miró, ha tirado de archivo para legitimar y de alguna manera homenajear la esencia del Espai 10. 

En paralelo, la exposición se completa con un espacio de mediación y reflexión diseñado por la artista y curadora tarrasense Helena Laguna Bastante. A la sombra de dos árboles propone a los visitantes una experiencia sensorial e interactiva para entrar en contacto con las obras de Fina  Miralles, Susana Solano y Eva Lootz. Lo hace recuperando de nuevo el legado del antiguo Espai 10 e invocando la memoria arcaica del algarrobo y el olivo, testigos silenciosos de la historia de la Fundación Joan Miró