Cuando Pere Noguera (La Bisbal d’Empordà, 1941) era pequeño, estuvo tres meses seguidos enfermo y se entretenía haciendo dibujos, un arte que ya entonces se le daba muy bien, igual que el fútbol. Noguera supo aprovechar bien sus habilidades: primero se hizo futbolista y más tarde, tras convencer a sus padres para que le dejaran marcharse a estudiar a Barcelona, se convirtió en artista. Noguera estudió en la Escuela Massana al lado del escultor Eduald Serra, quien sería su maestro y no solo lo introduciría en la técnica de la escultura y la cerámica, un arte profundamente arraigado a su ciudad natal, sino en el lenguaje de libertad creativa que lo llevaría a explorar más allá de la pura materialidad de la arcilla, convirtiéndose en uno de los referentes del arte conceptual catalán.
Pero Noguera no se conformó con llevar a cabo una revisión contemporánea de este material ancestral. En los años setenta inició su trayectoria incorporando objetos domésticos y elementos del paisaje con un planteamiento estético y de proceso cercano al arte povera. Popularizó la llamada "enfangada", consistente en revestir de barro un conjunto de objetos o una superficie y observar después su proceso de secado y las grietas que se crean de forma azarosa, y más tarde, fue pionero en incorporar sus trabajos en fotocopias y a divulgar la idea de archivo como ready-made a partir de fotografías y films encontrados.
Combinación de escenas
Es precisamente esta faceta pionera en la apropiación y resignificación de archivos fotográficos y fílmicos la que pretende revisitar la exposición Família. Guerra. Material d’arxiu, que puede visitarse hasta el 28 de febrero de 2025 en la Filmoteca de Catalunya.
La muestra, enmarcada en los actos del Centenario del cinema amateur en Catalunya, parte de de una videoinstalación realizada a partir de un archivo fílmico de origen centroeuropeo encontrado por el propio artista en el que se contraponen escenas domésticas de veraneo de principios del siglo pasado con filmaciones de la Segunda Guerra Mundial.
Nada muere por completo
Noguera, que ya anteriormente había aplicado la técnica del ready-made o del objeto encontrado como base de la creación artística, lo aplica esta vez a las imágenes en movimiento, unas imágenes de diferentes temas que, al quedar confrontadas en el montaje que hace el artista, adquieren una significación nueva y una carga simbólica propia. En palabras del propio artista, "Nada muere completamente, en la espera de ser leído un día para otro uso".
Las obras que aparecen en la exposición forman parte de dos fondos de archivo propiedad del propio artista. El primero, "Encants, Barcelona", está constituido por fotografías y clichés de los años treinta, cuarenta y cincuenta, impregnados de la ideología y la estética del franquismo. Noguera revisa el archivo fotográfico, ya en un estado deteriorado, y le otorga una mirada nueva a través de nuevos procedimientos digitales que lo ponen en movimiento.
Una lectura crítica
El segundo fondo, "Familia Guerra, la Bisbal d’Empordà", adquirido a un chatarrero de La Bisbal, contiene un conjunto de bobinas de 16 mm procedentes de una familia holandesa. Parte de las bobinas eran filmaciones amateurs de escenas familiares de los años treinta y cuarenta. Otras eran de material profesional editado de la Segunda Guerra Mundial. "El objetivo de Noguera no es sólo mostrar estas imágenes, sino desnudarlas de su narrativa original para ofrecer una nueva lectura más crítica", observan los críticos de la revista Bonart.
Entre las obras que se exponen destaca Mármol de mesa (2004), un retrato familiar en gran formato que el artista manipula con trozos de mármol para ocultar los rostros. La fotografía, procedente del fondo "Encants, Barcelona", queda reducida así a un retrato anónimo, al quedar los rostros anulados bajo el mármol. "Un juego de intercambio de naturalezas, presencias e interferencias entre el grupo familiar y el grupo escultórico", señalan los organizadores de la exposición.
Contradicciones
Otra de las obras significativas que se muestran es Postales, Familia, Guerra 1989 - 2022, una instalación a base de fotocopias y papel procedente del fondo "Familia, Guerra, La Bisbal d’Empordà", que hace alusión a las fotografías de rodaje en forma de fotogramas que servían de reclamo en los pasillos de las salas de cine. Noguera sitúa rítmicamente unos papeles con oxidación -que ocupan el espacio de dos fotogramas-, para alterar la lectura uniforme de la narración fílmica. El hierro en contacto con el agua se convierte en un elemento corrosivo como lo pueden ser los actos que cometen los humanos, como una guerra. Noguera a lo largo de su trayectoria ha explorado diversas narrativas relacionadas con la idea de la reproducción, la secuencialidad a través de la imagen, la fotografía y la fotocomposición.
También del fondo "Familia, Guerra, La Bisbal d’Empordà" procede el vídeo Família Guerra (2007), donde el artista establece un diálogo con grabaciones de la Segunda Guerra Mundial realizadas por un soldado con imágenes domésticas de la misma persona en su entorno familiar. El reciclaje fílmico de estos materiales "encontrados" permite la creación de un díptico visual que expresa las contradicciones, la inestabilidad y las debilidades intrínsecas del bienestar humano, escriben los organizadores del festival de videoarte Loop Barcelona, donde Nogueras ha participado en alguna ocasión.
Una nueva carga simbólica
La fascinación de Pere Noguera por los archivos fílmicos no es casual, sino que proviene de sus años de infancia en la Bisbal d'Empordà, que en los años cincuenta contaba con tres cines activos. En este contexto, señalan los críticos de Bonart, "Noguera empezó a coleccionar lo que sería su propio archivo con trailers, postales y proyecciones de la época". Más adelante, después de revisiones, relecturas, desconstrucciones y fragmentaciones, "estos objetos han dejado atrás su significado original para adquirir una nueva carga simbólica que evidencia la fragilidad de la memoria y la construcción de los relatos históricos", añaden.
La exposicion, producida por la Filmoteca de Catalunya, es la primera de un seguido de exposiciones dedicadas a la obra de Pere Noguera en diferentes espacios de Catalunya a lo largo de 2025: Bòlit, Centre d’Art Contemporani (Girona); Terracotta, Museu de Ceràmica (la Bisbal d'Empordà) y Can Mario, Museu d’Escultura Contemporània de la Fundació Vila Casas (Palafrugell).