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Bandoleros han existido en todas las épocas y en todos los países, al menos en el plano de la historia y la literatura, y Cataluña no fue diferente. “Aquí, precisamente, destacaba un bandolerismo de raíces feudales que partía de unos señores que se consideraban “justicieros” —la palabra bandolero viene de “banda”, en el sentido de banda armada —; es decir, “hombres que podían administrar justicia en su territorio armando a todos sus vasallos sin que ninguna autoridad los pudiera molestar”, explicaba recientemente el dibujante y divulgador cultural Ricard Dilmé i Burjats (Santa Coloma de Farners, 1966) en una charla sobre bandolerismo en Cabrera de Mar, en el Maresme.

Dilmé es el autor de Serrallonga: Biografia inèdita (Farell edicions, 2024), un libro que recopila anécdotas e historias populares partiendo de los lugares por los que transcurrió el popular bandolero catalán del siglo XVII Joan de Serrallonga.

“Mi pasión por el bandolero Serrallonga empezó de joven, cuando tenía 18 ó 19 años y ya empezaba a dibujar cómics, pero buscaba algo que me gustase mucho y me inspirase para uno nuevo. Fue así como lo descubrí”, explicó Dilmé, autor de diversos libros ilustrados sobre la vida del bandolero, como La vida i la mort del bandoler Serrallonga (1987) o la trilogía Serrallonga 1640 (2009-2012). En realidad, ésta última “consistió más bien en reinventar la historia del bandolero, como si hubiera sobrevivido a su muerte, en 1634”, y participase en tres momentos significativos de la historia de Cataluña: primero, en la revuelta dels Segadors, en la comarca de la Selva; después en la guerra dels Segadors, entre el Empordà y la Selva; y finalmente en la llamada revuelta dels Angelets de la Terra, en la Cataluña Norte.

Portada del libro 'Serrallonga, biografia inèdita', de Ricard Dilmé

“Ya nunca más volví a abandonar el bandolero”, explicó Dilmé, que hoy en día sigue investigando en la biografía de Serrallonga y publicando los hallazgos en su blog, Serrallonga 1640 (serrallonga1640.blogspot.com). De hecho, su nuevo libro no es más que una recopilación de todo este material, que lleva recopilando desde 2008.

“Hacía tiempo que le daba vueltas a una realidad: mi país, Cataluña, está huérfano de héroes actualizados”, escribe la primera entrada del blog, en julio de 2008. Dilmé cree que, a pesar de que nos quedan mitos del pasado, los rememoramos en ocasiones contadas, “nos los miramos como vestigios bonitos del pasado y no como herramientas de utilidad para el presente y el futuro”, escribe, lamentando que los niños catalanes opten por personajes del manga japonés u otros referentes televisivos por falta de héroes locales. Así que se enfocó en recuperar y actualizar un mito local como el bandolero Serrallonga (quien fue a su vez un mito de El Quijote) y potenciar un poco más “la capacidad de nuestro país de hacerse valer en el imaginario de sus ciudadanos, de crear valores propios, de hacerse querer a uno mismo”.

En Serrallonga: biografía inédita, Dilmé se enfoca principalmente en contar las “pequeñas historias” de la vida del bandolero y sus contemporáneos a partir de “historias populares de menestrales, payeses y otras gentes, que nos cuentan cómo vestían, cómo se armaban, cuándo rezaban, cómo trataban a las mujeres… Historias mundanas que nos explican cómo vivía la gente del siglo XVII”, añadió el autor.

Ricard Dilmé, ilustrador y divulgador de la figura de Serrallonga Fundació Burriac

Como base de su investigación, Dilmé tomó las partes no publicadas del proceso sumarial del bandolero, redactado en el momento de su juicio a muerte, en 1634. Un volumen de centenares de páginas redactadas en latín y catalán antiguo que se salvó de las llamas gracias al historiador Joan Cortada (Barcelona, 1805-1868) quien, paseando un día por Barcelona, vio en la calle que quemaban una pila de documentos y pergaminos procedentes de los juzgados de la ciudad. Al acercarse leyó la palabra “Serrallonga” en uno de ellos y lo apartó del fuego.

Con esta fuente de información, Cortada publicó en 1868 el libro Proceso instruido contra Juan Sala y Serrallonga. Lladre de pas. “Su aproximación histórica a los hechos resultó chocante con la visión romántica que tenían del bandolero otros autores”, escribe Dilmé, poniendo de ejemplo a Víctor Balaguer, una de las firmas de referencia de la Renaixença, que escribió la novela Don Juan de Serrallonga.

La mayoría de los datos que aparecen en Serrallonga: biografía inèdita proceden de estas páginas de sumario, pero el autor propone una mirada diferente sobre los hechos gracias a un trabajo fotográfico de campo que le permiten indagar en aspectos inéditos de la historia y del territorio a partir de los paisajes por los que transcurrió el bandolero, empezando por la masía La Sala, en el pueblo de Viladrau, donde nació, en 1594. Otro espacio emblemático es el Mas Serrallonga de Querós, actualmente en ruinas, una masía enclavada entre los bosques frondosos de las Guilleries donde el bandolero se casó con Margarida Serrallonga, en 1618; o el pueblo de Brunyola, en el camí ral de Vic a Girona, escenario de múltiples robos y violencias.

“Serrallonga no se limita a actuar en las Guilleries, sino que su radio de acción se extiende de la frontera con Francia hasta las puertas de Barcelona, de las playas del Empordà al camí ral de Manresa a Barcelona”, escribe el autor.

Por otro lado, el libro es también una excusa para visitar lugares recónditos del territorio por los que pasó el bandolero, una especie de guía “turística” por la Cataluña feudal de la mano de los personajes que acompañaron en vida a Serrallonga, como su esposa Margarida, Joana Massissa, su gran amor y compañera de guerrilla, con quien tuvo un hijo, o Tomás de Banyuls, barón de Nyer, noble rosellonés que deja las tierras del Conflent para ayudar a su país. “Todas las sociedades tienen la necesidad de crear y mantener sus mitos, y Serrallonga es uno de los personajes que satisfacen esta necesidad”, concluye.