Muchos reconocerán partes del nuevo videoclip de Katy Perry, e incluso se sentirán como en casa. La estrella del pop ha elegido parte del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) para rodar su último videoclip, titulado I'm his, he's mine (soy suya, y él es mío).
En puridad, el tema, en el que colabora la rapera americana Doechii, discurre en dos localizaciones españolas. Una es, en efecto, la Vila Universitària de la UAB, el complejo residencial situado en el campus catalán. La otra es una carretera patria.
Las torres en espiral
En la primera de las localizaciones, los estudiantes que acudieron a la zona residencial a vivir durante sus estudios --o que se acercaron a las pantagruélicas fiestas que se celebran allí los jueves--, reconocerán las carreteras de circunvalación, las torres en espiral que contienen las escaleras de acceso a los niveles superiores o incluso el hotel Campus UAB, un cuatro estrellas situado en el lugar.
Pero es que en un instante del vídeo, aparece incluso el logo de la Universidad, como han reparado algunos internautas en X.
Rodado en julio
Según ha trascendido, el clip I'm his, he's mine se rodó en pleno julio en la Vila, cuando la zona está prácticamente desierta, pues la actividad lectiva en la UAB se ha interrumpido por las vacaciones de verano.
La propia UAB ha confirmado a TV3 que el equipo de Perry pagó las correspondientes tasas de rodaje, por lo que recibió autorización para grabar.
Ilegal en Formentera
Por ello, la canción se ha publicado y ha ganado casi un millón de visualizaciones en apenas 24 horas. En diciembre, su propuesta, una adaptación de un tema anterior de Crystal Waters publicado en los años 90, se podrá escuchar dentro del álbum 143.
Por lo pronto, el cameo catalán será mucho menos polémico que el rodaje que protagonizó Perry en el islote de S'Empalmador de Formentera para su canción Lifetimes, donde la estrella grabó también este verano sin permiso en unas dunas del parque natural.
La artista alegó que tenía permiso verbal, pero el Gobierno balear lo negó. Finalmente, no la investigó por delito ambiental, como pedían los ecologistas.