De Blanes al cabo de Creus, más de 200 kilómetros de territorio donde el Mediterráneo y las montañas se conjuran para crear un paisaje tan agreste como inspirador. Nunca fue una costa cualquiera. Durante siglos fue habitado por íberos, griegos y romanos, poderosos pueblos y civilizaciones que dejaron tras su paso un legado extraordinario.
Con el paso del tiempo, esta hermosa tierra se fue transformando en un seductor destino al que llegaron numerosos artistas e intelectuales atraídos por el encanto de aquel lugar privilegiado. Francesc Miralles, Joan Colom, Joaquín Sorolla, Josep Maria Sert, Joaquim Mir, Luïsa Vidal y Salvador Dalí, por citar solo algunos, encontraron aquí un placentero refugio, un paraje inspirador donde crear. Todos ellos contribuyeron a la construcción de su identidad.
Costa Brava. El descubrimiento del paraíso, 1870-1936 es la primera de una trilogía de exposiciones que durante los próximos tres años mostrarán cómo el arte ha sido un factor clave en el descubrimiento, promoción, destrucción y recuperación de la costa norte de Cataluña. La propuesta se desdobla a su vez en dos muestras, ambas comisariadas por la historiadora del arte Mariona Seguranyes, De Blanes al cabo de Creus. Identidad de un paisaje, en el Museo de Arte de Girona hasta el 17 de septiembre, y Cuando Cadaqués era una fiesta, que se inaugurará el próximo 29 de abril en el Museo de l’Empordà permaneciendo en sus salas hasta el 11 de septiembre.
La Costa Brava antes de la Costa Brava
El primer proyecto expositivo es un viaje en el tiempo que comienza hacia 1870, “cuando esta costa todavía no tenía nombre propio y era más brava y salvaje”, explican los organizadores. Y es que este trozo de litoral no siempre se llamó así. Costa de la Selva, costa de Girona, costa Serena, costa de Coral, costa de Levante, la Cataluña griega o marina de l’Empordà son algunos de los nombres que utilizaron artistas y escritores a comienzos del siglo XX.
Pero fue el periodista y escritor Ferran Agulló quien acuñó el término “Costa Brava” en un artículo publicado el 12 de septiembre de 1908 en el diario catalán La Veu de Catalunya. Algunos cuentan que el nombre le sobrevino mientras se hallaba contemplando las espléndidas vistas desde la ermita de Sant Elm en Sant Feliu de Guíxols; otros defienden que fue Blanes su inspiración y Josep Pla, entre otras fuentes, relató que fue en Begur, en la finca El Paradís del político y empresario Bonaventura Sabater, durante una reunión de la Lliga Regionalista a la que Agulló pertenecía.
Musa atemporal
Ajeno al debate sobre el topónimo, lo cierto es que este excepcional paisaje mediterráneo alimentó la obra de muchos artistas y paisajistas de finales del XIX como Lluís Rigalt, Martí Alsina, Jaume Vilallonga, Joan Roig Soler, Adolphe H. A. Delamare y Ramon Pichot.
Después vendrían otros que, coincidiendo con el nacimiento de la “marca”, ayudarían, voluntaria o involuntariamente, a consolidar y proyectar el concepto “Costa Brava”: Baldomer Gili Roig, Joan Llimona, Joan Colom, Lluïsa Vidal, Joaquín Sorolla, Josep Maria Sert, Jaume Ferrer Massanet y Rafael Martínez Padilla, por citar algunos.
Santuario del surrealismo daliniano y un “paraíso azul”
Si Salvador Dalí estableció en Portlligat el santuario donde desarrollar su creatividad y convirtió Cadaqués en punto de encuentro de sus amigos surrealistas parisinos, Marc Chagall encontró su refugio, su “paraíso azul”, en Tossa de Mar durante la segunda guerra mundial. No fue el único. Figuras como Dora Maar, Francis Picabia, André Masson, Jean Metzinger, Olga Sacharoff y Serge Brignoni vivieron aquí largas temporadas convirtiéndolo en un notable foco artístico.
Sin duda Chagall ayudó a internacionalizar su fama, pero, según apuntan los organizadores, fueron los pintores catalanes Rafael Benet y Pere Créixams “los verdaderos promotores de la llegada de artistas, escritores e intelectuales procedentes de París”.
Destrucción de un destino extraordinario
Hacia la década de 1930, el incipiente desarrollo urbanístico y la aparición del turismo se convierten en una seria amenaza. En agosto de 1935 se celebró en Girona la conferencia Pro-Costa Brava en la que participaron Ramir Medir, el arquitecto Josep Lluís Sert en representación de la GATCPAC y el pintor Rafael Benet. El encuentro buscaba frenar la construcción de una carretera que recorrería todo el litoral así como controlar la expansión de futuras construcciones. El estallido de la Guerra Civil poco después lo paralizó todo. Había comenzado la destrucción del paraíso.
La exposición Costa Brava. El descubrimiento del paraíso es una bella crónica sobre el arte y su papel en el devenir de la costa norte catalana. Para ello el Museo de Arte de Girona ha reunido una sesentena de cuadros y documentos, fechados entre 1870 y 1936, de unos 50 artistas, procedentes de colecciones privadas e instituciones como el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo Nacional de Arte Reina Sofía, el Museo Sorolla de Madrid, el Museo Carmen Thyssen de Málaga o los archivos de Blanes, Palafrugell y Tossa de Mar. Una muestra para disfrutar del arte y reflexionar.