Mucha gente empezó a reconocer la cara de Carlos Rodríguez (Madrid, 1975) por sus trabajos como director artístico de The Dancer (TVE) y Got Talent (Telecinco), pero en realidad lleva muchos años de trayectoria y muchos reconocimientos a sus espaldas. El madrileño es el fundador de la compañía Nuevo Ballet Español con el que ha difundido el flamenco y la danza española desde 1995.
El coreógrafo regresa ahora a los escenarios para rendir homenaje a otro artista patrio, Pablo Ruiz Picasso. A través de la danza, explora las luces y la sombras de uno de los artistas más internacionales de nuestro país.
'Eterno'
El festival internacional de verano de El Escorial (FIVE) es el marco elegido para el bailarín para estrenar este Eterno, que tiene previsto girar nacional e internacionalmente en 2023. Una pieza dividida en dos partes en que la danza española el la coprotagonista junto al pintor malagueño. Una danza que no pasa por sus mejores momentos, pero que Rodríguez quiere impulsar y revolucionar para acercarla a los más jóvenes.
El bailarín habla con Crónica Global antes del estreno este 28 de agosto en el evento madrileño para desgranar cómo ha sido sumergirse en el universo del pintor, la relación entre danza y pintura y la voluntad de dar a conocer y difundir las raíces españolas.
--Pregunta: ¿Qué se va a encontrar el público de El Escorial en 'Eterno'?
--Un espectáculo con dos coreografías diferenciadas en dos partes del show. La primera cuenta el exterior, la vida y la obra de Picasso; en la segunda, el espectador se sitúa en la mente del pintor y, a través de su imaginario, de sus ojos, sentimientos e iconos, y le transmitimos cómo siente y vive un creador su obra y cómo la gesta. La primera parte es más flamenca y la segunda, más sinfónica. Los intérpretes son maestros de la danza de más de 40 años, con un poso de interpretación madura. El público disfrutará así de un elenco de bailarines versátiles especializado en diferentes disciplinas: ballet clásico en jota, música española, flamenco... Va a ser algo nuevo y muy especial, porque está dedicado a una persona que hizo de nuestras costumbres y raíces y de la cultura española vanguardia del mundo.
--Dice que se centra en la parte más sensual y sexual de Picasso. ¿Por qué?
--La danza misma es una seducción para llegar a la esencia del ser. Se transmite desde el intérprete y llega al espectador como un grito del alma y lo sacamos a través del baile. Canalizamos las necesidades del ser humano como artistas.
--¿Qué relación tiene usted con Picasso que la ha llevado a idear este espectáculo?
--La relación del creador. Como coreógrafo soy creador de espectáculos. Picasso estaba conectado con algo que hacía que transmitiera y contara verdades de una manera muy especial y original. En este espectáculo, yo me he rodeado de amigos y profesionales, todos ellos con sus proyectos y compañías, para que me acompañaran a homenajear al artista en el 50 aniversario de su muerte. Creo que Picasso se merece esta inmersión a nivel creativo. Yo mismo estoy descubriendo con este espectáculo muchas cosas de cómo es un creador, cuál es el interior de una persona, qué marca esa fina línea que separa el artista del ser humano. Incluimos estéticas muy nuevas dentro de la danza española para acercarla a nuevas generaciones y que no se pierda, de modo que la escuela bolera, la danza española, la jota persistan y sigan en los teatros porque creo que lo estamos perdiendo.
--¿Por qué cree que eso sucede?
--El flamenco está en auge y no tiene problema y se practica en el extranjero y creadores como yo vamos hacia ese flamenco comercial que se quiere ver en el extranjero. Hay un problema en la danza española, porque las nuevas generaciones viven otras cosas en la calle y no evoluciona como debería, no se mezcla. En Eterno buscamos, desde un teatro más europeo, llegar a unas estéticas y formas de crear más actuales, que permitan que la danza española evolucione, como el flamenco al mezclarse y así volver a poner en la mirada de las nuevas generaciones esto tan rico que tenemos en nuestras raíces y cultura española. Yo desde mi lado, lo intentaré trabajar siempre, porque es mi compromiso de vida, porque me ha dado muchas ilusiones, me ha hecho feliz y me ha salvado la vida. Por eso, queremos darle ese lugar para que se perpetúe en el futuro.
--En el programa de la obra habla de que se sumerge "en la fealdad de la belleza". ¿Cómo ha trabajado esto y cómo se plasma en la escena?
--La vida de Picasso tiene muchas luces y sombras. Se le tacha de misógino, cruel y no creo que sea culpa de nadie. La educación en España en una época era más machista y de otra manera, como el consumo de drogas. Todo ello se trata desde un lado que, si bien puede resultar duro para quien lo vea, hacerlo desde la belleza. Por ejemplo, llevamos al personaje del español a un toro, que es el estandarte de nuestras raíces. Desde esa figura representamos a ese macho de la época que creía que la mujer era un ser inferior. Un hecho que no es bonito comprender pero sí bonito de ver con las asimetrías de los cuadros de Picasso, por ejemplo.
--Habla también que quiere "encontrar nuevas formas" de expresión. ¿Por qué esa voluntad?
--Hemos querido romper con las normas establecidas por el purismo. Hemos investigado con las músicas electrónicas, fusionar la danza española con la contemporánea. Las disciplinas siempre están en la base pero investigamos en danzas más urbanas y modernas que actualizan el estilo y nos llevan a observar la danza de manera más versátil, desde un lugar donde el intérprete está preparado y disciplinado para abordar todos esos estilos.
--En un momento ha dicho que la danza le ha salvado la vida, ¿a qué se refiere?
--La danza es mi vida y me ha hecho ser feliz. Me he entregado a la danza, le he dado muchas cosas y la danza me lo ha devuelto. Como español y bailarín de danza española y flamenco hay un compromiso por mi parte, y el de mis compañeros, de elevar esta profesión a una categoría. Muchas veces no se considera la danza una profesión sino un hobbie y no es así. Esto es una profesión, una cultura, unas tradición y las raíces de una tierra. En estos tiempos he entendido que debemos hacer que todo ello prospere porque sino nos quedaremos en nada. Pues, como Rosalía, que ha hecho que lleva a fuera este legado que nos han dejado.
--¿Ha sido siempre bien entendido? ¿Es fácil encontrar ayudas?
--La danza es la hermana olvidada de la cultura, las ayudas no son las que deberían ser y hay un fallo que debe revisarse, desde las leyes hasta los planes. Esta obra la produzco yo con mi propio dinero. Tener que pedir que te ayuden con un trabajo de esta envergadura no debería suceder. Hay unos ballets y compañías nacionales que hacen muy buen trabajo para conservar el patrimonio y lo que significa nuestra cultura pero llega un momento en que estas compañías que exportan todo esto de una manera más arriesgada y diferente también deben tener su lugar. Siempre ha sido muy difícil. Yo me he arriesgado siempre, he hipotecado mi casa y me ha salido bien. No me arrepiento de nada y se trata de arriesgar y que se puede.
--Proyectos como 'The dancer', por ejemplo, ayudan a dar esa visibilidad que no se tiene?
--Si están bien enfocados y el producto que se busca es de calidad y no sensacionalista, claro que ayuda. Lo que no sé es si estamos preparados en nuestra sociedad para vivir la danza de la manera, la admiración y con el respeto que merece un artista. En Francia la educación cultural es otra y el respeto y respaldo al artista no tiene nada que ver con lo que sucede en España, cuando es una tierra de artistas nuestro país: desde Picasso, Lola Flores, Dalí, Rosalía...
–¿Espera poder girar con el espectáculo entonces?
--Sí. El 2023 se cumplen 50 años de la muerte de Picasso y vamos a llegar a festivales internacionales y a bailar en capitales muy importantes de este país. El año que viene se conmemora un año importante para el mundo. Picasso merece un homenaje como este y por eso no he dejado nada en el tintero y a nivel económico y artístico me he rodeado de lo mejor.