El cine español de género cada día cobra más peso a nivel internacional. A la generación de Paco Plaza y Jaume Balagueró, le siguió la de Koldo Serra y ahora es el turno de Carlota Pereda y su Cerdita y de Raúl Cerezo y Fernando González Gómez, quienes ya dan el salto internacional con su segunda película, Viejos.

Este par de cineastas que sorprendieron con su ópera prima, La pasajera, hacen su debut en el Fantasia Festival de Montreal, el segundo certamen de cine más importante del mundo especializado en cine fantástico, después de Sitges.

Regreso al origen

Crónica Global pudo hablar con ellos antes de su pase este 16 de julio en el certamen y descubrir un poco qué esconde un título tan políticamente incorrecto pero con más sentido que nunca. Y es que sus creadores tienen claro que pese a todo el terror que emana la cinta, éste proviene de una realidad: la sociedad y el ser humano.

Recuperando los orígenes del género, que sirvió de denuncia de la guerra, del holocausto y del sistema capitalista, Cerezo y González Gómez ofrecen un cine denuncia que cobra máxima vigencia incluso después de la pandemia. ¿Quieren más pistas? Ellos las ofrecen.

Poster inglés de 'Viejos' Bernardo Fernández

--Pregunta: ¿Cómo viven su participación en el Festival de Montreal?

Raúl Cerezo (R): Es una noticia increíble para la película. Es el festival de fantasía más importante de Norteamérica, el segundo tras Sitges. Ojalá podamos tener un pleno. Somos la única película española que compite en la sección fuerte y estamos muy contentos y nerviosos.

Fernando González Gómez (F): La sección a la que se refiere es Cheval Noir Competition, cuyo premio es un pegaso. Es donde compite lo mejor del festival

--¿Qué nos pueden contar de 'Viejos'?

F: Es una película muy especial. Cuando llegó Raúl con el brillante guión, que llevaba años puliéndose, y le dimos entre todos algunas pulidas más, estábamos bastante contentos. Creemos que es original por lo que trata y por el cómo. Estamos muy orgullosos de como ha quedado con el equipo, que es el mismo de La pasajera casi.

R: Se dio luz verde al proyecto durante el rodaje de La pasajera, pero Viejos es un proyecto que lleva diez años ya. Así funciona este país para hacer cine. Era un corte que se llamaba Los ancianos, luego Javier Trigales se unió estos últimos ocho años al guion y después Sánchez Trigos. Comienza como un drama terrible familiar y deriva en una locura total. Lo que pasa que no queremos hacer muchos spoilers.

--Sabemos que no pueden decir mucho, pero se intuye denuncia social.

F: Está, está en el contexto. Si algo tiene en común Viejos con La pasajera o los proyectos que trabajamos es que usamos el género para que haya algo más allá que el mero pasar miedo, tensión o sufrimiento, sino que haya un subtexto, una intrahistoria para sacarle jugo más allá de lo obvio.

R: Nosotros tratamos de que la película tenga muchas capas. Trabajamos mucho la primera y luego que haya algo latente, como lo hay aquí. En esta, además, ha cobrado una dimensión muy amplia tanto por el cambio climático como por el Covid, cuando no va de eso, porque nos hemos pasado de la raya en tantas cosas, por su puesto va de los ancianos. Y lo curioso es que está escrita hace 10 años que no había Covid, y en este sentido es una suerte, dentro de toda la desgracia, que caiga ahora.

Fernando González Gómez / JUANMA BERNABEU

--Eso significa que el trato a los mayores no es sólo un hecho criticable, denunciable, sino que se arrastra desde hace tiempo y que el Covid no ha hecho más que ponerla en evidencia.

R: De hecho, desde el nombre de la película, Viejos, va encaminado a eso, que ni el narrador de la película los respeta. A la vez, por eso, no queremos que sea de trazo grueso. Hay momentos de ambigüedad.

F: No somos adoctrinantes, no nos gusta. Pero al final, tienes una parte de la sociedad, sobre todo en la occidental, que la vejez no tiene un sitio, ni es respetada ni es bien ubicada. No pasa así en la cultura oriental o musulmana, aquí las personas mayores no tienen un sitio.

--Y lo hacen desde el terror

F: Ya la creación del zombie era una crítica a la revolución industrial. La crítica y el género están unidas casi desde sus inicios

R: En La pasajera ya poníamos el debate del feminismo sobre la mesa. Queríamos jugar con el bicho de lo que estábamos viviendo. Y si esa era en un tono de comedia más gamberra, en este caso es una película en clave de drama más oscuro. Creemos que aquí será más clara esa denuncia.

F: En el otro caso no es que les costara entenderlo, tampoco lo esperaban porque tenía un tono más alegre y desenfadado. Cuando le presentas algo más sesudo o con otro tempo si esperan encontrarlo e incluso lo buscan.

R: Es curioso que en La pasajera nadie lo esperaba y aquí ya con el cartel de Viejos van a buscar y hay predisposición a ver el mensaje. 

F: A veces, cuando esto no se da y no hay nada más debajo todo se queda más descafeinado. 

R: El fan del género por eso, se cabrea si no es primero una peli de género, pero si ven una lectura más allá ya... Nosotros nos propusimos que tenía que tener las dos partes. El Intellectual horror este tiene ese temor de que sea mucho de género y el mensaje no llegue porque le premian menos. Y entiendo que los del género se cabreen cuando no hay y se usa la palabra para hacer un drama.

Protagonistas de 'Viejos' / JUANMA BERNABEU

--Lo cierto es que de alguna manera el género puede llegar a un público más joven que no iría a ver un drama o cine social pero no les importa verlo en el terror o el fantástico. ¿Creen que puede ser una manera de hacer llegar este mensaje a los jóvenes?

F: Las películas de género son las que tienen más alcance en el público, por eso, muchas veces disfrazar un drama con la etiqueta de género ayuda a colocarla. Viejos desde el principio es una peli de terror y busca revolver el estómago del espectador y dar miedo.

R: Nosotros lo vendemos como una peli de terror porque es lo que es. Lo otro viene después.

--¿Diría que es una peli de monstruos donde el monstruo somos nosotros o no hay monstruos?

F: (ríe)

R: No es una peli de monstruos, pero. Durante el transcurso de la peli se ve la monstruosidad de la situación, eso sí. Para que te hagas una idea sería algo así como La semilla del diablo

F: Esta es una peli más de atmósferas, de incomodar al estómago y que el espectador se remueva en el asiento. Al final es un entorno cotidiano que se torna asfixiante y no tenemos un monstruo como en La pasajera. Jugamos también con una ola de calor que nos puede volver locos.

R: Además yo lo pensaba hacer en frío y con vaho, pero por tema de cómo lo poníamos, si por FX y tal, decidimos que fuera una ola de calor y fue un acierto, porque mira lo que tenemos ahora. Que esa es otra lectura.

F: Es que era denunciable hace 10 años y lo sigue siendo ahora.

Raúl Cerezo / JUANMA BERNABEU

--El género, cómo hablábamos, nació ya con la denuncia de una sociedad. Viendo las últimas películas de género del cine español --Cerdita es otro ejemplo-- se apuesta por ese regreso a los orígenes del fantástico y del terror? ¿Es una reivindicación?

F: Si se está haciendo es de manera inconsciente. Es decir lo hacemos con voluntad de crítica pero no porque antes se hacía. Pero sigue habiendo películas de género sin ningún subtexto y son buenísimas.

R: El resplandor, El exorcista, La semilla del diablo ya tienen una crítica brutal. Lo que pasa es que ahora hay muchísimo aprovechado que quiere denunciar con el género y ni saben de crítica ni saben de género y el espectador está hartísimo. Les encanta que haya una subtrama, pero tenemos una era de aprovechados muy jodida.

F: Date cuenta que la fantasía o cualquier utopía o distopía que crees quiere mostrar de manera encubierta muchas facetas de la sociedad actual. Todo se maneja de una manera natural y disfrutable.

R: No sabemos si va a gustar o no, pero creo que dará que hablar.

--Vamos por eso a una cosa que Raúl ha dicho al principio. Si bien decimos que el género atrapa más a un público joven y que incluso hay aprovechados, les ha costado 10 años poner en pie este guion. ¿Cuesta más levantar una película si es de género?

F: Todos cuestan mucho de levantar.

R: Polansky ya decía que era afortunada la persona que conseguía hacer una película y única si la peli que hacía era buena. Y estamos en España, que la industria del cine es muy pequeñita. Ser una de las personas que hemos podido hacer dos en estos años. Y yo con 44 años rodé mi primera película, Fernando 30 y pico. Pero lo ves, la media del cineasta que hace cortometrajes es de 30 y algo años, el de 20 todavía lo hace con el móvil, porque es muy complicado. No es un mensaje de desánimo pero has de currar muchísimo.

F: Lo que sí es cierto que las películas de género son más difíciles de producir porque tienen un factor añadido que las puede hacer más caras como los efectos, una postproducción más compleja, animatronix, etc. que un drama y una comedia, por lo general no lo necesitan. Pese a todo, sí, se vende más. La pasajera, que es una película independiente y pequeñita se ha vendido a 28 o 30 países, entre ellos Estados Unidos. Es más arriesgado y caro pero si te sale bien hay un gran número de festivales y público especializado.

R: Todos los productores tienen miedo a hacer terror, porque no te toman en serio algunas  veces. Luego cuando ven el resultado cambian de opinión.

Escena de 'Viejos' / JUANMA BERNABEU

--Y tras la repercusión de 'La pasajera' y el futuro estreno de 'Viejos' en Montreal ¿han recibido alguna llamada de Hollywood?

R: No hay tercera película firmada, pero hay un interés muy fuerte por ejemplo de comprar Viejos por parte de varias distribuidoras. Yo soy optimista pero tengo cautela. 

F: Es cierto que igual los que veían La pasajera pensaban que no nos lo tomábamos en serio, cuando es completamente rigurosa, pero como el tono era más cómico... Ahora con el tono de Viejos igual ya lo ven.

--¿Y estarían dispuestos a rodar fuera?

F: ¡Sí!

R: Por supuesto, pero luego regresaría rápido a España. A mi me gustaría ir, por lo menos, una vez. Y si es posible ir y volver.

F: Sí, queremos tener la posibilidad de hacer algo a lo grande y ver qué tal se nos da.