‘Blum’, el podcast para descubrir Suiza en el que nada es lo que parece
Un ‘thriller’ sonoro, disfrazado de documental, nos teletransporta a las ciudades y museos helvéticos de una forma diferente y muy emocionante
10 julio, 2022 00:00Durante la primera mitad del pasado siglo se produjo una auténtica revolución en el mundo del arte. Los creadores se afanaban por redefinir el significado de su obra, alejándose de lo figurativo y dotándola de una dimensión emocional, lírica, casi musical, muy alejada de una función meramente estética. El pintor de origen ruso Vasili Kandinski defendía en su libro De lo espiritual en el arte que “el color es un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma. El color es la tecla, el ojo el macuto, y el alma es el piano con sus cuerdas. El artista es la mano que, mediante una u otra tecla, hace vibrar adecuadamente el alma humana”. En el mismo contexto se sitúa Ursula Blum, pintora y compositora vanguardista suiza, estrechamente vinculada al Jinete Azul (Der Blaue Reiter), el célebre grupo de expresionistas liderado por Kandinski.
Nacida en 1877 en el seno de una poderosa familia de St. Gallen, una encantadora ciudad ubicada entre el lago de Constanza y la hermosa región suiza de Appenzellerland, creía firmemente que los sonidos y la música eran los instrumentos que conectaban el plano terrenal con el espiritual. Este vínculo entre lo divino y lo humano no es nada nuevo, tampoco exclusivo de ninguna época o civilización. Ya lo apuntaron Pitágoras en su teoría de la “armonía de las esferas” y la santa alemana Hildegard von Bingen, que escribió lo siguiente: “El alma es sinfónica y el canto que el ser humano entona con el alma es un eco de la armonía celeste”. La suiza testimonió esta idea en sus obras hasta las últimas consecuencias. Unas consecuencias que impregnan de dramatismo y misterio toda su biografía. Sus últimos años los pasó ingresada en un psiquiátrico de un barrio residencial de Ginebra, no muy lejos de Villa Diodati, la casa donde Mary Shelley escribió la primera y más famosa de sus novelas, Frankenstein. Sus cuadros reposan en varios museos del país helvético y sus acordes permanecen dormidos en enigmáticas cajas de madera.
La vida de Ursula despertó la curiosidad de Clara Pastor, una estudiante de Historia del Arte que desapareció, sin dejar rastro, mientras documentaba su tesis sobre la pintora. Cinco años después la periodista Emma Castillo decide poner rumbo a Suiza para continuar con la investigación.
Un ‘thriller’ de ficción para descubrir Suiza
Si buscan en Wikipedia no encontrarán ninguna entrada sobre Ursula Blum. No sería de extrañar, ya que es habitual que los logros de las mujeres desaparezcan o queden relegados a un segundo plano. Pero este no es el caso. Deben saber que, en realidad, ella nunca existió. Aunque su historia sea perfectamente plausible, lo cierto es que se trata de un personaje inventado, al igual que todas las incógnitas que la rodean. La realidad a veces puede parecer inverosímil, pero la ficción debe resultar siempre verídica. Eso debieron pensar Carmen Pacheco y Manuel Bartual, “guionistas y fabricantes de misterios”, cuando Suiza Turismo les retó a crear un thriller de investigación en formato podcast inspirado en el lado más urbanita y cultural del país. Dirigido por El Extraordinario, un sello especializado en relatos sonoros, Blum es el resultado de este desafío. Un sorprendente thriller de ficción que nos traslada a Suiza de una manera muy original y sin salir de casa. Solo hay que pulsar play y dejarse llevar.
Lugano, Lucerna, Berna, Basilea, Lausana y Ginebra son algunas de las nueve ciudades en las que transcurre la trama y a las que siempre se llega en tren. Nueve episodios, de aproximadamente 20 minutos cada uno, nos sumergen en una inquietante aventura, de giros inesperados, totalmente adictiva. Cada entrega funciona además como una suerte de “gabinete de curiosidades históricas” con referencias tan sorprendentes como por ejemplo que, según cuenta la tradición, Albert Einstein inspiró su Teoría de la Relatividad en el reloj astronómico de la torre de Berna; o que el escritor norteamericano Mark Twain se refirió al León de Lucerna (una escultura conmemorativa dedicada a los cientos de guardias suizos caídos en 1792 durante la Revolución Francesa) como “el trozo de piedra más triste y conmovedor del mundo”; también que en la biblioteca de la abadía de St. Gallen (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco) se encuentra la sala rococó más bella de todo el país.
Nueve ciudades… y 10 museos
Además de las ciudades, las salas de los 10 Art Museums of Switzerland surgen como exquisitos escenarios de los que cuelgan obras de Klimt, Chagall, Monet, Paul Klee y Picasso. Blum es una guía de viaje sinfónica. Precisa y confusa a la vez. Donde se funde lo real con lo irreal y se suceden bucólicos paisajes y estaciones de tren que nos acercan a un destino extraordinario.
Una imaginaria Ursula Blum escribió: “Esta tierra antigua tiene un corazón hecho de montañas, ríos y lagos y nosotros hemos construido nuestras ciudades encima y las hemos llenado con nuestro ruido. Estamos sordos, pero cuando la luz se estrella contra el agua y cuando los pájaros atraviesan el cielo y vienen a verme, en ese momento en que el tiempo se para, puedo oír algo, oigo su música, oigo latir el corazón de la tierra”. ¿No les parece un buen motivo para viajar a Suiza?