Denis Imbert: “Europa menosprecia el cine familiar, lo hemos dejado en manos de los americanos"
El director francés se mete de lleno en la polémica sobre la presencia del lobo en los bosques en 'El secreto de Vicky'
30 abril, 2022 00:00El título de la película en castellano, El secreto de Vicky, puede llevar a engaños tiene que ver poco con Vicky, la primera película como director de Denis Imbert. Si aquella seguía en formato de comedia el descubrir sexual y rebelde de una mujer de 30 años de clase bien, su último film trata de la relación de una niña con un lobo tras perder a su madre.
Mystere es el nombre original de la cinta y que también tiene el lobo. Un título que se ajusta más a la misteriosa relación, no sólo de la pequeña con el animal y cómo le ayuda a superar la muerte de su progenitora, sino también a la del ser humano con la naturaleza.
Caza y familia
Más allá de lo emocional la cinta no deja tampoco de lado una polémica muy presente en Francia y también en los bosques de España: la presencia del lobo. Para los ganaderos, este animal es una amenaza para sus rebaños, para los ecologistas, su caza debe estar prohibida.
Con estas herramientas, el cineasta presenta una cinta familiar 100%, que tiene también su interés para el público adulto. Crónica Global mantiene una breve charla con Imbert en la que reflexiona sobre ambos asuntos y, en concreto, el menosprecio y prejuicio por el cine para todos los públicos.
--Pregunta: ¿De dónde sale la idea de la película?
--Nace realmente de la necesidad de filmar la naturaleza, de que se convirtiera en uno de los personajes de la película. También es muy agradable para un director y el equipo de rodaje estar en osmosis con el tema, como fue el caso. Debo decir que el film so rodó antes de la pandemia, porque ya antes tenía la necesidad de encontrar mis raíces con el mundo rural, donde pasé mi infancia, ya que ahora vivo en París. Y un tema que ha marcado la historia reciente en Francia ha sido el regreso del lobo a nuestros bosques.
--Es un tema muy polémico en Francia y también en los Pirineos catalanes. Tras pasar un tiempo con gente local, ¿cómo se posiciona al respecto?
--Ya ha habido otras películas al respecto, como el documental Paseo con los lobos de Jean-Michel Bertrand. Los anti-lobos, entonces, se le tiraron encima y fue amenazado de muerte, incluso. Lo que me ha permitido tratar este asunto es haberlo explicado como un cuento realista. Y debo decir que, dos semanas antes de que nos desplazáramos al Comtal para filmar la película hubo unos ataques de lobos a rebaños de ovejas y los pastores consideraron que ir a rodar algo al respecto era una provocación. Tuve que hablar con ellos y les expliqué que yo no quería hacer una apología del lobo, sino explicar la situación. Porque es cierto que el Estado no protege a los ganaderos de la presencia de los lobos en nuestros bosques.
--Y además se atreve con dos cosas que Hitchcock decía que eran complicadísimas, rodar con niños y animales. ¿Es un mito o es realmente difícil?
--En efecto, pero Hitchcock olvidó otra regla: no grabar nunca en exteriores porque tuvimos unos problemas horribles con el clima, lo hizo todo muy difícil. Estábamos todos allí en un valle y todo el mundo se interesó y Shanna [Keil], la niña, hizo un trabajo extraordinario meses antes del rodaje para relacionarse con estos animales desde su nacimiento hasta que fueron adultos. Y añadir que todos los extras fueron precisamente gente local y cuando lo estrenamos allí tuvo más espectadores que Spider-man, tal vez el único lugar del mundo donde eso sucedió.
--Para acabar el tema del rodaje con niños, el film habla también de la pérdida de seres queridos. ¿Cómo abordó este asunto con la actriz?
--Sí, estos temas no son fáciles de abordar con los niños y a Shanna le interesaba sobre todo la relación que podía tener con los lobos. Los aspectos cómicos o relacionados con otros actores no le interesaban lo más mínimo. Pero detecté que tiene un potencial de fuerza y rabia que le ayudamos a sacar con una coach. Recuerdo que en algunas escenas teníamos que animarla incluso a sacar esta rabia.
--Queremos hablar del título original de la película, ‘Mystère’, más allá de ser el nombre del lobo ¿tiene algo que ver con esta conexión misteriosa entre el hombre y la naturaleza? ¿Ha perdido el cine ese interés por contar esta relación? ¿Y el hombre?
--Absolutamente. Es cierto que el nombre real del lobo era fantástico porque nos lo daba todo. Luego he podido proyectar el film con escolares de entre 8 y 10 años y me sorprendieron sus preguntas: si lo había rodado en bosques de verdad, si los bosques, las escopetas y los cazadores eran de verdad. Es curioso que estos chicos que están conectados al mundo digital de sus tablets y teléfonos nos puedan hacer estas preguntas, que nos pregunten que si aún hay bosques donde se pueda rodar una película. Pero sí, Mystère resume perfectamente la relación misteriosa que tenemos con la naturaleza y la desconexión que tenemos con el mundo o universo salvaje. Los propios profesores de escuelas rurales nos dicen que ahora los niños no saben distinguir los sonidos de cada pájaro, cuando antes podían detectar qué pájaro cantaba sólo con escucharlos.
--Esta película se encara directamente hacia el cine familiar. ¿A qué se debe este giro en su filmografía?
--La película que haré ahora no es tan familiar, es más bien universal: la historia de un hombre que, tras un accidente, intenta volver a caminar por los bosques de Francia, protagonizada por Jean Dujardin. Pero sí, para mí hoy es importante llegar a este público si no familiar, más amplio. Me gustaría tocar este público familiar, no sé si siguiendo la historia de Mystère, pero sí emocionar al público.
--¿Le molesta que el cine familiar tenga esta lacra de cine menor?
--Es terrible, en Francia o en toda Europa se menosprecia mucho este género, no se le hace caso, es como si fuera de gama baja y Estados Unidos ha entendido de que es un mercado muy importante, enorme. En Europa, no sé por qué, hemos dejado este mercado a manos de los estadounidenses. Mirando las películas que hay en la cartelera por Navidad, que es cuando se presentan la mayoría de ellas, son casi exclusivamente de Pixar y Disney. Es una lástima porque estas películas familiares son las que nos ayudan a educar a nuestros hijos que son, también, los espectadores de mañana. Si a mí me gusta el cine es porque de pequeño tuve la oportunidad de ver películas buenas.