Pocos artistas pueden presumir de ser tan aclamados e inmediatamente reconocibles como Fernando Botero (Medellín, Colombia 1932). Todos sabemos que estamos ante un “botero” cuando nos encontramos frente a una de sus voluptuosas obras. Algunas de sus esculturas decoran nuestro callejero, ya sea en forma de enorme y fornido felino en la rambla del Raval de Barcelona, de coqueta damisela postrada con un espejo en la plaza de Colón o de regordeta mano en el paseo de la Castellana. Un estilo en el que la exaltación del volumen y el colorido de sus lienzos conforman un universo poblado de orondos personajes que forman ya parte del imaginario colectivo.

Fernando Botero. El baño del Vaticano. 2006, oleo sobre lienzo

 

Seis décadas de gran formato

Desde el próximo 17 de septiembre y hasta el 7 de febrero de 2021, CentroCentro Cibeles acogerá esta completísima muestra monográfica que abarca seis fructíferas décadas del maestro. Un total de 67 cuadros de gran formato, procedentes de colecciones privadas, en cuya selección se ha implicado él mismo, comisariada por Cristina Carrillo de Albornoz con la colaboración de Lina Botero.

La exposición se articula en siete secciones que corresponden a los aspectos más recurrentes de su particular trabajo y que, en conjunto, constata su admiración y gusto por las temáticas clásicas de la historia del arte. El recorrido comienza con América Latina, el eje central de su carrera, y Colombia como protagonista; Versiones, su particular visión de los grandes clásicos de la historia del arte; Naturalezas Muertas, uno de sus géneros pictóricos preferidos como también lo son estas otras temáticas universales: la Religión, la Corrida y el Circo. La séptima y última parte, Acuarela sobre Lienzo, nos revela su obra inédita más reciente. Una de las peculiaridades de esta última serie consiste en que están creadas sobre lienzo y no sobre papel, como suele ser lo habitual, con un método similar al fresco, una técnica que aprendió durante los años que vivió en Florencia entre 1953 y 1956.

Fernando Botero. Mujer sentada. 1997, óleo sobre lienzo.

Esta extensa y extraordinaria muestra nos permite apreciar las fuertes convicciones del artista reflejadas en su coherencia de estilo, también la notable influencia a lo largo de su dilatada carrera de los maestros italianos del Quattrocento, o de Durero, Velázquez, Goya así como de los muralistas mexicanos o del bodegón holandés. Y es que como él bien apunta: “Sin un estilo propio un artista no existe”.

Fernando Botero. The Arnolfini según Van Eyck, 2006, oleo sobre lienzo lien

 

Estudiante y copista en el Prado

Tras su exposición en el Reina Sofía, en 1987, o la que decoró con sus monumentales esculturas el paseo de la Castellana, en la primavera de 1994, el creador regresa a una ciudad, en la que vivió algún tiempo a primeros de los años 50, de la que guarda muchos recuerdos, como su paso como estudiante por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o sus ansiados cara a cara con los cuadros originales de sus admirados Goya, Velázquez, Tintoretto o Tiziano en el museo del Prado, en el que por cierto fue copista.

Fernando Botero. Bailarina en la barra. 2001, óleo sobre lienzo.

Curioso, autodidacta, tenaz, infatigable. Fernando Botero sigue a sus 88 años a pleno rendimiento. Una condición que él mismo constata durante una entrevista con Cristina Carrillo de Albornoz: “Estoy deseando que amanezca rápido para volver a pintar. Pinto los siete días de la semana donde quiera que esté. La energía me llega cuando estoy pintando. Cada cuadro es una explosión de energía y entusiasmo”. 

Actualmente vive entre Montecarlo, Grecia y Pietrasanta. Sea donde sea sigue trabajando, siempre fiel a sí mismo, poblando de personajes su inconfundible universo.

 

El regreso de las grandes exposiciones

Con Botero. 60 años de pintura regresan a Madrid las grandes exposiciones. En una situación incierta y excepcional el centro dirigido por Giulietta Zanmatti-Speranza, como nueva directora artística, pretende recuperar el impulso artístico de este espacio municipal. En palabras de Andrea Levy, delegada del Área de Cultura, Turismo y Deporte del consistorio de la capital: “Nuestra voluntad es que CentroCentro se convierta en un espacio de referencia para el arte y pase así a formar parte de la milla de oro del espectacular eje Prado-Retiro que da identidad cultural a nuestra ciudad”.

Fernando Botero. Dos hermanas, 2019, acuarela sobre lienzo