El góspel ha dejado de ser una música de la iglesia. La tradición de los coros evangélicos afroamericanos ha saltado de Estados Unidos a todo el mundo y España no ha quedado exenta de su implantación. Cataluña cuenta, incluso, con un festival que celebra este año su decimoquinta edición, y cuya organización colaboró también en la creación del primer Festival Internacional de Góspel OneHeart de Barcelona, celebrado el pasado abril.
Varias fuentes del mundo del canto coral apuntan a que el número de coros góspel en Cataluña ronda el centenar, aunque la gran mayoría se concentran en la capital. Este sería el caso de Josep Doménech, un estudioso de la música que, un día, decidió dejar su trabajo como funcionario para lanzarse de lleno a la creación de corales de este estilo musical. Y reconoce que "no me ha ido nada mal".
Se puede vivir del góspel
Josep explica que la música ha sido parte de él durante toda su vida. "He cantado desde pequeño. A los 21 ya había actuado en el Liceu", explica antes de reconocer que llegó un momento en el que después de años entonando clásicos se "desencantó". "Al final acabas cansado de cantar siempre lo mismo, así que decidí montar mi propio coro de góspel".
Esta aventura comenzó como un hobby con un grupo de diez conocidos que alquilaban un local para ensayar, hasta que Josep decidió tomárselo "en serio". Hoy, siete años después, Góspel Barcelona cuenta con siete corales que unen a un centenar de personas bajo el espíritu de este tipo de música. Sin ir más lejos, este próximo domingo actuarán en la basílica del Sagrado Corazón del Tibidabo, que les acoge por segunda vez este año.
Música sencilla y social
Pero, ¿por qué elegir este género? "Es una música fácil y muy sentida", apunta el director de coros. "En comparación con otros tipos de canto, el góspel es sencillo tanto de aprender como de dirigir. Al ser parte de un todo, facilita las cosas".
Más allá de la parte técnica de toda expresión artística, asegura que el componente social de esta música es uno de sus mayores atractivos. Algo en lo que también coincide Ramón Escalé, uno de los organizadores del Festival Campus Góspel Rajadell. "Este tipo de canto tiene un mensaje muy claro y simple, es un canto al amor, y eso llama la atención. Además es bastante sencillo y la vivencia que aporta es muy directa, engancha. Por eso gusta tanto hacer esta música", enumera.
Festival de góspel en Rajadell
El evento de este pequeño municipio catalán, que afronta este fin de semana su edición número 15, llena las calles tanto de música como de "personas de toda Europa". Este año, por ejemplo, una de las novedades de esta apuesta musical es la actuación de dos coros de gran tamaño que provienen de Suiza --en el cual participan voces de más de 20 países diferentes-- y de Letonia.
No es un festival estándar, en el que los grupos llegan, cantan y marchan, sino que cuenta, además, con una serie de talleres y clases de canto para "acercarse al góspel" y "profundizar" en todo lo que este tipo de música supone, ya seas cantante habitual o no. La sección "pedagógica" del evento se lleva a cabo durante las mañanas y tardes, mientras que los conciertos ocupan las horas nocturnas. La organización estima que entre 1.500 y 2.000 personas participan cada año en el festival, entre el campus, los coristas y el público de los conciertos.
Un reto de todo el municipio
Àlex Mazcuñán, uno de los organizadores del Campus Góspel Rajadell --y actual regidor de Cultura del municipio-- explica que "el pueblo ha colaborado siempre en la organización del festival, poco a poco, hasta que en esta edición se ha volcado completamente". En un principio, los vecinos se ofrecían voluntarios para realizar tareas sencillas pero claves en la organización de cualquier evento, como podía ser el control de accesos al lugar de conciertos, ayuda para el aparcamiento, montaje y desmontaje del escenario, entre otras. Este año el festival se enfrentaba, sin embargo, a un reto más complicado: acoger a todos los integrantes de los coros góspel que vienen de otros países. Un reto que han conseguido superar sin problemas.
"Este año se ha apostado por traer a grandes corales europeas que suman más de 60 voces", comenta Mazcuñán al explicar, no sin cierto orgullo por sus convecinos, que "todos han sido acogidos" en casas particulares por familias del municipio. Y la ayuda no se queda ahí. El actual regidor asegura que también los pueblos cercanos "se implican" en la organización y ceden espacios --"lo que pueden"-- para colaborar en la organización. "Todo se articula alrededor de la idea de la convivencia", apuntala Escalé, "de eso va el góspel: más allá del la concepción religiosa, la base de esta música es el compartir el amor con los demás".