En 2016, Radiohead fue el cabeza de cartel del viernes; en 2017, le tocó a The XX; hace un año, The National tomó el relevo. En el mismo escenario, hoy Miley Cyrus ha conseguido que el público coreara al unísono Wrecking ball y ha confirmado así que esta edición del Primavera Sound es diferente a cualquiera anterior.
La de Tennessee ha irrumpido en el escenario barcelonés con su versión más rockera, enfundada en cuero negro y con incontables anillos y collares, lejos de la imagen que proyectaba cuando se hacía llamar Hannah Montana.
Temas clásicos y novedades
Cyrus, que ha aprovechado la cita para presentar temas de su último trabajo She's coming, ha arrancado con una de sus canciones más populares, Nothing Brakes like a heart, que ha obtenido como respuesta los primeros bailoteos de los asistentes que se habían arremolinado ante el escenario desde hacía un buen rato.
Entre las composiciones más recientes han destacado Mother Daughter y Cattitude, que ponen de manifiesto la evolución de esta estadounidense de 26 años. Un cambio que aún se ha hecho más evidente cuando, en los compases finales del concierto ha desempolvado canciones como Party in the USA y Joline, ambas previamente pasadas por el filtro rock que ha impregnado todo su concierto. Para completar el álbum han faltado, sin embargo, otros clásicos de su adolescencia como Nobody's perfect y The Best of both worlds, aunque con lo que a Cyrus le ha costado despegarse del sello Disney no es de extrañar que no quiera repetir.
Brett Anderson
Pero el de Cyrus no ha sido el único baño de masas de la noche. Antes ha sido el turno de Brett Anderson, el cantante de Suede, que ha bajado incluso a los altavoces situados a pie de pista para mezclarse lo máximo posible con su público.
Lo ha dado todo: se ha revolcado por el suelo y se ha dejado las cuerdas vocales; destilando energía de la que se pega y de la que ha disfrutado todo aquel que se ha acercado a presenciar un show más propio de un concierto de rock de los 70 que de un macrofestival.
Janelle Monáe
Otra de las actuaciones sonadas de la noche ha sido la de la estadounidense Janelle Monáe, que ha combinado un despliegue de potencia artística con mensajes reivindicativos a favor de la diversidad.
El momento más aclamado de su exhibición ha sido cuando ha invitado a varias personas del público a bailar en el escenario y a demostrar su flow.
A la caza de los 'millennials'
A lo largo de la tarde, han pasado por los diferentes escenarios del festival barcelonés grupos como los veteranos Jawbreaker, que se han reunido para la ocasión, sin dejar de lado la apuesta por valores emergentes como la catalana Pavvla. El broche final de la noche lo han cerrado el pop psicodélico de Tame Impala y la cantautora sueca Robyn, sin dejar de lado la actuación de La Zowi en el escenario dedicado al trap, que se ha estrenado este año y que es una muestra más del viaje de un Primavera Sound que deja un poco de lado a los puretas y quiere acercarse a los millennials.
Mucha novedad, pero con un pequeño hueco para los clásicos; en esta ocasión de la mano de J. de Los Planetas, que es uno de los artistas que más veces ha actuado en el festival y que este viernes ha acompañado, junto con Amaia, a Él mató a un policía motorizado, cuya asistencia pidieron los fans.