Se dice que, pese a sus 8 millones de habitantes, la frenética actividad de Nueva York puede convertirla en una de las ciudades más solitarias del mundo, un aislamiento que el escultor español Jaume Plensa ha querido expresar con una nueva pieza que se expone en el corazón de Manhattan.



Behind The Wall (Detrás del Muro), situada delante del icónico Centro Rockefeller, es una de las características esculturas del catalán que se han visto alrededor del mundo: cabezas femeninas de gran tamaño en un blanco puro y que, en este caso, tiene los ojos tapados por dos manos. "Siempre estamos hablando de estos muros que desgraciadamente se construyen entre países, culturas y religiones y no nos damos cuenta de que muchas veces somos nosotros mismos los que usamos las manos como muros que nos separan de los demás", explica Plensa en una entrevista a Efe.

Facciones femeninas

En sus obras, Plensa siempre ha querido centrarse en el ser humano, en las relaciones con uno mismo y con lo que nos rodea, y ha escogido para ello las facciones femeninas, "que son las que nos unen al futuro". "Creo que el hombre como tal es un accidente simpático", explica el artista sobre su clara preferencia por las mujeres y niñas para sus esculturas.



Behind The Wall, con la que quiere que los viandantes de la Quinta Avenida de Nueva York se planteen la existencia de estas barreras autoimpuestas frente a otras personas, forma parte de la feria de Arte Frieze, que se celebra este semana en la ciudad de los rascacielos.

Japón, Singapur, Reino Unido o España

La pieza, de más de siete metros de altura y hecha en fibra de vidrio y resina de poliéster con polvo de mármol, se ha elaborado en ocho meses, pero en realidad, dice el artista, ha tardado en producirse toda una vida, sus 63 años.



Esta no es la primera ni la última escultura de Plensa en Nueva York, donde ya ha expuesto varias de sus piezas en los últimos años y desde donde el próximo año se podrá ver otra de su famosas cabezas femeninas que se situará en el vecino estado de Nueva Jersey, al otro lado del río Hudson.



Los estadounidenses son algunos de sus seguidores más fieles y donde mejor acogida ha encontrado, aunque numerosas piezas pueden verse también en Japón, Singapur, Reino Unido o España.