Con la llegada del buen tiempo y la cercanía del verano, hay muchas personas que deciden apuntarse al gimnasio o iniciar alguna dieta para perder algunos kilos que les sobran antes de que empiece la temporada de playa. Sin embargo, lo que muchos de ellos no saben es que la mayoría de 'dietas milagro’ no sirven para nada.
¿Cuál es el problema de estas dietas? Para la mayoría de nutricionistas cada paciente es un mundo y por eso diseñan un plan específico para cada persona, atendiendo a la complexión y la forma física, el metabolismo o el tipo de trabajo que tienen o vida que llevan. Uno de los fracasos de estas dietas es que cualquiera puede probarlas, pero nadie garantiza que funcionen para perder peso o que no pongan en grave peligro la salud. Para identificar este tipo de dietas, se destacan algunos consejos sobre alimentación saludable.
Efecto rebote
Uno de los principales riesgos de iniciar una dieta sin planificación es el temido efecto rebote. Este se produce cuando el paciente deja la dieta porque ya ha perdido el peso que quería y, de pronto, los kilos vuelven sin más. La realidad es que ninguna dieta milagro funciona de verdad. Privarse de unos alimentos solo consigue que la persona pierda algunos líquidos durante las primeras semanas, pero luego se vuelven a recuperar rápidamente.
La solución consiste en seguir siempre una dieta equilibrada. Para ello, no hay que irse muy lejos o contratar a un nutricionista. Basta con planificar una serie de alimentos para que todos los días se ingiera una cantidad de productos frescos, como frutas, verduras y legumbres, reduciendo el consumo de alimentos procesados, azúcares y grasas saturadas. Con estos simples consejos ya se pueden empezar a notar grandes avances en la salud del sistema digestivo.
¿Cómo perder peso con la dieta?
Las dietas milagro para perder peso generalmente se centran en el consumo continuado de un único alimento (o bien en la supresión de un grupo de alimentos, como las proteínas o las grasas). Esto no es del todo correcto, ya que cada grupo de alimentos son necesarios (sí, también las grasas saludables). Es por esto que lo mejor es consultar con un nutricionista antes de empezar una dieta para perder peso, ya que este podrá planificar una alimentación saludable y equilibrada que, además, permita perder peso.
En este sentido, la pérdida de peso se basa en un principio muy simple: ingerir menos calorías de las que el cuerpo gasta al día. En reposo, el consumo de energía de una persona media adulta (aunque varía según el peso, la edad, la complexión y el metabolismo) suele ser de unas 2.000 kilocalorías para los hombres y un poco menos para las mujeres. Sin embargo, todo depende de la actividad física que se realice. Una persona con un ritmo de vida sedentario ingiriendo 2.000 calorías o más al día probablemente aumentará de peso, dado que no realiza ningún ejercicio. Sin embargo, un deportista de élite puede consumir perfectamente esta cantidad o el doble, dado que los entrenamientos a los que se somete queman esa cantidad extra de nutrientes.
¿Dietas milagro o dietas ideales?
En resumen, cualquier dieta ya sea para perder o aumentar peso debe estar supervisada por un especialista. Existen algunos consejos básicos de alimentación que cualquier persona puede llevar a cabo para llevar una vida más saludable. Por otra parte, no está de más recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos tres horas semanales de actividad física para mantener un estilo de vida saludable.