Muchos usuarios adquieren móviles de alta gama porque disfrutan grabando vídeos con gran calidad. Pero en la mayoría de las ocasiones, el smartphone o la cámara no lo son todo. Existen algunos conceptos que merece la pena dominar antes de ponerse a grabar vídeos de manera apresurada.
Descuidar los detalles puede llevar a resultados inesperados, como demasiado movimiento, sonido mal grabado o contraluces involuntarios. Para solucionar este tipo de problemas recurrentes que tienen la mayoría de usuarios vale la pena familiarizaarse con una serie de buenas prácticas.
Estabilizar el dispositivo
Da igual si el usuario tiene un gran pulso de cirujano: grabar vídeos con un dispositivo tan pequeño como un smartphone hace que la imagen se desestabilice en la mayoría de ocasiones. Esto repercute negativamente en la calidad del vídeo, por lo que se recomienda estabilizarlo de alguna manera. Para planos fijos o panorámicas es conveniente utilizar un trípode que disponga de una rótula fácil de accionar a través de un mango. Así se logra que el enfoque sea continuo y que no vaya a saltos.
Para planos en movimiento, es mejor contar con una mini steadycam. Este soporte es capaz de corregir los movimientos involuntarios que hace el usuario mediante el uso de motores. Ello permite estabilizar la cámara en casi cualquier situación. Actualmente existen muchos modelos en el mercado por un precio razonable, aunque también hay tutoriales en plataformas como YouTube para aprender a construir estos aparatos de forma artesanal.
Grabar vídeos sin gastar dinero
En el caso de que el usuario no quiera invertir en comprar un trípode, el mejor consejo es conseguir un teléfono móvil que incorpore un estabilizador físico. Muchos utilizan estabilización por software, pero los resultados son menos satisfactorios que los terminales que disponen de un motor destinado a ello.
En cuanto a las entes, es preferible que el dispositivo incorpore al menos dos, una macro (para grabaciones de cerca) y un teleobjetivo (para los planos que haya que grabar desde lejos). En esto influirá también la profundidad de campo que tenga la cámara, un concepto clave para entender cómo los objetivos captan la información y cómo se puede hacer que jueguen a favor del usuario.
Buena iluminación
Otro de los conceptos básicos para grabar vídeos es elegir una escena que esté bien iluminada. La mayoría de smartphones que se venden en la actualidad son capaces de obtener grandes resultados, muchos comparables a cámaras réflex, cuando las condiciones de luz son óptimas. Esto se debe a que la amplitud focal que tienen los objetivos de las cámaras no suele estar optimizada para fotografías nocturnas. A menor amplitud focal, más luz dejará entrar el objetivo; y a mayor amplitud focal, menos luz. Los objetivos profesionales con focales muy bajas son bastante caros, razón por la que los fabricantes intentan ahorrar costes en este sentido.
Por esta razón las fotografías nocturnas como los vídeos que se graban por la noche no acaban de tener un resultado perfecto y suelen contener el famoso 'grano' que ensucia los planos. Esto ocurre porque a la cámara le falta información, ya que el objetivo no es capaz de obtener la luz necesaria. Por eso, el mejor consejo para grabar vídeos nocturnos es hacerlo en zonas iluminadas o con un foco externo que garantice un plano enfocado.
Objetivos y micrófonos externos: una gran inversión
Por último, cabe destacar que los objetivos intercambiables para smartphone son una gran opción para obtener mejores resultados tanto en fotografía como en vídeo. Además, en el caso de este último, añadir un micrófono externo de calidad puede mejorar el resultado final de modo significativo. Ambos se pueden encontrar por internet a precios muy económicos y son un buen punto de partida para empezar a mejorar las grabaciones con móviles.