La Tierra superará los 8.000 millones de personas por primera vez en la historia en los próximos cinco años. Eso supone que la cadena global de suministro de alimentos tendrá que asumir una serie de retos que van implícitos al incremento de población. La tecnología tendrá que ayudar a satisfacer las nuevas demandas que se creen en un futuro superpoblado. Pero no sólo la tecnología será necesaria, también los avances científicos, dispositivos y formas de pensar completamente nuevas e innovadoras que permitan tener más seguridad en los alimentos, reducir los desperdicios o gestionar adecuadamente los residuos.
Investigadores del IBM Research trabajan ya para abordar los desafíos que presentará cada etapa de la cadena alimentaria. Sus ideas forman parte de la iniciativa 5 en 5, que ha imaginado cinco soluciones tecnológicas revolucionarias y creativas que tendrán un gran impacto en el planeta en cinco años y que ayudarán a transformar en la cadena global de suministro de alimentos.
Alimentar más con menos
Imaginar un planeta en el que la información más necesaria para que un cultivo rinda adecuadamente esté al alcance de todo el mundo no será una utopía. Gracias a la inteligencia artificial y a una solución conocida como Digital Twin en los próximos cinco años se podrá utilizar todo este gran volumen de información y datos para pronosticar con precisión el rendimiento de los cultivos.
Las prácticas de cultivo y cosecha poco eficientes hacen perder mucho dinero a los agricultores. Con el aumento de la población y de la demanda de alimentos, muchos modelos agrarios de la actualidad se tendrán que adaptar a los tiempos. “Digital Twin consiste en crear un modelo (o gemelo) virtual de granjas que permita que los profesionales del sector puedan compartir información, datos, materiales o reflexiones a nivel global, de una manera totalmente conectada, pudiendo así tomar mejores decisiones y mejorando el rendimiento de sus cosechas”, señalan desde el IBM Research.
El ‘blockchain’
En cinco años el mundo será capaz de reducir la cantidad de alimentos desperdiciados a lo largo de la cadena de suministro gracias a la combinación del blockchain con otras tecnologías como la inteligencia artificial o el internet de las cosas. “Del campo a la mesa, de los granjeros a los supermercados, todos los participantes de la cadena de suministro podrán saber de una manera clara, segura y totalmente trazable cuándo plantar, encargar o distribuir un producto. Además, conseguirán que los alimentos que llegan a las casas de los consumidores sean mucho más frescos”, desvelan los investigadores.
Blockchain / PIXABAY
La seguridad de los alimentos también mejorará en un futuro a corto plazo, ya que los inspectores tendrán a su disposición una nueva herramienta: la capacidad de entender de un modo más exacto cómo coexisten millones de microbios en la cadena de suministro alimentario. De esta forma, podrán identificar elementos peligrosos presentes en un alimento con un nivel de precisión que permitirá evitar muchos casos de intoxicación alimentaria y otros problemas derivados.
Comida contaminada
¿Tienen elementos contaminantes los alimentos? La inteligencia artificial ofrecerá respuesta en un lustro. Los investigadores de IBM están creando sensores de inteligencia artificial potentes y portátiles que permitirán detectar patógenos transmitidos a través los alimentos, sea cual sea el lugar en el que puedan aparecer. “Estos sensores de bacterias móviles podrían aumentar exponencialmente la velocidad de una prueba de patógenos, reduciendo el tiempo de días a segundos, con todo lo que ello implica. Así, por ejemplo, los profesionales podrían detectar la existencia de E. coli o salmonela dañina de una manera mucho más rápida, antes de que se acabe convirtiendo en un brote”, añaden.
Finalmente, las innovaciones también afectarán al proceso de reciclaje, para darle una nueva vida al plástico. “Desde los cartones de leche a los paquetes de las galletas o los envoltorios para quesos, todo será reciclable. Y las empresas fabricantes de poliéster podrán aprovechar todos los residuos generados para convertirlos en algo útil”, apuntan los expertos. Y todo gracias a innovaciones como VolCat, un proceso químico catalítico que convierte ciertos plásticos (llamados poliésteres) en una sustancia diferente que puede ser utilizada directamente en las máquinas de fabricación de plástico para hacer nuevos productos.