Doris Lessing en una imagen de archivo

Doris Lessing en una imagen de archivo

Creación

¿Qué opinaría Doris Lessing sobre la cancelación del Nobel de Literatura?

La escritora, ganadora del galardón y del que se celebra su centenario en 2019, era una feminista poco ortodoxa desde el punto de vista actual

5 mayo, 2018 00:00

La escritora Doris Lessing (1919-2013) fue un icono del feminismo en los años 60 y 70 del siglo pasado. Muchas de las ideas que plasmó en sus libros sobre el sexo y las relaciones entre hombres y mujeres no superarían ahora el umbral de la corrección política. Quién sabe si las redes sociales se indignarían con ella o qué opinaría la propia escritora sobre la decisión de cancelar la entrega de este año del Nobel de Literatura como forma de protesta por los presuntos abusos que se han vivido en el seno de la institución.

Nadie puede hablar en su nombre ni extraer conclusiones. Solo sus textos más íntimos y contextualizados a su época pueden ayudar a hacerse una idea de una feminista que siempre fue a contracorriente. Desencantada con el comunismo, esta antigua militante del Partido Comunista empezó a criticar las ideologías totalitarias del siglo XX cuando muchos otros renombrados escritores todavía las defendían.

Sexo con hombres mayores

La escritora no ganó el premio Nobel de Literatura hasta el 2007 pese a que desde hacía muchos años arrastraba el título de “eterna candidata”. La prensa se interesó por ella tras el galardón y fue a su casa de Londres para entrevistarla. Esperaban encontrarse con una agradable anciana, pero se toparon con una octogenaria insolente hasta la médula: "En lugar de hacer tantas preguntas deberían haber traído algo de champán", les interpeló.

doris lessing

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Doris Lessing en su casa de Londres

Pero eso es nada en comparación con otros pronunciamientos suyos que, vistos con los ojos actuales, sorprenden mucho más. Por ejemplo, sobre la iniciación sexual de las adolescentes: "Mantengo la creencia de que a algunas muchachas deberían meterlas en la cama, a los 14 años, con un hombre mayor, como un aprendizaje del amor”.

Esta es una de las afirmaciones de la nobel que recoge otro Nobel, J.M. Coetzee, en su conjunto de ensayos Costas Extrañas (Debate, 2004), donde revisa los tres volúmenes de la autobiografía de la escritora nacida en Irán y de la que en 2019 se celebra su centenario.

“Movimiento histérico de masas”

Lessing también calificó de “movimiento histérico de masas” las protestas que se originaron a finales del siglo XX después de que salieran a la luz varios casos de abuso sexual infantil que indignaron a la opinión pública.

La escritora también reivindicó el papel del hombre en la sociedad, más allá del estigma de potencial agresor y culpable de las “guerras en el mundo". En este sentido, se mostró crítica con algunas variantes del feminismo. Respecto al divorcio, ella que se había separado en dos ocasiones reprochó el “uso de los términos avariciosos y vengadores que se emplean para el divorcio que con tanta frecuencia piden las feministas”. 

El acoso sexual

En sus obras de ficción la novelista también tiene múltiples referencias a las mujeres y su lucha por la igualdad. En El cuaderno dorado, considerada su obra cumbre, abunda en esta lucha del feminismo por la igualdad.

el cuaderno dorado

el cuaderno dorado

El cuaderno dorado, de Doris Lessing

En un pasaje del libro, Lessing relata un episodio de acoso sexual en el metro y concluye: “Esto ocurre cada día, es el vivir en una ciudad…”, dejando entrever que una mujer empoderada y fuerte debe, a su modo de ver, lidiar con ello y sin victimizarse.

Madres que se aburren con sus hijos

En otros de sus fragmentos autobiográficos, la ganadora del Nobel asegura que “no hay nada más aburrido para una mujer inteligente que pasar mucho tiempo con niños pequeños”. Y asegura que si no se hubiera divorciado y abandonado a dos de sus tres hijos para irse a vivir al Reino Unido hubiera “acabado alcohólica y frustrada intelectualmente” como acabó su propia madre.

Parece bastante posible que Lessing fuese mejor escritora y pensadora que madre. Quizás por esta razón puso como condición que algunas de sus cartas más íntimas no vieran la luz hasta después del fallecimiento de sus hijos.