Una nueva concepción del arte comenzaba a gestarse a finales de la década de 1950. Por aquel entonces, Nueva York era la ciudad de referencia a nivel mundial en manifestaciones como el cine, la música o la pintura. Los principales exponentes de cada una de ellas solían compartir una premisa: el arte debe contener un mensaje profundo, y eso supone una importante tarea cognitiva para quien lo realiza. En el marco de este paradigma, llega a la gran manzana un joven proveniente de Pittsburg, quien había cursado estudios como artista comercial en su ciudad natal y arribaba a la gran urbe para comenzar su carrera como ilustrador y publicista; Andrew Warhola, más conocido en nuestros días como Andy Warhol.
Con una concepción radicalmente distinta a la de sus colegas de aquel momento, Warhol dedicó su vida a transformar en una expresión artística cualquier elemento de la vida cotidiana, a través del uso de variadas técnicas que lo llevaron a intentar todo tipo de sincretismos. Esto le valió duras críticas por parte de sus contemporáneos, quienes lo tildaban de banal, obsceno y desfachatado.
Manifiesto del plástico
Sin embargo, aquello que muchos le recriminaban, para él formaba parte del arte en su versión más pura. Manifiesto aficionado del plástico y de la farándula (de la cual siempre soñó con formar parte), será recordado por su frase “En el futuro todo el mundo será famoso durante 15 minutos”, la cual no fue más que un preludio del funcionamiento de los medios de comunicación algunos años más tarde. Con motivo del trigésimo aniversario de su muerte, Caixaforum Barcelona estará abriendo sus puertas para que el público pueda visualizar lo más importante de su obra entre el 14 de setiembre y el 31 de diciembre.
En 2012, Zaragoza recibió Portraits, una exhibición de 99 retratos realizados por Warhol, desde algunos inéditos hasta los más famosos. El año pasado, 16 concesionarias de la marca Porsche situadas en la península ibérica participaron de una muestra itinerante de las obras más destacadas del artista. Intentar abarcar íntegramente la obra de Warhol en un espacio y un lugar determinado, para que el visitante pueda recorrerla en un período de una hora y media, parece una tarea prácticamente imposible.
Exposiciones sectoriales
Por esta razón, las últimas exposiciones sobre este personaje realizadas en España, intentan enfocarse en un aspecto en particular de su labor. Sin embargo, lo montado en Caixaforum logra estar a la altura difícil del reto al ofrecer al espectador una visión amplia acerca del rey del Pop Art, recorriendo varios momentos de su vida, sus obras más importantes y el gran espectro de técnicas que utilizaba.
El periplo comienza con algunos de los primeros dibujos realizados por el artista durante sus años como estudiante. Luego, aparecen algunas de sus obras más conocidas: los retratos de Marilyn Monroe y de Mao Zedong, las cajas de Brillo, las botellas de Coca-Cola y las latas de Campbell´s. Posteriormente llega un abanico de manifestaciones típicas del artista: representaciones cinematográficas, escuchas de audio de radio, collages y estampado sobre carteles publicitarios y discos de la época. Una vez atravesada esa parte, una habitación está dedicada exclusivamente al scotchpack, es decir, aquella técnica usada por el artista que consistía en inflar finas láminas de poliéster. También se pueden ver archivos audiovisuales en los que Warhol figura junto a personalidades de la farándula de la época.
Por último, se puede apreciar toda la parte de la obra en la cual el artista se involucra como protagonista, en la cual se muestran varias colecciones de autorretratos con diversas temáticas.
El arte de lo banal
Quien llegue a la exposición con escaso o nulo conocimiento acerca de la figura de Andy Warhol, sin duda se irá con la sensación de que el artista intenta generar empatía con el público a través de elementos que le son familiares. Este es uno de los pilares más importantes no sólo de su carrera, sino de todo el movimiento Pop Art, del cual se lo considera fundador y pilar fundamental de su desarrollo. Gran parte de los artistas de la época creía que su rol era el de llevar elementos abstractos a la representación material, razón por la cual debían tener un gusto refinado y una calidad de interpretación a la cual difícilmente pudieran acceder el resto de los mortales. Todo lo relacionado con la sociedad de consumo era objeto de crítica y desprestigio a una sociedad que transitaba un camino sinusoide hacia la superficialidad.
Warhol transformó todo eso en su principal fuente de inspiración. A diferencia de sus colegas, se consideraba un admirador de la sociedad de consumo, de Hollywood, del plástico y de la farándula en general. Esto explica gran parte de su obra, la cual él mismo se encargó de centrar en estos elementos. Su forma de tratar el erotismo y la ambigüedad con la cual lo hacía, le dejan al espectador una puerta entreabierta para la libre interpretación. Su manera de relacionarse con diversos personajes de la época, que luego también estuvieron presentes en The Factory, fue otra de las cosas que caracterizó al artista. Su relación con la música y los eventos que organizaba como la Exploding Plastic Inevitable, que contó con la participación de The Velvet Underground, fue parte del hito del personaje.
Variedad de técnicas
El aspecto que más deslumbra de la obra de Warhol, es indudablemente la gran variedad de técnicas que utiliza, lo cual lo lleva inevitablemente a un sincretismo artístico sin precedentes, del cual surgen manifestaciones hasta entonces nunca vistas. Esta es una característica que se puede apreciar en la exposición que se lleva a cabo en Barcelona. Prácticamente todo lo utilizado por el artista se encuentra contemplado.
Desde el dibujo más sencillo y abstracto, hasta la utilización de estampas de correo como parte de uno de sus trabajos más conocidos. El uso de estampados con errores premeditados, con el objetivo de mostrar el lado natural de las cosas y no aspirar a la perfección. La captación de personajes como Salvador Dalí para sus screen tests, películas mudas de menos de cinco minutos que intentaban tomar a una persona de la forma más espontánea posible. La utilización de publicidad y tapas de discos sobre las que pintaba y aplicaba serigrafía. El uso de sus conocimientos acerca de diseño para poder crear vestidos de mujer. Los retratos de diversas personalidades y temáticas como la sexualidad o la muerte (una de las más frecuentes), en los cuales utilizó técnicas inéditas, como pintarlas con su propia orina.