No es periodista, pero le fascina el sector. Javier Bernal es directivo de una entidad financiera y le llama la atención la transformación que está produciendo en muchos negocios, sobre todo en el del periodismo.
“La mente del periodista es algo que me atrae. Son observadores, están siempre pendientes de todo” explica a Crónica Global el autor de Por un puñado de letras (Suma) en una entrevista. Se documentó sobre el frenético día a día de un redactor hablando con ocho de ellos durante un periodo de tiempo determinado.
De sus conversaciones se concluye una frase que resume bien uno de los personajes de su obra: “Esto del periodismo no se cura”. Refleja con acierto desde los momentos más solitarios de un periodista hasta esa especie de obsesión por conocer la verdad que puede trastocar su vida personal.
Periodismo independiente
Por un puñado de letras es, a veces, una crítica al trabajo del informador y, otras, un ensalzamiento. Dos amigos de la universidad, Pablo y Ryan, fundan un digital que pretende ser una plataforma de intercambio libre de información, con la activa participación de los lectores y con la firme convicción de que contribuyen a una sociedad más justa.
¿Es, este tipo de periodismo, verosímil? Sobre todo, en una sociedad en la que las nuevas tecnologías, precisamente, no siempre son buenas compañeras, sino una forma más de presión para el que prima la rapidez a la calidad de la información.
Bernal cree que sí. Y no pierde la fe. “La investigación seguirá ahí siempre y defenderá los valores del periodismo”, argumenta. Como en su novela, que transcurre en Nueva York, los digitales contarán cada vez más con el apoyo de fundaciones que apuestan por la información trabajada.
“Es una enfermedad”
“Al final, los periodistas buscan la verdad” asegura, quizá con cierta ingenuidad, alejada de la realidad de un mundo ferozmente competidor. Sin embargo, no pierde de vista –y critica en su novela-- el egocentrismo que, a menudo, se apodera de quien se dedica a este oficio.
Pese a todo, no esconde su admiración por el sector. “Tras mis entrevistas con varios periodistas, me dije ‘Esto es una enfermedad, no es normal’. Es tremendo cómo te afecta la profesión en la vida personal. Es algo que admiro”.
Por un puñado de letras es el segundo libro de Javier Bernal y no será el último: ya tiene tres o cuatro ideas y pretende encerrarse en la medida de lo posible --“tengo un montón de hijos y así cualquiera se encierra”-- para desarrollarlas.