El periodista y escritor Ignacio Vidal-Folch (Barcelona, 1956) ha calificado de "ridículo" el hecho de castigar y condenar a una persona por haber escrito "tonterías" en Twitter. Se refería de esta forma a la polémica por el enjuiciamiento de personas tras publicar tuits --como el caso de la joven Cassandra Vera-- que ha tildado de "chistes".
"Hay muchos tuiteros que hacen chistes desagradables. Además, hay algunos que van a juicio y eso es un conflicto sin resolver en España. Es ridículo castigar a una persona por escribir tonterías. Habría que darle un cachete, pero no meterla en la cárcel", ha señalado Vidal-Folch desde El Cairo, adonde ha viajado invitado por el Instituto Cervantes para impartir una conferencia sobre su obra y su trayectoria enfocada en el tema del humor en la escritura.
Pese a todo, el periodista piensa que el conflicto online en el que se vive por la difusión del humor a través de Twitter debe de tener unos límites, pues "no se puede dejar que sea un territorio libre para que cada uno escriba lo que quiera".
Fascinación por la risa
Durante un ciclo de conferencias de tres días en la capital egipcia, y que se trasladará después a Ammán, Vidal-Folch se ha remontado a la época prehistórica para rememorar el comienzo de la risa.
"Es un tema fascinante cómo la risa se convierte en algo para celebrar una victoria durante la lucha por la supervivencia, lo que explica esa reacción histérica ante el triunfo", ha indicado en la charla a la que asistieron varios periodistas y profesores de la universidad egipcia de Ain Shams.
En este sentido, ha recordado al compositor Wolfgang Amadeus Mozart que, muy joven, escribió a su padre una carta para decirle que asistió a un ahorcamiento en la plaza de la ciudad, y que se quedó ahí bailando para celebrarlo, pues "estaba disfrutando la victoria sobre el enemigo, una risa de triunfo".
Además, ha mencionado otro tipo de risa que ha calificado de "más sofisticada" y que aparece ya en la novela moderna, donde ya "no se dirige a la presa de la tribu, sino que ese humor se centra en todo".
El humor como empatía
Vidal-Folch ha explicado que él aprendió a utilizar la ironía tras imitar a un amigo cuando era joven, y que esta debería ser "una disciplina" para que todo el mundo sea feliz.
En Egipto, donde algunos humoristas han sido encarcelados por criticar a las instituciones gubernamentales o se han visto obligados al exilio, el escritor sí cree que publicaría alguno de sus libros ya que "casi todas mis obras son satíricas y el humor no es una forma de crítica, sino de empatía. Buscas compartir algo gracioso con los demás".
Sin embargo, y haciendo referencia al semanario satírico francés Charlie Hebdo, ha confesado que no le parece bien "la burla" a elementos religiosos, incluso considera "muy desagradables" algunas de las viñetas que ha dibujado a lo largo de su historia la cabecera internacional.
Finalmente, en una crítica al periodismo actual, el escritor se ha mostrado convencido de que a los medios "les falta credibilidad y por eso las nuevas generaciones prescinden de ellos, porque ya no creen en los periodistas", y además "le falta precio", dado que "si lo puedes leer gratis, es que no vale nada".