La distribuidora Vila Viniteca celebra este 2017 la décima edición de su concurso de cata por parejas, en el que los componentes de los dúos tienen que consensuar una sola respuesta para cada uno de los siete vinos a probar. Para celebrar los 10 años, el certamen aumenta su dotación en premios hasta los 40.000 euros, de los cuales la pareja ganadora se llevará 30.000, la segunda clasificada, 7.000, y los 3.000 restantes serán para la que ocupe la tercera posición.
Este año le toca el turno a Madrid, que se alterna con Barcelona como ciudad que alberga el concurso. Será el 26 de marzo en el Casino de Madrid. No todo el que quiere puede participar, y es que las 120 plazas dobles disponibles se agotaron poco después de la medianoche del 6 de enero, tan solo 19 minutos tras la apertura de las inscripciones.
La lista de espera, han explicado los socios y propietarios de Vila Viniteca, Quim Vila y Siscu Martí, acumula varias parejas como ya ocurrió en ocasiones anteriores. Así lo han explicado en la comida de presentación celebrada este jueves en el restaurante Marea Alta de Barcelona.
Tintos, blancos y especiales
Cualquier vino del mundo es susceptible de formar parte de las listas de siete productos que los concursantes tienen que analizar; tintos, blancos, cavas, jereces, oportos, champagnes, vinos generosos, fortificados, etc. Las parejas tienen que dar con la variedad de uva, la añada y el elaborador como características principales. Cada una de ellas vale tres puntos.
La marca del producto y la denominación de origen pueden sumar dos puntos cada una en el recuento, mientras que el país y la zona de origen, cuentan un punto. La fase clasificatoria cuenta con la competición de 120 parejas, mientras que solo 10 de ellas alcanzan la gran final. Cada categoría consiste en la cata de siete vinos distintos.
El cartel de Andreu Buenafuente
Uno de los invitados de excepción el próximo 26 de marzo será Andreu Buenafuente, que ha sido el encargado de diseñar el cartel de la décima edición del concurso. Colorido y alegre, la ilustración muestra dos narices y dos copas de vino tinto.
“Las narices son un símbolo de la intuición, del buen olfato… es nuestro GPS natural”, asegura Buenafuente, que ha confirmado su presencia en el concurso. Un total de 3.000 copas, 300 botellas, 15 camareros y ocho sumilleres fueron las cifras del año pasado que la organización prevé repetir en esta edición.