Vogue USA, la biblia de la moda capitaneada por Anna Wintour, presentaba este marzo una edición reivindicativa. En sus páginas se puede leer cómo se ha roto uno de los mantras controvertidos e inalterables del sector, el de las modelos caucásicas y esqueléticas que copan las pasarelas y los anuncios publicitarios. Pero parece ser que sus editores fotográficos no opinan lo mismo que la redactora de la información.
Se llevó a la portada a un elenco de modelos de todos los perfiles. Bajas, altas, espigadas, con curvas y de diferentes razas. Tienen en común que son superestrellas que llenan la revista de frases positivas para dejar claro que la belleza en el siglo XXI no se puede limitar a un solo perfil de mujer.
Pero la declaración de intenciones de la revista se va al garete por esta edición chapucera de photoshop:
Portada de marzo de Vogue USA y su retoque fotográfico chapucero / FOTOMONTAJE DE CG
Se puede observar como se ha alargado y desnaturalizado la mano de Gigi Hadid para que tape por completo la barriga de la modelo de tallas especiales Ashley Graham. Tampoco cumple con los estándares de normalizar que de mujeres bellas hay de todo tipo el look que se ha escogido para la instantánea playera.
Se ha vestido a las siete supermodelos con la misma camiseta de cuello alto negra. Un color que reduce los volúmenes en lo visual y permite unificar en el retoque fotográfico el busto de todas las maniquíes. Es decir, se esconde si tiene más o menos pecho y se difumina el tamaño real de sus brazos.
Las críticas a Vogue USA no se han hecho esperar.