El difícil camino hacia la radio digital
Noruega ha sido el primer país en dar el paso y apagar las ondas FM, pero España sigue lejos de la conversión
25 enero, 2017 00:00El apagado de la radio FM ya es una realidad en el norte de Europa. Noruega ha dado el paso y Suiza tiene aprobado un plan para seguir el mismo camino este 2017. Pero la transmisión digital aún se ve como un objetivo muy lejano en España, donde las escasas tentativas de conversión tecnológica se han visto truncadas por falta de implicación de los actores involucrados.
En el 2003, Catalunya Ràdio emitió algunos programas solo en digital, que llegaron a una cobertura del 85% de la población y del 42% del territorio. Pero en 2008, con la crisis económica encima, estas transmisiones fueron canceladas.
El Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) ha presentado esta semana su libro blanco del audiovisual en el Parlament de Cataluña, en el que acentúa las ventajas de digitalizar los servicios de radiodifusión. La mayoría de los expertos coincide en los beneficios del cambio, aunque comprende las dificultades del proceso y las reticencias sociales.
La UE solo recomienda
¿Cómo de cerca está España de digitalizar su servicio radiofónico? “No demasiado cerca”, resume Montse Bonet, coordinadora de estudios de Comunicación Audiovisual en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona.
“La radio la gestiona cada país, no hay normativas comunes de la Unión Europea”, tan solo directivas de carácter recomendatorio que los Estados miembros no están obligados a aplicar, lamenta la experta en espacio radioeléctrico.
Las ventajas de la radio digital no se limitan a una mejor calidad del sonido, según los expertos consultados. La implementación del estándar digital también implica “el gasto de menos energía y la inclusión de más emisoras en menos espacio radioeléctrico”, señala Bonet.
Implicar a los actores
Noruega sienta un precedente que puede servir como elemento de presión. El país nórdico es un “modelo a seguir” para la profesora. Pero no solo por la faceta técnica del proceso, sino por “la implicación de todos los actores que intervienen en el proceso”, resalta.
El presidente del CAC, Roger Loppacher, coincide en que la transformación tecnológica solo es posible con la colaboración de todos los agentes implicados. En el caso de Cataluña, además del CAC, deberían participar en las conversaciones las demás asociaciones profesionales de radiodifusores, así como de fabricantes de aparatos de radio, los técnicos, el Gobierno y la Generalitat.
El escepticismo
La principal desventaja es que poner en marcha los transmisores adaptados a la nueva tecnología “tiene un coste”, admite Bonet. Implica nuevos receptores y la adaptación de las radios de los coches también. “Mientras funcione la radio analógica será difícil un cambio de modelo. ¿Quién se querrá gastar dinero en emitir la misma programación por otra vía?”
Pero “la mera réplica de contenidos” es el error de concepción, según la profesora. La digitalización permite la incorporación de nuevos competidores, con nueva oferta, y emisoras especializadas, por ejemplo.