El FBI pagó más de 1,1 millones para entrar en el iPhone del asesino de San Bernardino

Desbloquear el iPhone que usaba el asesino de San Bernardino (EEUU) antes de su matanza le ha salido caro al FBI. El director de la agencia, James Comey, reconoció esta semana en una conferencia en el Foro de Seguridad de Aspen que se celebra en Londres (Reino Unido) que pagó 1,34 millones de dólares (1,15 millones de euros al tipo de cambio actual) para obtener la tecnología necesaria para entrar en el dispositivo.

Incluso bromeó de que el dispendio superó de lejos lo que ha cobrado en los siete años y cuatro meses que lleva en la agencia de seguridad de Estados Unidos. Como director del FBI, Comey cuenta con un salario anual de 183.300 dólares (163.302 euros), a los que se tienen que sumar los incentivos o bonus que no son públicos.

Uso en otros dispositivos

Además de conseguir desbloquear el iPhone, el FBI marcó un hito con esta acción. Se ha convertido en la organización que más ha pagado a un hacker para poder entrar en un dispositivo móvil sin la autorización de su fabricante, según la compañía de seguridad on line Zerodium.

Lo bueno para la agencia de seguridad estadounidense es que podrá usar el software para entrar en otros dispositivos de Apple que usen el mismo sistema operativo que el del asesino, un modelo 5C que usaba la versión 9 de iOS.

Posibilidad de mejora del software

Sólo en Estados Unidos, hay 10 millones de personas que usan dispositivos similares y casi el 8% de los usuarios de Apple usan el mismo sistema operativo. Esos son los perfiles susceptibles a ser vigilados por el FBI.

También existe la posibilidad de que la agencia sea capaz de mejorar el software para poder desbloquear y obtener información de otros dispositivos con sistemas operativos diferentes. Esa es una opción que está sobre la mesa, aunque el director de la organización no dijo nada al respecto.

Retirada de demanda contra Apple

El Departamento de Justicia de EEUU anunció en marzo que había desbloqueado el iPhone del tirador con la ayuda de un tercero no identificado y retiró la demanda legal contra Apple por su negativa a colaborar con la desencriptación del dispositivo. La actitud del gigante tecnológico propició un debate sobre la seguridad pública y el cifrado que aún está abierto.