Madrid, la ciudad de los mil museos

Madrid y Barcelona no se parecen demasiado, son dos ciudades muy distintas, básicamente porque su orografía y su climatología son muy diferentes.

Lo primero que aprecia el catalán que se instala en la capital es la ausencia de fronteras: el mar no limita la ciudad, que tampoco tiene colinas, las dos características más notables de Barcelona frente a Madrid, que es plana y diáfana con un cielo tan azul, como de lienzo.

Otra distancia enorme entre ambas es su historia política, incluso económica. La capitalidad del Estado genera y ha generado perfiles muy notables, entre ellos la riqueza de su oferta museística. La primera visita obligada para quien está en Madrid de paso tiene sus orígenes en 1819 cuando el Museo del Prado abrió sus puertas al público. Ese es el primer vértice del Triángulo del Arte, o Triángulo de Oro, que es como se denomina a la zona del Paseo del Prado que contiene los tres museos más grandes de la ciudad.

De fama mundial

El Prado es considerado una de las pinacotecas más importantes del mundo con obras de artistas como Velázquez, El Greco, Goya, Tiziano, Rubens y El Bosco, Rafael o Tintoretto. El museo está ubicado en el Paseo del Prado, una de las arterias verdes de la capital. Al lado está el jardín botánico y a unos 200 metros, cruzando la calle, está el Museo Centro Nacional de Arte Reina Sofía.

Comúnmente llamado Museo Reina Sofía, el centro fue inaugurado el mismo año que Barcelona albergaba los Juegos Olímpicos, en 1992.

A diferencia del Prado, el Reina Sofía posee una colección permanente de obras de artistas del siglo XX tales como Picasso, Dalí, o Miró, además, de poseer una buena parte de las colecciones de arte surrealista, cubista y expresionista. Francis Picabia, René Magritte, Juan Gris, George Braque, Francis Bacon o Antonio Saura, así como Lucio Fontana, Yves Klein, o Diego Rivera son algunos de los nombres que se pueden encontrar aquí.

No muy lejos del Reina Sofía está el tercer vértice del Triángulo del Arte, el Museo Thyssen-Bornemisza, donde hay obra de artistas como Durero, Holbein, Baldung Grien, Jan van Eyck, Fra Angélico, o Carpaccio,

El Museo Sorolla está situado donde el artista Joaquín Sorolla tenía su casa-taller y fue abierto en 1932 a petición de su viuda, Clotilde García del Castillo. El Museo Cerralbo tiene una colección privada del que fuera marqués del mismo nombre y donde se pueden ver, entre otras, La Virgen de Zurbarán, o San Francisco de El Greco. El Museo del Romanticismo conserva una importante colección de objetos cuyo origen está en la vida cotidiana del siglo XIX.

Lázaro Galdiano nació en Beire (Navarra) en 1862 y tras vivir nueve años en Barcelona murió en Madrid en 1947, donde había pasado los últimos años de su vida. Fue un empresario, intelectual y editor al que en algún momento se le consideró el hombre más rico de España y que, durante la II República, fue imputado por evasión de capitales junto a un grupo de monárquicos. En el museo que lleva su nombre hay pinturas, grabados y dibujos de Goya, así como El Salvador adolescente del círculo de Leonardo Da Vinci, entre muchas otras obras de su enorme colección que donó al Estado Español en el momento de su muerte.

En las 40 salas del Museo Arqueológico Nacional se puede recorrer la historia de la civilización desde la prehistoria, pasando por la Hispania romana, hasta la Edad Media y la Edad Moderna. El Palacio de Velázquez está en el Parque del Retiro y es una construcción con bóvedas de hierro acompañadas de cristal que permiten iluminar las salas con esa estupenda luz natural que tiene Madrid. 

La lista de museos puede seguir con el Museo del Traje, el Museo del Ferrocarril, la Casa-Museo de Lope de Vega, La Fundación March, La Fundación Mapfre, La Fundación Telefónica o la Caixa Forum, entre muchas otras que tienen ofertas temporales de un enorme interés.