El arte, dicen los expertos, tiene que ser provocativo. Pero ¿hay límites? El venezolano José Antonio Hernández-Díez expone su obra en el MACBA, consistente en una serie de trabajos inspirados en la muerte, la conciencia y la resurrección. Una de las piezas, la más controvertida, es un perro disecado que no va a dejar indiferente a los animalistas. La polémica está servida. Y parece que este centro cultural está abonado a ella. En marzo de 2015, una escultura en la que aparecía el rey Juan Carlos I sodomizado provocó dimisiones en el MACBA.

Hernández-Díez, afincado en Barcelona, ya tuvo que dar explicaciones sobre la exhibición del animal, encerrado en una vitrina a modo de incubadora, cuando mostró su obra en Nueva York. Asegura que el perro no sufrió, que un veterinario venezolano se lo cedió ya muerto y que un taxidermista de esta nacionalidad lo disecó.

En la muestra, titulada “No temeré mal alguno”, Hernandez-Díez recupera sus primeros trabajos de finales de los ochenta y principios de los noventa. Abierta al público el pasado día 17, puede visitarse hasta el 26 de junio.