Dos investigadores estadounidenses han descubierto un nuevo planeta enano llamado 2012 VP113 en la nube de Oort, justo más allá de nuestro sistema solar. Lo más sorprendente es que su órbita se ve influenciada por la posible presencia de un planeta desconocido, oscuro, gélido y de un tamaño que podría ser diez veces el de la Tierra.
Los investigadores Chad Trujillo del Observatorio Gemini y Scott Sheppard de la Institución Carnegie de Washington (EE UU) publican hoy en la revista Nature el hallazgo de un lejano planeta enano llamado 2012 VP113. Se encuentra en la parte interna de la nube de Oort, una región supuestamente poblada por miles de objetos más allá del borde conocido del sistema solar.
La Institución Carnegie destaca en un comunicado una de las sorpresas del estudio: "Este trabajo indica la posible presencia de un planeta enorme, tal vez hasta diez veces el tamaño de la Tierra, que aunque no se puede ver, posiblemente influye en la órbita de 2012 VP113 y otros objetos de la nube de Oort interior".
"Algunos de estos objetos pueden rivalizar con el tamaño de Marte o incluso la Tierra", insiste Sheppard, "y esto se debe a que están tan distantes, que incluso los más grandes serían demasiado débiles para poder detectarlos con la tecnología actual".
El astrónomo español Carlos de la Fuente Marcos, de la Universidad Complutense de Madrid, valora para Sinc el descubrimiento: "Los autores muestran de forma muy convincente que debe existir un planeta helado mayor que la Tierra en la periferia del sistema solar. En los próximos meses esto va a dar mucho que hablar, tanto o más que los anillos del centauro Cariclo, otro estudio que también aparece esta semana en Nature".
Un mundo frío y desconocido
Los astrofísicos llevan tiempo tratando de encontrar ese mundo desconocido y resolver el misterio de cómo puede permanecer oculto. "Probablemente se trata de un objeto intrínsecamente poco brillante situado a gran distancia de la Tierra", dice De la Fuente Marcos. "Un mundo tan frío no emite mucho en el infrarrojo, que es la zona del espectro electromagnético donde es más sencillo detectar cuerpos de tamaño planetario".
"La situación se parece a lo que ocurre con los agujeros negros –continúa–, no podemos verlos pero sí detectar sus efectos en las órbitas de otros cuerpos, y de esta forma tener una evidencia dinámica de su existencia. En el caso de este posible planeta más allá de Plutón la evidencia es seria, por lo que las observaciones encaminadas a descubrirlo avanzarán con más seguridad".
Para situar el lugar donde se ha descubierto 2012 VP113 y podría estar la supertierra conviene recordar que el sistema solar se divide en tres regiones: los planetas rocosos terrestres –incluidos los asteroides–, los planetas gigantes gaseosos y los objetos helados del cinturón de Kuiper.
Después está la gran nube de Oort, en cuya zona interna hasta ahora solo se había detectado el planeta enano Sedna, con unos 1.000 km de diámetro y una órbita cuyo punto más próximo al Sol ronda las 76 unidades astronómicas. Ahora se suma 2012 VP113, con una aproximación máxima al Sol de 80 unidades astronómicas y un diámetro de 450 km.
Sheppard y Trujillo sugieren que ambos cuerpos forman parte de una población de objetos que en esa zona de la nube puede superar en número a todas las otras poblaciones dinámicamente estables del sistema solar. En concreto, sería más grande que la del cinturón de Kuiper y la del cinturón principal de asteroides.
A partir de la región de cielo rastreado, los investigadores determinaron que pueden existir unos 900 objetos con órbitas como Sedna y 2012 VP113 y tamaños superiores a los 1.000 km. La búsqueda de estos objetos distantes, a parte de las sorpresas que pueda deparar, "debe continuar porque nos podrían decir mucho sobre cómo se formó y evolucionó nuestro sistema solar", concluye Sheppard.