Facebook ha cumplido diez años –saltó a la red el cuatro de febrero del 2004 desde una habitación de Harvard- con 1.200 millones de perfiles creados y siendo la mayor red social del planeta. Uno de sus máximos competidores es Twitter y se encuentra a gran distancia con unos 500 millones de usuarios y otros como Instagram han sido fagocitados por el propio Facebook –765 millones por una empresa de 14 trabajadores- mientras que Google no acaba de ‘arrancar’, con 'solo' 400 millones.
El creador de Facebook, Mark Zuckerberg, ha celebrado la fecha diciendo que "ha sido un viaje increíble hasta la fecha y estoy muy agradecido de formar parte de ello".
No obstante, no todo han sido éxitos para Facebook durante esta década. El fracaso más sonado de Zuckerberg fue la compra de FriendFeed, un servicio competidor de Facebook que acabó cerrando. El dinero tampoco le abrió la puerta de Snapchat, el medio de moda entre los adolescentes norteamericanos, pese a ‘poner sobre la mesa’ un talón de 1.000 millones de dólares. Por no hablar del 'smartphone' de Facebook, el Facebook Phone, creado por HTC en el 2011, y que ya nadie recuerda.
Y si en el pasado de Facebook se encuentran manchas -por no hablar del tema NSA- en el futuro no parece tan prometedor como a primera vista parecería. Tal y como ha reconocido el propio Zuckerberg, su posición de dominio a medio plazo no está garantizada porqué los adolescentes, los que auparon a Facebook hasta los mil millones de usuarios, han dejado de ver esta red como atractiva
"Creemos que algunos de nuestros usuarios, en especial los jóvenes, están a la última y buscan de manera activa otros productos similares o como sustituto de Facebook", ha comentado el consejero delegado de Facebook. Es decir, muchos usuarios han pasado de la adicción y al entusiasmo al hastío y la desidia.
Uno de los factores que pueden haber generado 'aburrimiento' entre los jóvenes es la masificación del servicio y el que entre muchos usuarios ya esté pasado de moda. Otro podría ser la complejidad creciente de su uso o sus contínuos cambios de diseño que no suelen contentar a sus usuarios, respondiendo con grupos hechos en el propio Facebook en los que reclaman la vuelta a un diseño anterior. Ya un clásico.