Un estudio que ha analizado datos de 187 países de todo el mundo, entre los que se encuentra España, concluye que el crecimiento de la población desde 1980 hasta 2012 ha favorecido el aumento del número de fumadores. Sin embargo, la prevalencia del tabaquismo –la proporción de personas que fuma a diario– ha disminuido.
Un equipo de investigadores del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME, en sus siglas en inglés) –perteneciente a la Universidad de Washington (EE UU)–, y de la Universidad de Melbourne (Australia) son los autores del trabajo que publica el Journal of the American Medical Association en su edición especial de esta semana que dedica al tabaco.
El número de fumadores aumentó sobre todo en países como China y Rusia, mientras que en Canadá, México y EE UU se redujo. Existen, no obstante, grandes diferencias entre sexos: el número de hombres que fumaba aumentó de media un 41%, mientras que en mujeres el incremento fue mucho menor (un 7%).
A diferencia de la cantidad de consumidores, la tasa de prevalencia descendió. En esta variable también se aprecia una disparidad de género; la disminución fue mayor en las mujeres (42%) que en los hombres (25%). En cuatro países (Canadá, Islandia, México y Noruega) la cifra superó el 50% en ambos géneros.
“En algunos países la prevalencia ha aumentado o existen todavía cifras elevadas –indica a SINC Esteve Fernández, director de la Unidad de Control del Tabaquismo del Instituto Catalán de Oncología–. En otros ha disminuido muchísimo, como en EE UU, Reino Unido, Australia, los países nórdicos y casi todos los europeos, incluyendo España”.
En la evolución de este descenso desde 1980, los autores diferencian tres periodos: de 1980 a 1996, cuando la disminución fue mínima; de 1996 a 2006, cuando se intensificó; y desde el 2006 al 2012, cuando la reducción se vio debilitada por el aumento de fumadores en grandes países como China, Indonesia y Rusia.
Diferencias entre sexos
“En España la prevalencia entre los hombres empezó a disminuir hace ya cuatro décadas, desde unos niveles que eran muy altos en los años 80”, explica Fernández.
“También se ha reducido en las mujeres, aunque desde hace tan solo unos pocos años. Ellas empezaron a fumar varias décadas después que los hombres (a inicios de la década de 1970) y nunca han llegado a las tasas altísimas de los hombres”, agrega.
En 2012, la tasa de prevalencia de tabaquismo de los hombres superaba a la de las mujeres en todos los países analizados excepto en Suecia. Más de la mitad de los rusos y armenios fumaban todos los días y un tercio de las mujeres austriacas, chilenas y francesas.
Además, en los hombres esta tasa aumentó sobre todo en jóvenes entre 19 y 25 años en la totalidad de estados. Sin embargo, a edades superiores los valores difieren entre los territorios según su grado de desarrollo.
El nivel de desarrollo influye
“La epidemia del tabaquismo tiene unas fases más o menos establecidas que se cumplen en todos los países, pero con diferencias según su grado de desarrollo”, indica Fernández.
En los países desarrollados del trabajo, el mayor porcentaje de fumadores correspondía a hombres de entre 30 y 34 años, mientras que en los países menos desarrollados eran los varones de entre 45 y 49 años los que más fuman.
En el caso de las mujeres de países en vías de desarrollo la proporción de fumadoras era muy baja y aumentaba con la edad. En los más desarrollados la tendencia femenina era similar a la masculina aunque con valores inferiores.
El trabajo señala también que los riesgos para la salud son mayores en aquellos países donde está permitido fumar en cualquier espacio, como China, Italia, Suiza, Irlanda y Japón.
"A pesar de los enormes progresos realizados en la lucha contra el tabaco, aún queda mucho por hacer", alerta el director del IHME, Christopher Murray.
El estudio hace alusión al primer informe del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos publicado hace 50 años, que impulsó la investigación en este campo y la adopción de medidas de prevención por parte de gobiernos y organizaciones no gubernamentales.
Más tarde, en 2003, el Convenio Marco para el Control del Tabaco (FCTC, en sus siglas en inglés) fue adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud, el órgano de decisión de la Organización Mundial de la Salud. Desde entonces 177 países lo han ratificado.