El actor Asier Etxeandia
Asier Etxeandia: "Los personajes del Congreso son un esperpento absoluto"
El actor se mete en el papel de un general franquista en 'La cena', la última película de Manuel Gutiérrez Aragón
Noticias relacionadas
Asier Etxeandia vuelve a hacer de malo. “No sé que me ven, chico”, suelta a Crónica Global cuando se le pregunta al respecto.
Esta vez, el actor es uno de los villanos de La cena, la última película de Manuel Gutiérrez Aragón, estrenada este 17 de octubre. Un ágape en la que unos cocineros republicanos van a tener que preparar la comida para el mismísimo Franco y los generales de la guerra, uno de ellos es Asier Etxeandía. Y junto a él, estrellas de la talla de Alberto San Juan, Mario Casas y Elvira Mínguez, entre otras.
- La cena de la película está amenizada con una banda, usted que tiene una, ¿qué música pondría para una velada como esta?
- ¡Yo no iría a una cena como esta! Eso lo primero, entonces ya vamos jodidos. Ahora, si tuviera que elegir, les pondría a los Sex-Pistols o alguna que les reventara la cabeza al hijo de puta.
- Empezamos fuertes. Y eso que usted se mete en el papel de uno de ellos. No debe ser fácil.
- Bueno, esto también es lo divertido de este oficio, que todo es un juego divino. Creo que cuesta más cuando te toca un personaje que se parece más a ti mismo, porque igual te sientes más reflejado y estás jodido. Pero hacer algo muy contrario a ti es muy divertido. Es la base de esto.
El actor Asier Etxeandia
- ¿Eso es lo que le motivó para meterse en el papel, entonces?
- Lo que más me motivó era volver a trabajar con Manuel y el elenco que había alrededor. También la sensación de hacer una película coral y estar todos a una. Eso me divierte muchísimo. Yo amo trabajar con compañeros. Me aburre mucho trabajar solo.
- Y en esta la cinta no es solo coral, sino que apuesta por ir todos a una para conseguir lo que se quiere.
- Claro, fíjate, cada uno un paro en la madre, con ideas políticas diferentes, constituciones diferentes, cómo consiguen sacar adelante la puta cena.
- Aunque se encuentran un personaje como el suyo, lleno de violencia. Además, una violencia que se muestra muy dura.
- Es que lo era el franquismo: te pegaban un tiro por pensar diferente. Es la base del fascismo.
El actor Asier Etxeandia
- ¿Es una manera de recordar lo que pasó o también lo que pasa?
- A ver este reflejo de sociedad en plan cómico.
- ¿Eso puede molestar? Porque no sé si se puede hacer humor…
- ¿Cómo que no? El humor es el mayor signo de inteligencia y sobre todo el humor viene de la tragedia. No hay comedias si no hay una tragedia detrás. Dime una sola película, cualquier comedia, cuyo guiion no venga basado en una tragedia que está ocurriendo. Es así.
- Claro, pero ahora parece que es un terreno pantanoso y el franquismo supuso muchas muertes.
- Es uno de los grandes problemas de nuestro tiempo, que la búsqueda en exceso de lo políticamente correcto y de no hacer daño a ningún sector elimina toda creatividad. La cultura debería estar por encima de todo eso.
El actor Asier Etxeandia
- Por eso lo decía, porque es un tema delicado.
- No es tan delicado, es muy serio, pero hay que reírse uno mismo. España necesita reírse mucho de sí misma.
- Viendo el panorama político…
- ¡Por favor! Si es que, vamos a ver, Valle-Inclán no tuvo más que sentarse a observar y dijo: ¡anda, esto es el esperpento, claro! Es que es lo que somos. Solamente hay que observar desde fuera para darnos cuenta de lo que somos.
- Estos personajes que hay hoy en día en el Congreso de los Diputados, directamente, son el esperpento más absoluto. Que si lo sacas fuera, por lo menos harían un bien en la sociedad y sería algo de risa.
El actor Asier Etxeandia
- Pero no es así.
- Claro. Y ahí da miedo. Es un teatro y, encima, no se les puede ni criticar porque te llevan a la cárcel por exaltación del odio y no sé qué hostias, como los raperos que están imputados o en la cárcel por cuestionar la monarquía o cualquier cosa.
- Y usted además estás en el foco de todo, que no sólo es actor, tambien es músico. Un titiritero.
- Orgullosamente, sí. Pertenezco a las putas y a los maricones con mucho orgullo.
- Mira, ya que lo menciona, el colectivo LGTBIQ+ también aparece en 'La cena'.
- Sí, esa historia es preciosa y no cae en ningún tópico. Está muy bien contado cómo se viviría en esa época. Estamos hablando de algo que es muy terrible y que todavía arrastramos como gran trauma, el estar escondidos. Lo llevamos en el ADN.
El actor Asier Etxeandia
- ¿Y lo de los dos bandos ha cambiado o vuelven?
- Siguen igual. Falangistas ha habido toda la vida y seguimos anclados en esa cena. Esa cena sigue, no hemos hecho la digestión y no la hemos cagado todavía. Está aquí en la barriga hecha una bola y el día que caguemos va a ser una diarreaca enorme. El día que soltemos toda la mierda que llevamos tragando, no sé cómo va a ser esto. Pero vamos, hijos de puta ha habido toda la vida.
- Lo veo muy a flor de piel.
- Es que La cena es perfecta porque es lo que está pasando hoy en día. Yo trato de reirme, pero cuando ves a chavales de ahora diciendo que con Franco se vivía mejor… O sea, gente con veintitantos años que no saben lo qué están diciendo. Lo habrán oído a algún abuelo suyo y se lo han creido, pero no tienen ni idea.
- ¿Que habría gente que viviría bien? Claro. Si tú piensas como Franco, vives muy bien. Pero si tenías otro tipo de inquietudes en tu vida, solo inquietudes, ni siquiera hablo de ir a la contra, te pegaban un tiro.
Entrevista con Asier Etxeandia
- En cambio, en la película, y muchas veces, se retrata a un Franco tirando a tonto.
- Es la imagen que daba este hombre, fíjate. Es increíble pensar en todo lo que había llegado a hacer. Pequeño como era y con esa vocecita, parecía inofensivo.
- ¡Da miedo!
- Es un tirano. Como personaje de interpretación es brutal porque no cae en ningún prototipo del tipo malo. Todo lo contrario. Seguramente por imagen hasta pensarías que es majo.
El actor Asier Etxeandia
- Pero bueno, aquí se muestra como comedia. Aunque vuelve a ser el malo.
- Sí, y yo estoy loco por hacer comedia y creo que soy muy buena persona. De verdad, considero que para mí la bondad es lo más importante en este mundo, más que la inteligencia y más que nada. Pero me vieron hacer bien de malo una vez y dijeron, ya está.
- Pero es que este país es muy así. Entonces, yo como tengo que trabajar, digo que sí e intento poner un tono, un color muy diferente a cada personaje. Porque hacer de malo no significa que te estés reduciendo a que sean todos iguales. Cada uno tiene su trauma, su pasado e intento dotarlo de colores muy diferentes uno a otro. Pero sí, me ven como el malo, no sé qué me ven, chico.