El vicepresidente para Asuntos Sociales, Pablo Iglesias, defiende un impuesto a los ricos / EP

El vicepresidente para Asuntos Sociales, Pablo Iglesias, defiende un impuesto a los ricos / EP

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Los ricos desmienten a Iglesias: 9 de cada 10 están donde no pagan impuestos

La Comunidad de Madrid, que bonifica la totalidad del actual impuesto de Patrimonio, acapara la captación de grandes fortunas desde que se reinstauró el tributo en 2011

16 mayo, 2020 20:00

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, sorprendió a la mayoría este jueves cuando, para defender su idea de introducir un nuevo impuesto que grave las grandes fortunas, aseguró que los propietarios de éstas “están deseando ejercer su solidaridad fiscal” con el pago de mayores impuestos.

Pero los hechos son contundentes: el líder de Unidas Podemos está completamente equivocado. De lo contrario, sería inexplicable que Madrid, precisamente la Comunidad Autónoma que bonifica en su totalidad el actual impuesto de Patrimonio, acapare prácticamente en exclusiva el registro de las declaraciones más elevadas a la Agencia Tributaria desde que se reinstauró el Tributo, a comienzos de la década. A partir de entonces, el 90% de los nuevos ultra ricos que contabiliza Hacienda rinden cuentas al Fisco en Madrid.

Patrimonios superiores a 30 millones

Los datos hablan por sí mismos. Cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero decidió recuperar el impuesto de Patrimonio que él mismo había eliminado tres años antes, la Agencia Tributaria consignó 352 declaraciones por encima de 30 millones de euros (aquellos conocidos como “ultra ricos”).

De ellos, casi el 51% tributaban en la Comunidad de Madrid. Desde entonces, la cifra de declaraciones de este tipo se ha incrementado de forma considerable como consecuencia, entre otros factores, del fin de la anterior crisis y el fuerte impulso cobrado por la economía a mediados de la década.

Éxodo fiscal a Madrid

Con los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria, correspondientes a la liquidación de 2017, el número de ultra ricos se ha incrementado un 73,5%. En total, 254 patrimonios por encima de 30 millones de euros más de los que había en 2011.

Pues bien, 234 de ellos están registrados en la Comunidad de Madrid que, desde el primer momento, optó por bonificar impuesto para atraer grandes capitales e inversiones. Es decir, ni rastro de la “solidaridad fiscal” ni de los deseos de los que habló Iglesias.

Fortunas cada vez mayores

La estrategia fiscal del Gobierno madrileño se ha fijado, además, como objetivo los patrimonios más elevados, precisamente aquellos que tendrían que soportar el tipo más alto del actual impuesto (en torno al 2,75%) en el caso de que lo tuvieran que abonar.

Porque los espectaculares avances de la Comunidad de Madrid en este capítulo no son tanto en el número de contribuyentes como en el tamaño de sus respectivas fortunas.

Un 42% más de patrimonio

Desde 2011 el número de contribuyentes obligados a tributar por Patrimonio en Madrid se ha incrementado un 21%, una evolución muy inferior a la del conjunto de España (+55,5%) o de otras Comunidades Autónomas como Cataluña, donde la cifra de considerados “ricos” se ha elevado un 69%, y Comunidad Valenciana, donde se ha disparado un 376%.

Pero el panorama es radicalmente distinto si se tiene en cuenta el importe medio declarado por los contribuyentes. En la Comunidad de Madrid, la cifra media de las declaraciones de Patrimonio en 2017 fue de 9,67 millones de euros, un 41,2% más que en 2011, cuando retornó el impuesto. En cambio, en el conjunto de España la cantidad no ha sufrido variación alguna (se mantiene en 3,3 millones) mientras que en Cataluña ha mostrado un descenso del 14,7%, hasta 2,55 millones de euros. Es decir, Madrid suma una menor proporción de grandes patrimonios pero estos son notablemente más acaudalados. No parece precisamente fruto de la casualidad.

Desterrado en la UE

En valores absolutos, el importe de las declaraciones de patrimonio en la Comunidad de Madrid en 2017 es sólo un 9,3% inferior al registrado en Cataluña pese a contar con cuatro veces menos contribuyentes en esta situación. En 2011, la diferencia del importe total era próxima al 25%.

No faltó quien vio en las declaraciones del vicepresidente Iglesias una fina ironía e incluso algo de socarronería. Sólo en ese sentido, su intervención en el Senado se adaptaría convenientemente al actual escenario y a su evolución desde comienzos de la década. En cualquier caso, el modelo del nuevo impuesto que defiende Unidas Podemos impide cualquier tipo de bonificación autonómica; con lo cual, de salir adelante, los contribuyentes afectados no tendrían escapatoria. Al menos, en España. En el resto de la Unión Europea hace tiempo que este tipo de tributos es desechado por anacrónico.