Planta de recuperación de materiales de GBI

Planta de recuperación de materiales de GBI CG Lloret de Mar

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La recicladora GBI, de Lloret, logra récords de ventas pero sigue en pérdidas tras el pelotazo de Gustavo Buesa

El grupo francés Paprec, actual dueño, ha comprimido las deudas bancarias de 50 a 11 millones

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El consorcio GBI, de Lloret de Mar, siguió anclado en 2024 en la senda deficitaria y se anotó unas pérdidas consolidadas de 1,4 millones, frente a los 3,1 millones, también negativos, del ejercicio anterior.

La evolución de las actividades fue trepidante. GBI ganó licitaciones en Salou, Cadaqués y otros municipios.

Gracias a ese impulso, la facturación subió como un cohete y se triplicó con creces de 61 a 190 millones, cima histórica de la entidad.

Recursos brutos

La ascensión vertical cambió el signo de los resultados de explotación, que pasaron de una pérdida de 1,9 millones a un beneficio de 4,7.

Dichas ganancias quedaron engullidas por los gastos financieros y GBI rubricó las cuentas con el demérito antes citado.

El flujo de caja mostró la cara más positiva del ejercicio, con un saldo favorable de 17 millones. La firma emplea a 2.500 trabajadores.

Trasiegos públicos

GBI se dedica a la recolección de desperdicios y su traslado hasta las plantas de reciclaje. Abarca toda la cadena de valor de la gestión de los residuos, desde la recogida de las basuras, hasta la recuperación de las materias primas, para volver a introducirlas en los circuitos productivos. Sus clientes son sobre todo las instituciones públicas.

GBI tiene de fundador a Gustavo Buesa, quien aparece citado en el sumario de presunta corrupción de Jordi Pujol y su familia, que se sustancia desde 2014 en la Audiencia Nacional. Por este asunto, Buesa fue detenido dos años después y pasó una noche en el calabozo.

De forma paralela a sus negocios con las Administraciones catalanas, Buesa tenía por costumbre cultivar la faceta filantrópica. Con tal fin, entregó en sucesivas tandas una serie de donativos a las fundaciones de Convergència, por importe de más de medio millón.

Venta

En 2023 soltó su particular petardazo y enajenó el 60% del capital de GBI al grupo francés Paprec, por 30 millones. Este completó el año pasado la toma de control con la adquisición del 40% restante, por una suma desconocida. Desde entonces, Jean-Luc Frédéric Petithuguenin, presidente de la multinacional francesa, gobierna GBI como administrador único.

El perímetro de GBI comprende una quincena de filiales, casi todas ellas participadas al 100%. El balance consolidado engloba unos activos de 240 millones, que incluyen una tesorería de 54. Los recursos propios están situados en 49 millones.

Pasivos recortados

Desde que los franceses tomaron el mando, se aplicaron a fondo a rebajar las deudas bancarias contraídas con anterioridad. Estas suman ahora solo 11 millones, cuando un año antes se cifraban en casi 50.

Los pasivos se han liquidado con créditos recibidos de la matriz, que luego ha transformado en capital de la propia GBI.