Los tribunales mercantiles de Barcelona tramitan una insolvencia que va a dar mucho juego por el cúmulo de irregularidades cometidas. Se trata de la compañía Càrniques Ausa, domiciliada en el pequeño municipio de Montesquiu, en la comarca de Osona.

El Juzgado Mercantil número 8 de la Ciudad Condal ha decretado el concurso necesario, que significa la confiscación de la sociedad y la intervención de sus operaciones. Estas quedan sujetas a la jurisdicción del administrador concursal.

Cambios de manos

Ausa se constituyó en 1993, impulsada por cuatro emprendedores locales. Se dedicaba a la compraventa de ganado y a elaborar derivados cárnicos con desperdicios del porcino.

En 2018 los fundadores vendieron el negocio a la sociedad Five Meaters. Tres años después, ésta se transfirió a Grupo Petroarza, de Vic, administrada por Miguel Sevil Larraga, aunque teledirigida en última instancia por el aragonés José Ángel Arceiz Sánchez.

Vaciado de activos

Tras el último traspaso, Ausa languideció a toda máquina, despidió a su centenar de empleados y quedó inactiva. Entre tanto, los nuevos dueños urdieron un plan para descapitalizarla. Se llevaron toda la maquinaria, las herramientas y el mobiliario. Las instalaciones fabriles de Monstesquiu, que eran de alquiler, quedaron como una cáscara vacía.

Pasivos

En 2021, cuando se produjo la venta a Petroarza, Ausa facturaba 24 millones y albergaba unos activos de 12 millones. Hoy está muerta y no queda ni rastro del inmovilizado, mientras que las deudas se calculan en una suma del orden de los 10 millones.

La administración concursal afronta a partir de ahora un arduo trabajo para reconstruir el balance y recuperar los activos evaporados.

Repertorio delictivo

Las andanzas de Arceiz darían para filmar un serial de tintes mafiosos. En las hemerotecas resulta estar relacionado con una veintena de causas judiciales, entre las que se encuentran sumarios por homicidio imprudente, estafa, falsedad documental, cohecho, blanqueo de dinero y trata de personas. Arceiz ha pasado por prisión.

Suspensión de pagos fraudulenta

Además de estos siniestros avatares, veinte años atrás protagonizó una quiebra fraudulenta. Su empresa zaragozana Walthon Weir Pacific, fabricante de válvulas, acabó en bancarrota con un agujero de casi 30 millones, un tercio de ellos por impagos a la Seguridad Social. Los tribunales declararon espurio el fallido.

Arsenal de sociedades

Arceiz y sus familiares controlan un entramado societario. Curiosamente, está obsesionado por no dejar pistas de sus andanzas y nunca se deja ver como administrador.

Según informaciones del Registro Mercantil, Càrniques Ausa tiene de gerentes a Miguel Sevil Larraga y Rafael López Jiménez. Son apoderados Mariano Emilio Alastuey Martín, Delia Alastuey Alemany y Jéssica Gotor Calvo.

Informaciones falsarias

Arceiz ha intentado mejorar su achicharrada imagen pública mediante la inserción en internet de artículos laudatorios. En ellos se presenta como un experto en ganadería, caballos, agricultura y compraventas empresariales. Se trata de piezas que ensalzan su figura, con apariencia de artículos periodísticos, pero pagadas a tanto la línea.