Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, en una foto de archivo.

Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, en una foto de archivo.

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Colau se topa con la huelga de los trabajadores del metro en el Mobile World Congres

La negociación iniciada en octubre para renovar el convenio colectivo del sector termina con un paro convocado en unos días muy sensibles

17 enero, 2016 22:42

El equipo municipal de Barcelona de BComú, liderado por Ada Colau, dispone de poco más de un mes para demostrar que, efectivamente, es sensible a las demandas de los trabajadores.

Además, debe resolver un conflicto laboral que amenaza con paralizar la ciudad en el Mobile World Congress (MWC), momento de máxima ocupación en el que Barcelona se convierte en el foco mundial de la tecnología y la innovación. Para pasar otra vez el examen de organizar un evento tan titánico la alcaldesa y su equipo deben pactar con los trabajadores del metro.

Los empleados han convocado una huelga de cinco horas el 2 de febrero, cuando se manifestarán frente al ayuntamiento, y harán paros en todos los turnos el 22 y el 24 de febrero, dos de las jornadas del MWC.

Nuevo convenio colectivo

El comité de empresa reconoce que el objetivo de las fechas escogidas es llamar la atención de Colau y su partido para que desencallen de una vez por todas la negociación de un nuevo convenio colectivo en la compañía. El origen del conflicto laboral se encuentra en la imposibilidad de pactar con los responsables de TMB, empresa presidida por Mercedes Vidal (concejala de movilidad), las condiciones del documento que marca las relaciones laborales.

El convenio caducó en 2011. La delicada situación económica que arrastraba la compañía y la imposibilidad de dar forma a un nuevo acuerdo que mejorara el anterior propiciaron que el comité apostara por congelarlo.

Más precariedad laboral

Los salarios y otras condiciones laborales del metro de Barcelona se han mantenido intactas desde 2011. La única novedad en los últimos cinco años ha sido el incremento de “una incipiente precariedad laboral”, en palabras de miembros del comité, en las nuevas incorporaciones. Todas se realizan con contratos temporales y condiciones por debajo de las de los empleados fijos.

Los representantes de los trabajadores pactaron el pasado octubre iniciar una ronda de diálogo con el equipo de Vidal. Consideran que la situación económica de la compañía y del país ha cambiado, por lo que no es de recibo mantener un año más el convenio inalterado. Aquí empezaron los problemas.

Cambio de interlocutores de TMB

Miembros de la mesa de negociación relatan cómo TMB decidió incluso cambiar a los interlocutores de la mesa --todos ellos personal de la compañía adscrito a recursos humanos-- a mitad del debate. En ninguno de los dos escenarios se consiguió resolver la situación.

El enroque del diálogo ha propiciado situaciones como la irrupción de la plantilla en el despacho del nuevo consejero delegado de TMB, Enric Cañas, a mediados de diciembre. Los trabajadores reconocen el gesto del ejecutivo, que no puso ninguna objeción a recibirlos en su despacho sin cita previa y escuchar las reivindicaciones para el nuevo convenio. Pero las promesas de encauzar la negociación han caído en saco roto.

Más de 93.000 asistentes

La plantilla asegura que una medida de presión como la de paralizar el metro de la ciudad dos de las cuatro jornadas del MWC no era su escenario preferido. Manifiestan que ellos serán los primeros damnificados al perder tanto su retribución habitual como los complementos por ampliación de los servicios que se planea para trasladar a los más de 93.000 asistentes de todos los países.

Esperan llegar a un acuerdo con el ayuntamiento. Por el momento, el consistorio no se ha movido.