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Cerberus, Solvia y un tercer operador local se han peleado por el Port Fòrum ante el juez. El fondo de inversión ha reclamado la titularidad de toda la zona de ocio de la marina al norte de Barcelona en los tribunales. A su vez, la empresa catalana Gestforum ha esgrimido su contrato de explotación vigente. El gigante inmobiliario del grupo sueco Intrum, a su vez, dice que vendió el activo.

Es lo que ha pasado esta semana en un juzgado civil de la Ciudad Condal, donde las tres partes han protagonizado un todos contra todos por la zona familiar de la dársena de Sant Adrià de Besòs, un enclave estratégico por su cercanía al futuro Catalunya Media City, el nuevo campus de Inditex y el flamante hotel SLS.

El activo en disputa son 67 locales comerciales --incluidos 15 amarres, una terraza y un párking con 366 plazas. Un valioso tesoro habida cuenta que la zona de amarres, gestionada por otro operador no relacionado con la disputa, se está relanzando y posicionando como zona familiar.

Nadie sabe de quién es

El problema es que nadie sabe de quién es esa zona de ocio. Ante el juez, dos de las partes la reivindicaron como suya --Cerberus y la empresa local--, y Solvia se desvinculó, diciendo que la había vendido, como avanzó Crónica Global en 2021.

No queda claro, pues, quién está al mando del negocio.

"Dejó claro que eran titulares"

Fuentes judiciales han detallado que el empresario catalán "defendió ante el juez que tenía el título de posesión de la zona". Lo consiguió, dijo, firmándolo con Solvia antes de que ésta vendiera el activo.

Asimismo, el operador local, que tiene ideas propias para contribuir al relanzamiento del Port Fòrum junto al cuarto operador de la marina, recordó que ya ha derrotado a Cerberus en los tribunales.

La justicia civil ya le ha dado la razón, pero el asset manager le ha vuelto a denunciar, abriendo una segunda causa.

Cerberus

Por su parte, el gigante estadounidense, comparecido en la causa por medio de la sociedad Promontoria Coliseum Real Estate, alegó que en 2021 se hizo con el derecho de uso de toda la zona de ocio de manos de Solvia. Ello, adujo, le da derecho a la explotación de la misma.

El empresario catalán, por lo tanto, no tendría mando en plaza en la zona comercial del Port Fòrum. Estaría fuera.

"Extraño papel de un fondo"

Las fuentes judiciales consultadas han alertado del "extraño papel del vehículo inversor" en esta operación. Es así porque Cerberus se acerca al momento de rotación natural del activo, cinco años, pero sin embargo "sigue peleando por el mismo".

Lo cierto es que el negocio se ha vuelto apetitoso por los grandes planes de dinamización de la zona, que ya están en marcha.

Relanzamiento del puerto

Y es que un cuarto operador que nada tiene que ver con el litigio, Marina Port Premià, ha asumido la concesión de la marina y la está relanzando. Ha conseguido ocupación completa de la zona de amarres, ser subsede de la Copa América de vela de 2024, aliarse con el hotel SLS o reabrir la Capitanía como Sea Sea Club de la mano del empresario Ignacio Furest.

También ha apostado por la sostenibilidad, reverdeciendo la dársena y el espigón exterior, y ha diseñado proyectos disruptivos, como un gran globo aerostático cautivo, que será el primero de España y se verá desde toda Barcelona. Está llamado a cambiar el skyline de la urbe.

Eso sí, el nuevo operador asiste sorprendido a un viejo contencioso enquistado junto a su zona de influencia, que esta semana escribió otro capítulo. Con quien gane el litigio, tendrá que entablar relaciones.

Ferrer y el Cafè del Mar

Todo ello es la última china en el zapato de una zona en plena dinamización. El entorno del Port Fòrum protagonizará el gran crecimiento de Barcelona en los próximos años. Por los proyectos económicos en marcha, pero también porque en la zona se elevarán unos 1.800 pisos.

Por ello, habrá un incremento demográfico, que se sumará a la nueva centralidad que marcará la reconversión de las turbinas de la antigua central térmica de Endesa en el Media City.

Atrás queda la época en la que se tanteó una gran zona de ocio al norte del Parc del Fòrum de Barcelona. Primero lo intentó el empresario catalán Martín Ferrer con una gran discoteca de la marca Amnesia. Luego, un grupo de directivos con Cafè del Mar. Ninguno de los dos proyectos tuvo éxito, y ahora la idea para el lugar es otra: una franja familiar, de ocio suave, calidad y arraigada en las nuevas tendencias globales.