Un sector nacionalista activa un golpe de estado en el Cuerpo Consular de Barcelona

Un pequeño sector crítico nacionalista ha activado un golpe de estado en el Cuerpo Consular (CC) de Barcelona. La facción busca descabalgar al Comité Ejecutivo, pese a que el equipo ha conseguido pacificar la influyente institución, ha puesto orden a las cuentas internas y ha feminizado el organismo. 

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Lo detallan fuentes cercanas al putsch, que indican que la facción busca hacerse un hueco en la dirección del ente. Y no precisamente con formas amables. En lugar de plantear un debate abierto sobre el proyecto al frente del Cuerpo Consular, ha remitido mensajes anónimos a varios cónsules para que retiren su apoyo al Comité Ejecutivo actual. 

Ello con el argumento de que el secretario general del CC es Yosef David Sánchez-Molina, legado de Israel. Según ellos, es inadecuado que Israel capitanee el organismo "por motivos de paz". 

Sector crítico

Más allá de los anónimos, lo cierto es que un sector se está organizando para tomar el control de la institución. Para ello, deberán presentar sus credenciales en la asamblea del CC, que se celebrará en 2026. 

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Antes de que el centenar de cónsules elija quién los dirigirá, ya ha comenzado la guerra sucia con los mensajes anónimos. "Con poco éxito entre los representantes diplomáticos, eso sí", explica un cónsul desde el anonimato. 

Nacionalismo

¿Quién impulsa esta toma de control? Las voces consultadas aportan poca información, aunque apuntan a un sector vinculado al nacionalismo catalán. 

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Los aspirantes reposarían sobre los "críticos habituales", una minoría, que ya intentó postularse en la última asamblea del CC en 2024. No lo lograron. El principal entre ellos es Josep Lluís Rovira Escubós, cónsul honorario de Estonia. 

El también expresidente de Pimec ya intentó hacerse con el control del ente, sin éxito, como explicó este medio. Ahora, abonaría el campo al puñado de nuevos críticos para volver a intentarlo. 

Paz

Tengan razón o no los díscolos, lo cierto es que apelar a la paz contrasta con la situación del organismo. El CC ha recuperado la posición discreta pero influyente que tenía antaño. Ha conseguido dejar la zozobra del procés, cuando el Ministerio de Exteriores retiró el exequatur o credencial a varios legados por hacer proselitismo del independentismo. 

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Orden interno

En paralelo a ello, el equipo de Rossana Surballe, cónsul general de Argentina, y Yosef David Sánchez-Molina, representante de Israel, han puesto orden interno a unas cuentas que, en el pasado, sufrieron una sacudida. 

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Es así porque un Comité Ejecutivo anterior despidió a una trabajadora y ésta acudió a la justicia. Ganó, y el Cuerpo Consular fue condenado por la justicia social a pagarle una indemnización. 

Al tener poco presupuesto, la institución ha tenido que abonar la compensación en plazos. 

Feminización

En paralelo a ello, la plataforma diplomática, la tercera mayor del mundo en número de cónsules en una ciudad que no es capital de estado --tras Nueva York y Hong Kóng--, ha conseguido dar paso a ellas en los puestos de toma de decisiones. 

Imagen de las cónsules de Estados Unidos (Lia Miller), Japón (Akiko Shikata), Francia (Azar Agah-Ducrocq) y China (Meng Yuhong)

Además de la cónsul Surballe como decana, hay otras tres legadas en el Comité Ejecutivo: Claudia Pavlovich, de México; Sandra Gatejeanu, de Rumanía; y Susana Ferrer, de Irlanda.

Esa presencia se compensa también con las nuevas representantes locales de Estados Unidos, Lia Miller; China, Meng Yuhong; y Japón, Akiko Shikata.

Influencia

Pero más allá de la composición, la idea que sobrevuela el pronunciamiento --minoritario-- en el Cuerpo Consular es la influencia que tiene el cuerpo. El organismo es un trampolín para hacer relaciones institucionales y diplomáticas al más alto nivel en Cataluña. 

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Y, también, sirve para hacer más pronunciado si cabe el poder económico. A menudo, las empresas multinacionales acuden a su cónsul local cuando desembarcan en Barcelona para invertir. Se trata de una persona familiarizada con el entorno, llegada donde debe y que, además, habla su lengua. 

De ahí que algunos cónsules consideren que el CC puede robustecer aún más el perfil que ya tienen con la credencial diplomática de Exteriores.