La actualidad a veces es aterradora. Mas Marroch, la fortaleza de los hermanos Roca en Vilablareix (Girona) está en llamas.
Si bien el incendio ha devastado la cúpula del restaurante que operan los reconocidos chefs catalanes, no ha provocado heridos.
La noticia saltaba a pasadas cuatro de la madrugada de este 4 de noviembre cuando los bomberos han recibido el aviso de que el fuego prendía en este rincón gastronómico.
Diez dotaciones de bomberos se han desplazado al lugar y han podido que no ha sido estabilizado hasta pasadas las siete de la mañana.
Incendio sin heridos
El fuego ha quemado por completo el techo de madera del local. Aunque no ha dejado heridos, los destrozos se estiman incalculables.
La cúpula del Mas Marroch era el rincón estrella de esta finca situada a las afueras de Girona. Un espacio que mantiene la esencia de la masía original, pero que ampliaron para darle un toque personal.
La cúpula
El conjunto cuenta con varios espacios polivalentes, tanto interiores como al aire libre, adaptados a celebraciones privadas, actos corporativos y experiencias gastronómicas. Pero, sin duda, brilla por la silueta de su gran cúpula de madera conocida como el Àgora.
Este espacio emergía entre los árboles que rodean la masía gótica del Mas Marroch. Es o ea el lugar pensado para los eventos y el disfrute de la gastronomía de los hermanos Roca.
Imagen del incendio de la cúpula de Mas Marroch, en Vilabreix (Girona)
Su diseño casi flotante invitaba ya a descubrir un espacio particular. Su forma recuerda a un gran sombrero de madera que se posa sobre el terreno.
Con 22 metros de diámetro y unos 10 de altura, el espacio cubierto se adaptaba a múltiples usos: banquetes, congresos, presentaciones o celebraciones privadas. Y, ahora, ha quedado reducida a cenizas.
Espacio para eventos
Los arquitectos responsables concibieron la estructura como un pabellón efímero permanente, un lugar donde la arquitectura no robase protagonismo al entorno de la masía y su naturaleza, ni a los platos que allí se degustaban.
Su silueta curva, las texturas cálidas de la madera y la luz que se filtra desde lo alto creaban un ambiente envolvente, que invitaba al silencio. Para otros, era casi un escenario teatral donde los Roca mostraban sus dotes para interpretar los platos típicos y darles una nueva vida.
Cómo es el Ágora
La cúpula se construyó con madera maciza de pino Douglas, procedente de bosques gestionados de forma sostenible, y con muros de piedra seca que dialogan con la masía original del siglo XV.
La estructura, que ha quedado en nada por el fuego, utilizaba nervaduras de madera laminada ensambladas en forma de bóveda. Se cubría además parcialmente con placas de metacrilato translúcido, que permiten la entrada de luz natural sin generar exceso de calor.
Aunque si algo lucía allí eran los platos. Este rincón pensado para eventos gastronómicos, presentaciones y cenas tenían la función de acoger con su calidad la cocina de los Roca.
También allí se celebraba un festival muy particular els “Quins Ous”, donde Jordi Roca presentaba los sabores estrella de su heladería Rocambolesc.
Una masía del siglo XV
La cúpula convive o convivía con el comedor más tradicional del Mas Marroch, una masía del siglo XV adaptada a los nuevos tiempos donde degustar platos típcos de la cocina catalana en su versión más contemporánea.
El resultado es un equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo, entre el pasado agrícola de Girona y la innovación culinaria que ha llevado a los Roca al reconocimiento mundial.
El restaurante Mas Marroch
Qué se come
Aquí, la cocina lleva el sello inconfundible de los hermanos Joan, Josep y Jordi Roca, pero con un enfoque más abierto. Aquí se sirven algunos de los platos clásicos del Celler de Can Roca, reinterpretados para menús de banquetes o degustaciones.
La propuesta gastronómica combina producto de proximidad, cocina catalana contemporánea y técnicas de vanguardia, sin perder la calidez del servicio que caracteriza a la familia Roca.
En la carta pueden encontrarse elaboraciones emblemáticas como el canalón de pularda, el arroz de cigalas con crestas de gallo o el soufflé de chocolate, junto a opciones estacionales.
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