La vida cada vez está más cara y en España cada vez el trabajador dice sentirse más “maltratado”. Los salarios no suben al igual que sube el costo de vida y los pequeños empresarios o trabajadores autónomos cada vez tienen más trabas.
Por ello, muchos miran hacia fuera en busca de un futuro mejor. Aunque sea temporal, hay quienes prefieren estar una campaña fuera de casa, o bien que su trabajo para poder ganar un poco más también le requiere el estar al otro lado de su casa.
En Rutas del Éxito, Marc, conocido como “El Traginer de la Tona” en redes sociales, es un camionero con 23 años de experiencia en el transporte, principalmente internacional, que se ha tenido que buscar el pan de cada día.
Para Marc, el oficio de camionero requiere una profunda vocación, llegando a calificarla de "droga", es decir, “si este trabajo no gusta o no apasiona, no se debe hacer, especialmente si la única motivación es el dinero”.
Para él, la esencia de este trabajo radica en la libertad, el compañerismo, la aventura que puede ser cada viaje, y la oportunidad de conocer gente y sitios diferentes. La satisfacción se encuentra en disfrutar del proceso: "no voy a trabajar, voy a disfrutar" y en el crecimiento personal, ya que el estar solo obliga a espabilarse, solucionar problemas y aprender de diversas culturas.
En cuanto al salario, actualmente, se estima que un camionero en este sector gana entre 3.000 € y 4.000 €. Los salarios mencionados varían, incluyendo 3.200 €, 3.500 €, 3.600 € y 3.700 €. El límite superior de 4.000 € sí se gana, pero está condicionado a un esfuerzo significativo, como trabajar de noche, salir los sábados o domingos, y estar tres semanas fuera de casa.
A pesar de estas cifras, el camionero matiza que este dinero "no es dinero", dadas las exigencias y el sacrificio personal requerido. Se reconoce que, a pesar de la creencia popular, hay empresas donde "se gana muy bien".
El precio de estar lejos de casa y la familia
La peor parte de la profesión, sin duda, es la familia y la distancia de los hijos. Marc se pregunta si la dedicación al transporte internacional ha sido un acto de egoísmo o un bien para los suyos.
Este oficio provoca la pérdida de muchos momentos importantes y se vuelve complejo compaginar la vida laboral con responsabilidades como las reuniones escolares o el fútbol de los hijos, teniendo que recurrir a otros familiares para suplir las ausencias.
La carga emocional es intensa, al punto de admitir que llora en el camión pensando en la familia o en la pérdida de colegas mientras está solo y lejos.
