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Todas las miradas del mercado estaban puestas en él y los objetivos no tuvieron que desviarse un milímetro. David Martínez, accionista y consejero del Banco Sabadell, se desmarcó del resto de componentes del órgano de gobierno en el rechazo a la OPA hostil del BBVA, a la que acudirá con la totalidad de su participación. Un movimiento que le convertirá en el primer accionista individual del banco que preside Carlos Torres y que, además, lidera el sector financiero en México, el país de origen de Martínez.

De ahí que la decisión de la cabeza visible de Fintech Europe, el vehículo a través del que controla su inversión en el Sabadell, tenga una especial significación. Y esto, al margen de su condición de inversor profesional y su estrategia de aprovechar oportunidades de mercado como las OPA y las fusiones.

Eso sí, para la segunda opción aun habrá que esperar un mínimo de tres años, conforme a las condiciones impuestas en su día por el Consejo de Ministros, y que Martínez criticó veladamente en el informe del órgano de gobierno del Sabadell sobre la OPA mejorada del BBVA.

Por ahora, lo que sigue adelante y vive su recta final es la oferta de la entidad con sede en Bilbao. De su éxito o, en su defecto, del grado de aceptación del resto de accionistas del banco catalán dependerá la futura participación de Martínez en el capital del BBVA.

Fachada del edificio ‘La Vela’, en la ciudad del BBVA Ricardo Rubio - Europa Press

En cualquier caso, el inversor azteca tiene asegurado convertirse en el primer accionista individual de la entidad a la que venderá el 3,86% que actualmente mantiene en el Sabadell. Tan cierto como que su futuro peso en el BBVA se quedará lejos del 1%. 

Tras la mejora de la oferta anunciada el pasado 22 de septiembre, la reacción del mercado (con el regreso de la prima de la contraprestación frente a las cotizaciones a terreno positivo) y el apoyo a la OPA de Martínez, el escenario al que el mercado otorga mayores probabilidades es el que sitúa el porcentaje de aceptación entre el 30% y el 50%.

Ampliación para el canje

En este supuesto, el BBVA debería emitir un mínimo de algo más de de 310 millones de nuevas acciones y un máximo algo por encima de 510 millones de títulos para atender el canje. 

De ellas, algo más de 40 millones irían a parar a la cartera de David Martínez, a cambio de las acciones del Banco Sabadell que aun están bajo su control, de acuerdo con la ecuación de canje establecida en la OPA mejorada (un título nuevo del BBVA por 4,8376 del banco catalán).

Tras liquidar la OPA, la participación del inversor mexicano en el BBVA quedaría en el entorno del 0,65%.

Aunque la oferta está condicionada a la obtención de, al menos, el 50% de los derechos de voto del Sabadell, todo apunta a que el BBVA renunciará a ella en el caso de que vea muy alejado el objetivo en el momento en que finalice el plazo para ejercer este derecho.

En cualquier caso, la proporción se reducirá cuanto mayor sea el apoyo a la oferta por parte de los accionistas del Sabadell. A día de hoy, el hito de superar el 50% se considera notablemente complicado. 

César González-Bueno, consejero delegado del Banco Sabadell / BANCO SABADELL

Lo que no genera dudas es que México no es un país cualquiera para el BBVA. En torno a la mitad de su negocio se sitúa en el país azteca, cuyo sector financiero lidera desde hace años.

Este martes, el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, aseguró que a lo largo del proceso de la OPA, Martínez ha mantenido numerosos contactos con el BBVA, que ha sido capaz de convencerle de su proyecto de tomar el control de la entidad catalana.

A vueltas con los emergentes

Precisamente, la exposición del BBVA a mercados emergentes también ha sido uno de los elementos que el Sabadell ha esgrimido para tratar de convencer a sus accionistas de que rechacen la oferta del competidor. Además de México, el banco con sede el Bilbao también cuenta con una destacada presencia en Turquía (con su filial BBVA Garanti) y en Latinoamérica.

En sucesivas declaraciones, tanto González-Bueno como el presidente del Sabadell, Josep Oliu, han hecho hincapié en los riesgos que comporta la dependencia de este tipo de mercados, dada la habitual volatilidad del tipo de cambio y las dificultades de generar capital, que después se traduzca en una mejor retribución al accionista.