Familia comprando material escolar / IStock

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Eduard Conti, economista y asesor financiero: “Las familias arrastramos una mochila con los gastos”

Septiembre es el momento de reorganizar horarios, asumir nuevas responsabilidades y hacer frente a una serie de gastos inevitables

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Con el final del verano y el regreso a la rutina, septiembre se convierte en un mes especialmente cuesta arriba, pues tras las vacaciones y los posibles excesos de agosto, llega el momento de reorganizar horarios, asumir nuevas responsabilidades y hacer frente a una serie de gastos inevitables.

Al igual que sucede con la cuesta de enero tras las celebraciones navideñas, este periodo viene acompañado de un esfuerzo extra, marcado sobre todo por la vuelta al cole: matrículas, uniformes, libros, material escolar y actividades que, junto con la adaptación al ritmo laboral y familiar, hacen de septiembre un verdadero reto económico y emocional para muchas familias.

Septiembre se ha consolidado como uno de los momentos más delicados del año para las economías familiares. La combinación de matrículas escolares, libros, material, ropa para los niños y, en muchos casos, el ajuste tras el gasto de las vacaciones de agosto, genera un escenario de gran tensión financiera. El economista y asesor financiero Eduard Conti analiza este fenómeno y ofrece algunas pautas para sobrellevarlo.

“Estamos en la cuesta de septiembre y, evidentemente, la mayoría de familias en los meses de septiembre y enero acumulan muchos gastos. En el mes actual, además de lo que es la vuelta al colegio, que evidentemente comporta una serie de gastos extras, las familias arrastramos una mochila con los gastos. Por lo tanto, septiembre es un mes que hay tensiones financieras”, explica Conti en una entrevista Castilla-La Mancha Despierta.

Conti advierte que en estas fechas es habitual sentir que se pierde el control: “Recuperemos el control de nuestra economía personal y familiar. Venimos de agosto, donde la mayoría de las personas hacen las vacaciones, y estamos ahora mismo en una especie de montaña rusa. Nos encontramos con la vuelta al colegio, al trabajo… y podemos bajar la guardia. Lo más importante es tener un autoconocimiento sobre nuestra situación económica”.

La recomendación pasa, según el asesor, por hacer un análisis realista de los ingresos y gastos, evitando el autoengaño y estableciendo prioridades claras. Esto significa identificar qué pagos son imprescindibles, qué compras se pueden posponer y qué partidas conviene reducir temporalmente.

Además, Conti subraya que la educación financiera es clave para afrontar la cuesta de septiembre sin caer en el desánimo: aprender a presupuestar, a diferenciar entre necesidades y deseos, y a construir un pequeño colchón de ahorro que funcione como red de seguridad. “Si conseguimos establecer un plan, incluso en un mes tan complejo como septiembre, tendremos más tranquilidad y confianza para afrontar el resto del curso”, apunta.

En definitiva, la cuesta de septiembre es un reto anual para los hogares, pero también una oportunidad de replantear hábitos y poner en práctica un mayor control financiero. Como concluye Conti, la clave está en la conciencia y la planificación: no se trata de eliminar los gastos inevitables, sino de aprender a gestionarlos con orden y previsión.