El pulso abierto entre Aena y Ryanair ha escalado en las últimas semanas hasta convertirse en un conflicto con impacto directo sobre la economía española. La low cost irlandesa, primer operador en volumen de pasajeros en los aeropuertos nacionales, ha anunciado la retirada de alrededor de un millón de plazas anuales de su programación en España, tras no llegar a un acuerdo con el gestor aeroportuario sobre tasas y condiciones operativas.
El presidente de Aena, Maurici Lucena, que ha hecho bandera de no ceder ante lo que considera un "chantaje", sostiene que la compañía semipública –cotizada en bolsa pero con el Estado como accionista mayoritario– no puede aceptar condiciones que rompan la igualdad de trato con otras aerolíneas.
Riesgo de 'pérdida' de pasajeros
Sin embargo, fuentes del sector turístico consultadas muestran su perplejidad ante una posición que califican de "arrogante" y "desconectada de la realidad". Recuerdan que España depende del turismo como motor económico y social, representando más del 12% del PIB, y que cada millón de pasajeros perdido puede traducirse en cientos de millones de euros menos de impacto en el territorio.
"Ryanair no tiene problema en llevar esos pasajeros a Portugal, Marruecos o Italia, destinos situados en el mismo radio y con frecuencias similares. El daño sería directo para destinos españoles que viven de la conectividad aérea", advierten desde una gran patronal hotelera.
Movilización empresarial
Ante la falta de señales de rectificación, diferentes organizaciones del sector están activando una respuesta coordinada. La CEOE y varias patronales sectoriales estudian elevar una posición conjunta en defensa de sus intereses y reclamar a Aena que actúe con la perspectiva de servicio público que corresponde a una empresa de mayoría estatal.
Aena cerró 2024 con beneficios récord y márgenes en máximos, en parte gracias a la recuperación turística y a las subidas de tarifas aprobadas en el último ciclo regulatorio. "No se entiende que con esa situación financiera sólida se arriesgue el flujo de turistas", apuntan analistas consultados.
Una batalla con más fondo
El pulso no es nuevo: Ryanair lleva años tensando la cuerda en varios aeropuertos europeos para obtener incentivos. La diferencia ahora es que la aerolínea ha materializado la amenaza con recortes en su operativa española, en un momento en que competidores como EasyJet o Wizz Air sí están ganando espacio en otros mercados.
El riesgo, coinciden los expertos, es que la estrategia de firmeza de Aena termine deteriorando la competitividad del turismo español frente a sus vecinos. Y, en un país donde el turismo es sinónimo de progreso económico y bienestar social, el choque con Ryanair trasciende con creces lo que parece una simple negociación de tasas.
