Dos fugados a Andorra han recuperado el mejor beach club de Cataluña en Sitges (Barcelona). Vivero, por el que suspiran inversores de todo lustre y condición, ha vuelto a Ignacio Nacho Soler y su pareja, refugiados en el país pirenaico tras una insolvencia culpable y otra en camino.
Ha ocurrido en este restaurante-club de playa situado en primera línea de mar del coqueto municipio del Garraf. El negocio, con vistas a la playa de San Sebastián y a la iglesia de Sant Bartomeu i Santa Tecla, ha vuelto a la pareja de Soler tras superar un concurso de acreedores.
El problema es que la insolvencia fue negligente, culpable, como avanzó este medio. Pero al no ser firme la sentencia, Vivero ha regresado en manos de sus administradores hasta nueva orden, según atestigua el Registro Mercantil.
Pendiente de sentencia
Este medio ha preguntado al restaurante y lounge playero sobre el lance societario. No ha recibido respuesta. Sí la han dado otras fuentes cercanas al concurso, que han recordado que "si bien Soler está inhabilitado para operar negocios, su pareja aún no lo está".
Por ello, sería ella, sostienen, quien ha vuelto a administrar el beach club a la espera de sentencia firme que, si el juez lo estima, también la descalificaría a ella. Por el momento, la insolvencia es culpable por un desfalco de 172.000 euros.
Imagen del Vivero Beach Club, el club de playa más célebre de Cataluña
Culpable
Es lo que concluyó el juzgado de Lo Mercantil número 10 de Barcelona, que dio por hecho que la gestión de Vivero Sitges fue negligente, por lo que quedó bajo tutela judicial.
Por el camino, se esfumaron cerca de 172.000 euros que, se cree, podrían haber ido a los acreedores de deuda.
Contabilidad cruzada
No fue el único incidente mercantil controvertido. Cabe recordar que el otro negocio de Soler, el Café del Mar Port Fòrum, el mayor del mundo que abrió en Port Fòrum en 2017 y operó solo una temporada de verano, también terminó en concurso culpable.
Ese proceso de insolvencia afloró contabilidad cruzada con Vivero Sitges. Tras ello, el propio beach club sitgetà también ha terminado encajando una sentencia contraria, aunque no es firme.
Por ello, la pareja ha vuelto al timón.
Andorra
La noticia ha alcanzado a los empresarios en Andorra, donde moran desde hace unos años. En el principado pirenaico , con visitas puntuales a España, han quedado al resguardo de la furia de sus acreedores.
Un ejemplo: el Tribunal Supremo, instando por los tenedores de obligaciones, llegó a confirmar la incautación de 1,8 millones de euros a Soler para que respondiera por sus deudas. Jamás se han podido cobrar.
El 'clan catalán'
Recobros aparte, desde el micropaís pirenaico, Soler --que en el pasado fue el gerente del Palacio de Congresos de Catalunya-- se ha reunido con otros dos patronos catalanes en apuros. Uno de ellos es Antonio García-Valdecasas, empresario de la publicidad que llegó a denunciar al FC Barcelona por incumplimiento contractual. Perdió.
Más recientemente, la firma de García-Valdecasas, Muro Cortina Modular, también ha ido a concurso. Acabó liquidada con un testaferro profesional al frente: José Emilio Suárez Sabater, como explicó este medio.
El restaurante y 'beach club' Vivero, en Sitges
Torras
El otro es Manel Torras, empresario inmobiliario y digital que lanzó el negocio de los non-fungible tokens (NFT) de jugadores de fútbol. El proyecto ha terminado enmarañado en dos procesos judiciales: uno mercantil por presunta copia y otro penal por presunta estafa.
Torras, que también reside en Andorra junto a García-Valdecasas y Nacho Soler, también asesoró en el pasado a la cárnica Schara.
En julio de este año, se desplazó desde el principado pirenaico para declarar como investigado en la causa de Shirtum, asunto que se sigue en el juzgado de Instrucción número 5 de Barcelona.