El turismo masivo se ha convertido en un conflicto con una prevalencia creciente en la ciudad de Barcelona. Pese a las medidas que se han puesto en marcha en la última década para gestionarlo y reducirlo, la capital catalana se ha convertido a lo largo de este año en la ciudad con más turistas del mundo, según un estudio de Nomad eSIM.
El estudio recoge que la ciudad recibe 20,37 millones de visitantes al año, lo que equivale a 201.722 turistas por kilómetro cuadrado, situándose por encima de otras como Nueva York y Londres. La Sagrada Familia ante este panorama se alza como el monumento barcelonés más saturado.
Nuevo dispositivo para gestionar la Sagrada Familia
Con el objetivo de reducir la afluencia de personas en la zona de la Sagrada Familia, el ayuntamiento ha puesto en marcha una serie de medidas que buscan mejorar la convivencia entre los habitantes y los visitantes.
Bajo esta premisa, en noviembre se desplegará un dispositivo pensado para gestionar los conflictos en el espacio público derivados de la concentración de personas habitual en la zona.
El Servicio de Gestión de Conflictos de Ámbito Social en el Espacio Urbano se encargará de prevenir y, si es necesario, corregir los problemas que se puedan derivar de la concentración de personas propia de la zona. El objetivo es reducir la aglomeración que se crea alrededor del templo y velar por un mejor uso de los espacios colindantes.
Los turistas como corresponsables para una mejor gestión
Actualmente, ya se están haciendo acciones de concienciación que se basan en repartir folletos recordando las normas de convivencia con la intención de corresponsabilizar a los turistas para reducir la ocupación y la saturación del espacio público.
El folleto, que está editado en cinco idiomas (castellano, catalán, inglés, francés e italiano), lleva el lema Everyone is welcome. be respectful and you’ll be respected.
El folleto incluye diez indicaciones, cuatro de las cuales se centran en medidas para reducir las aglomeraciones y mejorar el flujo de personas en la zona. Otras recuerdan las leyes de la ciudad y las sanciones ante el incumplimiento de estas como en el caso de consumir alcohol en la vía pública o comprar bebidas y alimentos que provengan de la venta ambulante.
Otras medidas que ya están en práctica
Las medidas anteriores se suman al refuerzo operativo de la Guardia Urbana y del dispositivo de limpieza en el barrio. Un ejemplo de estos esfuerzos es la implementación de diez papeleras de autocompactación de alta capacidad de residuos que se recogen en papeleras estándar y que se instalaron en abril en torno a la Sagrada Familia.
También se incrementó la presencia de agentes cívicos, con seis nuevos efectivos en la zona destinados a informar y garantizar el buen uso del espacio público en el entorno más inmediato de la basílica.
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