El Bastian Beach de la Barceloneta acogió a cientos de amigos, lectores y anunciantes del Grupo de Medios Global, en una noche en la que se evidenció el sólido futuro de la cabecera
Periodismo libre y opinión heterodoxa. Sobre este suelo palpita Crónica Global en su décimo aniversario, celebrado este 22 de julio, entre centenares de amigos, lectores y suscriptores.
La melange sabor canela de empresarios, managers, políticos y gentes de las letras, que acudieron a la cita, flotó en el Bastian Beach. Ocurrió delante de la playa de la Barceloneta, donde Alonso Quijano y Sansón Carrasco, el Caballero de la Blanca Luna, se batieron en el último duelo. Quijote tuvo tiempo de contemplar la ermita de Sant Julià, donde todavía se encuentra los restos de la necrópolis judía.
En la intersección de pasado y presente, las ciudades y sus gentes son igual que los sueños. La noche fue un álbum de familiares desconocidos, pero muy amigos. El periodismo transmite; es una experiencia más fuerte que la realidad misma, porque quien la narra deposita su pálpito de veracidad sobre los hombros de quien la vive inesperadamente.
Resume un coro de voces en el que desaparece el autor para que hable la ciudad entera. La firma grupal de este diario joven ideado por el periodismo hondo --Xavier Salvador y Joaquín Romero-- es una publicación de combate. Reproduce el ideario de Albert Camus cuando dice que “el periodismo o es libre o es una farsa”, en palabras recordadas por Xavier Salvador, el editor de Crónica, que presidió este aniversario.
Han intentado callarnos, pero no han podido --diría el caballero andante--; quisieron maniatarnos desde la parálisis gesticulante de los poderes ya menguantes de la nación celestial, que en realidad no es el sueño, sino la raíz.
El arrojo es imprescindible para los descubridores de tesoros informativos hundidos en los cajones de la engañosa realidad. No esperamos resucitar; solo queremos contar desde que despunta el alba hasta más allá de cuando se cierna la noche.
Chutar durante las 24 horas de la aldea global, aunque seamos un diario genuinamente barcelonés. Informar, el hilo de Ariadna de nuestro joven director, Ignasi Jorro. Evitar que la megalomanía impida “conocer los nombres de los pájaros o de las plantas” (Cristina Peri Rossi). Y lo estamos impidiendo; replantamos a diario la memoria fértil.
Crónica ha sido el medio líder de difusión en Cataluña en el mes de junio. Pero con “esto no nos basta”, dice nuestro editor. El grupo lanzará muy pronto la edición en catalán de Crónica Global: “Luces largas a nuestro compromiso”.
Queremos retratar, conjugar el parecido fiel de la idealización impalpable. Combatir la misoginia institucional, política y moral, sin chivos expiatorios. Mostrar en la tormenta la imagen de la mujer fuerte dando la cara al desamparo de tantos. Denunciar con hechos y hacerlo muy lejos del estólido populismo panfletario.
La noche del martes junto al mar contó con el abrazo de viejos amigos --el president Montilla; su mano invisible, Ciriaco Hidalgo; Josep Maria Sala, Jordi Alberich, imprescindible en Foment; Enrique Lacalle, Pedro J. Ramírez, etcétera-- y un montón más, aunque el apretón de manos no siempre revele nombres en el laberinto de la memoria. Y a todos ellos un recuerdo, “del latín recordis” (Galeano).
Crónica nos ha mostrado el camino corto que va desde el drama del atentado terrorista de la Rambla hasta el adorno paisajista en el Montjuïc de Forestier o el Putxet de Bertran i Musitu. El tocador y sus filosofías también nos conciernen. Celebramos el portal gaudiniano de la Finca Miralles, antigua propiedad de aquel Hermenegildo que fue amigo inseparable de Eusebio Güell.
Llevamos el sentir de los logros empresariales de hoy porque somos un periódico estructurado desde la información económica y sabemos que nuestro target crece en el relato fiel de los vaivenes del mercado. La economía al contado de la Bolsa o los logros de las tecnologías nacientes (IA) nos sostienen, como lo hace el turismo, la química, la energía o los espacios gigantes de la moda.
Un país sin empresas es un desierto; una nación sin iniciativa privada se convierte en un erial. Lo que no hace tanto significaron iniciativas como el Instituto de la Empresa Familiar lo mantienen ahora la gran patronal, Foment, de la mano de Sánchez Llibre o la Pimec de Antoni Cañete.
Hay que tirar del hilo para llegar al ovillo. El periodista es un investigador nato. “Aquí se trata sobre todo de atención”, dice el primer párrafo de Los crímenes de la calle Morgue, el célebre cuento de Edgard Allan Poe. Fue publicado en Grahm’s magazine, como nos recuerda Jorge Carrión en Barcelona Libro de los pasajes (Galaxia Gutenberg).
Y sí, sería (es) una lección de periodismo si no fuera el primer relato detectivesco criminal de la historia. Es el juego que descubre la verdad de las mentiras, la pista inmortal de Vargas Llosa.
La del 22 de julio fue una noche de trasiego y memoria. En los Diez Años de Crónica Global nunca faltó aquel humor cervantino del que sabe tanto Eduardo Mendoza. La pertenencia se refuerza con la risa. La risa contiene la resistencia contra los poderes autocráticos.
Lo dejó escrito Milan Kundera en la Praga oscura de los tanques soviéticos y el autor sobresalió con en El libro de la risa y el olvido, durante su exilio en París. No es, desde luego, una forma de decir “al enemigo ni agua”; todo lo contrario; es más bien una caricia para quien nos quiere mal, pero no puede con nosotros. Es una cura para restablecer lo inolvidable. El rayo divino que descubre el mundo en su ambigüedad moral.