El Gobierno central ha endurecido el camino del BBVA para hacerse con el control del Banco Sabadell. Las condiciones al proceso de concentración que aprobó este martes el Consejo de Ministros dificultan algunos de los cálculos del comprador, especialmente en lo tocante a las sinergias previstas por la entidad que preside Carlos Torres al inicio del proceso.
Una circunstancia que pone en cuestión la viabilidad de la operación, dado que los ahorros de costes constituyen el pilar básico de la estrategia del BBVA a la hora de intentar, por segunda vez, el abordaje al Banco Sabadell. Las restricciones del Ejecutivo hacen que ahora resulte más complicado obtener casi un 75% de las sinergias previstas.
Las medidas anunciadas por el titular de Economía, Carlos Cuerpo, tras la reunión del Consejo, incluyen un bloqueo de al menos tres años a una eventual fusión entre los bancos. Un elemento que condiciona la maniobra pero cuyo impacto llevaba tiempo calculando la entidad con sede en Bilbao ante la posibilidad de que el Gobierno interviniera en la OPA hostil.
Ha sucedido con el factor del empleo. Las condiciones del Gobierno impiden afrontar un proceso de ajuste de plantilla si está vinculado a la compra y si se hace en los tres primeros años de la andadura conjunta.
Manifestación de los sindicatos contra el último ERE del BBVA / EP
En este terreno, el BBVA calculó en unos 300 millones de euros los ahorros derivados de los recortes de empleo, consustanciales a este tipo de operaciones. También cifró en 300 las sucursales que planeaba cerrar, bajo criterios de proximidad entre sus oficinas y las del Banco Sabadell en idénticos códigos postales.
Se trata de una cifra significativa del total de los 850 millones en que BBVA calculó las sinergias que obtendría con una operación de la que, en un primer momento, parecía inseparable la fusión posterior a la OPA lanzada en mayo de 2024.
El componente tecnológico
No obstante, cuando este último paso empezó a complicarse, el oferente defendió que las sinergias de la toma de control del Banco Sabadell no diferían mucho en un escenario con fusión y otro sin ella. El argumento del BBVA se basaba en que la mayoría de los ahorros se generaría a través de la unificación de las plataformas tecnológicas, con vistas a los procesos de digitalización.
Una transformación que llevaría a cabo en cualquiera de los casos, dado que se trata de uno de los objetivos de la operación y uno de los principales motivos: optimizar los muy elevados costes que está suponiendo para la banca la transición hacia un modelo digital.
Incluso este aspecto podría estar condicionado por las medidas que aprobó el Consejo de Ministros. El motivo es que entre ellas figura la obligación de mantener la independencia en la gestión de las entidades en varias áreas estratégicas. Un extremo que podría también afectar a la elección de la plataforma tecnológica y su operativa.
El BBVA intensificó los mensajes sobre un posible escenario sin fusión desde mediados del pasado noviembre, cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) acordó pasar el caso a la Fase 2.
Puerta principal de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en Madrid
La posible intervención del Gobierno en el proceso, activada tras la decisión del regulador, hizo que el banco con sede en Bilbao empezara a hacer sus cálculos en previsión de que, en todo caso, la fusión tardaría en llegar.
Mientras, el Banco Sabadell ha sido especialmente beligerante a la hora de reclamar públicamente al BBVA que diera detalles sobre el impacto que tendría en las sinergias que la concentración se llevara finalmente a cabo sin fusión.
Optimismo en el Sabadell
Consciente de que el impacto era ya significativo, la entidad catalana no ha dudado en restar credibilidad a la estimación esgrimida por el BBVA sobre el teóricamente escaso efecto de la ausencia de fusión. También han sido numerosas las ocasiones en las que el banco que preside Josep Oliu ha exigido que el BBVA especificara en el folleto de la OPA las diferencias entre ambos escenarios.
La decisión del Gobierno ha llevado el optimismo a las filas del Banco Sabadell, conscientes de que los planes del BBVA para absorber a la entidad catalana se han complicado notablemente. De hecho, el sentimiento interno en el banco es que a su competidor sólo le quedan dos opciones: "O retirar la OPA o estrellarse".
Imagen de archivo de la sede del BBVA en Madrid
Precisamente, el sector financiero espera una decisión del BBVA respecto a la continuidad del proceso o un eventual desistimiento de la OPA. Una oferta que, mientras tanto, sigue su curso y que tiene como próximo hito la aprobación del folleto por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Otra alternativa que maneja el oferente es seguir adelante con el proceso pero recurrir la decisión del Gobierno ante el Tribunal Supremo. No obstante, sería difícil que esta medida dejase en suspenso la operación, con lo que el BBVA tendría que afrontar la operación, consciente del incremento de los riesgos por las condiciones del Gobierno, y aguardar un fallo judicial que podría demorarse.
