
Miquel Vilardell Tarrés (vocal) y Montserrat Viladomiu Pascual (vicepresidenta) de la Fundación Vila-Casas
La crisis interna que sacude a la Fundación Vila Casas destapa una trama de retribuciones opacas
Fuentes cercanas denuncian pagos encubiertos a los patronos, gastos personales a cargo de la entidad y una reestructuración que ha colocado a familiares directos al frente de la fundación
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La crisis interna en la Fundación Vila Casas se agrava. A las recientes maniobras para colocar en el patronato a familiares de la presidenta, Montserrat Pascual Samaranch --viuda del fundador Antoni Vila Casas--, se suman ahora bajas laborales muy controvertidas, acusaciones de acoso y un intento de recentralizar el poder en torno a su hija, actual directora general interina: Montserrat Viladomiu.
Sin embargo, más allá del conflicto interno, fuentes próximas al seno de la entidad alertan a Crónica Global de un asunto todavía más delicado: una presunta trama de retribuciones opacas que habría beneficiado a varios patronos y que comprometería la gestión económica de la fundación.
Pagos irregulares
Según estas voces, al menos tres miembros del patronato estarían percibiendo dinero de manera irregular. Uno de ellos, el doctor Miquel Vilardell, habría cobrado 700 euros en concepto de dietas durante cuatro meses por su papel en el informe médico-científico Quiral.
Aunque la normativa del Protectorat restringe este tipo de retribuciones, desde la fundación se estaría explorando también una fórmula para pagar a otros miembros del órgano de gobierno, como otro perfil no vinculado a la familia, como Glòria Bosch.

Exterior de Can Framis, museo-cabecera de la Fundació Vila-Casas en Barcelona
Incluso se apunta al uso de “tarjetas opacas” con las que algunos patronos estarían costeando gastos personales con cargo al patrimonio de la Fundación. “No son sus fondos, pero actúan como si lo fueran”, denuncia un expatrono.
Mientras estas prácticas salpican la gestión interna, otros proyectos esenciales como la adquisición de nuevas obras de arte han sido paralizados. El rumbo de la entidad se estaría desviando hacia iniciativas sanitarias o educativas relacionadas con menores, en línea con los intereses personales de la nueva dirección y alejados de la voluntad fundacional original del mecenas Antoni Vila Casas.
Purgas internas y cerco al personal
El clima dentro de la entidad es de máxima tensión. Al menos cuatro personas se encuentran de baja médica por causas vinculadas al deterioro del ambiente laboral. Entre ellas, la asesora de presidencia. "Se está acorralando a todo el personal", advierten las fuentes consultadas.
Las mismas fuentes denuncian una “poda sistemática” de cualquier figura ajena al núcleo familiar que intente poner freno a la deriva de la fundación. La actual directora interina —Viladomiu— es médico de familia de formación y habría asumido funciones ejecutivas sin experiencia previa en gestión cultural, la principal rama de acción y mecenazgo de la institución.
Desde la muerte del mecenas, en septiembre de 2023, la cúpula se ha rodeado de sus allegados y ha apartado perfiles históricos de la institución.
Sin ir más lejos, hace menos de una semana la viuda y la hija del empresario y mecenas echaron al financiero de la entidad y ficharon al marido de una de ellas, Marco Gay, así como a su primo político, el banquero de wealth management Antoni 'Toño' Roselló.

El malogrado empresario Antoni Vila-Casas, fundador de Prodesfarma
El nuevo núcleo de poder
Según las mismas fuentes, Marco Gay, está vinculado a una empresa informática que ha sustituido a un proveedor anterior. Se le atribuye un rol de “brazo ejecutor”, encargado de investigar al personal interno y alinear al patronato con las nuevas directrices.
Paralelamente, Toño Rosselló está en el centro de un presunto conflicto de intereses por haber asumido cargos ejecutivos en empresas participadas por la fundación. Esta maniobra ha levantado suspicacias entre antiguos colaboradores, especialmente por la salida forzada del tesorero, figura clave en la supervisión económica.
Control del patrimonio
Más allá de la reconfiguración interna de la Fundación, las tensiones también se han trasladado al tejido empresarial vinculado al legado de Antoni Vila Casas.
Como avanzó Crónica Global, las decisiones más relevantes sobre el control del patrimonio se están tomando en el seno de las empresas participadas por la fundación, como Coregus (gestión de oficinas), Hotsun (vivienda de alquiler) y Terranea (hólding de activos).
De este modo, la salida del tesorero —una figura clave por su papel en la supervisión económica— y su reemplazo por dos familiares directos habría levantado sospechas entre antiguos colaboradores y personas próximas a la entidad.
Las fuentes consultadas insisten en que el cese del anterior tesorero y la incorporación de familiares directos responden a un intento de cerrar el círculo de poder en torno a la familia, evitando así cualquier tipo de fiscalización externa sobre la gestión de la fundación y su patrimonio.
Este medio ha preguntado a la Fundació Vila Casas por su versión. Al cierre de esta edición, no la ha recibido.