
La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y placas solares
Caída de ingresos, luz cara y pocos clientes: la eléctrica de Colau se apaga
Barcelona Energía cerró 2024 con una facturación de 42,6 millones, lejos de sus objetivos y muy por debajo del récord alcanzado en 2022
El crecimiento de usuarios privados sigue siendo lento y su precio es uno de las más caros en el mercado
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Barcelona Energía, la eléctrica pública que Ada Colau impulsó en 2018 como un símbolo de la "transición energética justa", no termina de consolidarse como alternativa en el mercado eléctrico.
La empresa –que opera a través de la compañía pública Tersa– comercializa energía en el área metropolitana de Barcelona. Cerró el ejercicio 2024 con una facturación de 42,6 millones de euros, lo que supone una caída del 9,36% respecto al año anterior.
Subida de precios
El dato queda lejos del objetivo marcado para este año (52 millones) y confirma una tendencia descendente desde el pico de 2022, cuando la eléctrica ingresó 62,5 millones, impulsada por el alza coyuntural del precio de la luz, aunque desde el gobierno de Colau repitieron una y otra vez que ellos no subirían la tarifa.

Anuncio en una marquesina sobre Barcelona Energia
Con las cifras en la mano, la expectativa de consolidarse no se ha cumplido. En 2023, Barcelona Energía ya pinchó con una facturación de 47,8 millones, la mitad de los 93,8 millones que se había fijado como meta. Y en 2024 la tónica se repite: las cifras reales siguen desinflando las previsiones.
Desconfianza de los clientes
Pese a ello, la compañía se felicita por haber incrementado un 22,6% los puntos de suministro, hasta los 16.139, aunque más de la mitad (8.282) siguen siendo de titularidad pública. Desde su creación, el crecimiento de usuarios privados ha sido modesto, del 14% anual desde 2018. Solo 7.857 puntos de suministro corresponden a particulares, y de estos, un 82% son hogares.

Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona, en una comparecencia pública anterior
La eléctrica recibió una fría acogida en el mercado. Cuando se puso en marcha, el 1 de julio de 2018, el ayuntamiento de la capital catalana aseguró que su objetivo era alcanzar los 20.000 usuarios particulares en 2020. Logró solo 1.500. En 2021, alcanzó los 4.651 hogares y, en 2022, los 5.130. Esta cuantía es inferior al promedio anual de 5.665 abonados que pretendía conseguir.
Se alimenta a través de ayuntamientos
El grueso de sus ingresos proviene del propio Ayuntamiento de Barcelona y de otros doce consistorios metropolitanos que se han sumado al suministro municipal, como Sant Boi de Llobregat; Sant Vicenç dels Horts; Santa Coloma de Gramenet; Sant Feliu de Llobregat; Castellbisbal; El Papiol; Sant Just Desvern; Esplugues de Llobregat y Santa Coloma de Cervelló.
Tarifas más caras
Que Barcelona Energía no acabe de cuajar también tiene que ver con el precio. Según el comparador de ofertas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), sus tarifas no son competitivas frente a otras comercializadoras del mercado libre, como Visalia, Iberdrola o Octopus Energy. El coste del servicio es hasta seis euros más caro que la opción más barata.

Fachada del Ayuntamiento de Barcelona BArcelona
A esto se suma otra barrera. Como empresa pública, solo puede operar dentro del área metropolitana de Barcelona, lo que limita su expansión. Su futuro pasa, pues, por seguir sumando consistorios, y en ese sentido, desde la dirección de la compañía aseguran que ya hay ocho nuevos municipios en trámites para incorporarse al suministro. Con ellos, se espera superar la veintena de ayuntamientos adheridos en 2025.
1,6 millones de puntos de luz públicos
El alumbrado público municipal de Cataluña ha reducido el consumo energético en un 43% en los últimos diez años, lo que ha permitido un ahorro de 53 millones a los ayuntamientos, según el nuevo inventario de instalaciones de alumbrado público municipal realizado por el Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat.
El estudio ha identificado 1,6 millones de puntos de luz de titularidad pública, con una potencia total cercana a 115 MW, y que la reducción del coste se da por la menor potencia instalada. Los cambios realizados como la adopción progresiva de tecnología LED han permitido reducir la huella de carbono en un 59%, el equivalente a 145.000 toneladas de dióxido de carbono equivalentes al año.